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Cuando todos entraron a la mansión, sobretodo a la habitación de fiestas, ambas academias se separaron mientras Marcus, Cameron y Alexander cuidaban de las otras dos chicas que quedaban con ellos. Los hombres de esa academia sabían que ninguna de ellas tenía novio. Definitivamente, el que Alexandra y Cinco se vieran a escondidas funcionaba a la perfección. Mientras todos esperan a que se de alguna clase de anuncio la número cinco platicaba con su querida amiga número siete.
Al otro lado del salón estaba Cinco, solo, mirando a Alexandra con los ojos oscuros mientras sostenía en su mano izquierda una linda argolla, no paraba de jugar con ella, pero también trataba de ser cuidadoso para que no se le caiga y la pierda, pues le costó mucho trabajo en el pasado encontrarlo. Pensaba en cómo decirle que la veía en el jardín para poder hablar con ella, pero en ese momento noto que ella se levantaba e iba en dirección al pasillo que llevaba a dicho lugar dándole una última mirada al chico para indicar que lo esperaba ahí, sacándole una pequeña sonrisa. Finalmente, guardando bien el anillo que tenía en su mano.
Al cabo de unos minutos Cinco fue al jardín, fue algo difícil pero lo logro. Estaba emocionado y nervioso, no sabía que le podría contestar ante su pregunta pues llevaba pensando hacérsela desde hace mucho tiempo, desde dos años antes de que fingiera su muerte, para ser exactos. Una vez que llego al jardín la encontró dándole la espalda, frente a una fuente apagada y el lugar sin luz alguno, solo siendo iluminado por la luz de la luna, haciendo que los brillos de su vestido luzcan y la hagan ver más hermosa de lo que ya era, a pesar de no poder verle la cara. Poco a poco se fue acercando a ella, a pasos lentos y silenciosos. -Hola, dark- le susurro contra su oreja por su apodo debido al color de su cabello, oscuro como la noche.
-Hola, asesino- contesto con una sonrisa en su rostro
-Te vez hermosa- comento mientras le tomaba la mano aún estando detrás de ella recibiendo un agradecimiento muy calido de su parte -Aun que te verías mejor con uno blanco y con rosas entre tus manos caminando hacia mí- aumento provocando que ella lo voltee a mirar confundida mientras le muestra el anillo en su mano -Tal vez legalmente y de manera física tengamos 18, pero ambos sabemos que somos más grandes, así que ¿te casas conmigo?- interrogó con un brillo de esperanza en sus ojos mientras tenía el anillo en su mano.
-Cinco, la comisión me busca por romper mi contrato- le recordó
-No me importa
-¿Qué hay de Ocho? ¿Creí que la seguías buscando?- indagó, si se preguntan porqué busca tantos pretextos para no casarse con Cinco, no es eso, simplemente necesitaba un poco de tiempo para poder procesarlo un poco y darle su respuesta.
-Ya la encontré- contesto -, y parece que me perdono hace mucho tiempo, aún que yo no me hubiera disculpado, solo me faltaba terminar de armar el rompecabezas de manera lógica- agrego sacándole una sonrisa -Entonces, mi querida ocho, ¿te casas conmigo?- repitió esperando una respuesta positiva
-Si- contesto con una sonrisa mientras el levantaba la mano que le tenía agarrada y no soltó en ningún momento poniéndole el precioso anillos que la hacía resaltar. Una vez puesto Cinco le beso la mano con mucho cariño, y fue subiendo sus besos por su brazo agrandandole la sonrisa del rostro. Una vez que llego a su cuello empezó a reír debido a las cosquillas que le daba, mientras la tomaba de la cintura con ambas manos. Siguió subiendo hasta llegar a sus labios y entonces besarla con pasión callando la risa de la chica, apegandola más a él mientras pasaba sus brazos por su cuello.
Ambos estaban felices, en algún momento podrán casarse sin objeción o peligro alguno, por ninguna parte de ningún lado. Si los perseguía la comisión, se protegerán mutuamente. Si alguien los trata de separar, se alejaran de ellos y seguirán su vida como si nada. Si matan a alguno de ellos, el otro vengará su muerte y después moriría para estar con el otro. Era mutuo, se amaban mucho; se han amado desde el momento en que se empezaron a tener cariño. De un momento a otro, se empezaron a mecer a los lados, sin separarse.
Unos minutos después se escuchó una canción que ambos conocían a la perfección, una que estaba de moda en aquellos días. Bueno, que estuvo de moda en los días que nacieron. Así que ambos se separaron y juntaron sus frentes aún teniendo los ojos cerrados. El azabache tomo una mano de la chica y la extendió hacia un lado mientras colocaba la otra en su espalda baja, empezando a balancearse de un lado a otro, bailando, mientras ella entonaba la primera estrofa de la canción y él la segunda, dándole fin.
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(Pon la canción e imagina que bailan un poco, hasta que termina la canción)
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-Te amo- dijo Cinco una vez que terminó la canción-Yo también te amo, Cinco- contesto. Ambos estaban necesitados de amor romántico, aún, pero también tenían de sobra en ellos para mostrarselo a alguien. Ya lo habían hecho antes, pero no como ahora que después de un tiempo podrán demostrárselo mutuamente sin que les de vergüenza porque alguien los podría estar viendo o, simplemente, porque los podrían considerar sumamente empalagosos. Además de que estaban a punto de terminar la escuela.
Estaban tranquilos disfrutando la precensia del otro mientras Cinco sentía la presencia del anillo de bodas en la mano de su, ahora, prometida, sacándole una sonrisa. Ya la había imaginado con el anillo puesto y se veía hermosa, pero ahora que la tenía de frente, no era como pensaba. Era mucho más hermosa, tal vez solo era algo pequeño que podría pasar desapercibido para muchos, pero si es algo importante, entonces, lo puedes notar sin importar nada.
Todo estaba tranquilo cuando sintieron pequeñas gotas caer con suavidad sobre ellos, pero ni siquiera eran gotas, era nieve. ¿Cómo? No era tiempo de fríos como para que esté nevando. Ambos, extrañados y confundidos, se separaron mirando arriba de ellos, pero al mirar a su lado notaron que había personas ahí, que los miraban con una sonrisa. -Carajo- pronunciaron ambos, sorprendidos por la precensia de las personas que ahora sabían que el Hargreeves y la Lopez tenían una relación amorosa, y que se iban a casar.
1085 palabras en total
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𝐋𝐞𝐣∅𝐬 𝐃𝐞 𝐄𝐥𝐥∅𝐬 • 𝐓𝐔𝐀 ||Cinco H.||
FanficUn día caminando Sir Reginald Hargreeves encontró a una pequeña bebé en la calle abandonada. Él la llevo a la academia para cuidarla, donde todos se encariñaron con ella, incluso Cinco, y la conservaron. Cuando esta bebé cumplió 10 años le empezó a...