𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒

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Al sacar los libros de mi casillero cayo uno al suelo estruendosamente, todos voltearon a verme, empezaba mal mi semana, estaba apresurada para escapar de Jace, quien solo me seguía por todos lados pero lo evitaba y...

— ¿Estas evitandome? — pregunto tomando mi último libro y ayudándome a pararme.

Suspire e hice un mechon de mi cabello para atrás — No te estoy evitando — murmure.

— Sabes que todas los días quedamos siempre en vernos en la biblioteca. No has ido las últimas dos semanas.

Le arrebate el libro —He estado ocupada.

— ¿Es más importante que nuestra relación? — pregunto, no respondí así que este aclaro la garganta — ¿Que hice mal?.

Rodé los ojos — No es momento de hablar aquí, nos vemos Jace.

Le pase de largo,sabía que si le seguía seguía juego me haría quedar mal a todas las personas que se encontraban en los pasillos, y no quería eso.

Al entrar a clase de química me coloque a lado de mi compañera y me mantuve callada durante toda la clase esperando a que terminará, había sido un día largo, y demasiado pesado para mi gusto.

...

Me encontraba en mi habitación terminando las tareas para el día siguiente, cuando escucho un ruido que provenían de mi patio, me fije por la ventana después de unos segundos, rodé los ojos y maldije en voz baja, era él chico.

Esta vez haré que se vaya.

Salí de mi habitación llevando conmigo la mágica escoba que por alguna razón me sentía protegida con ella.

Al salir y dejarme ver, este suspiro y dijo...

— Si que eres molesta... — metió el cigarrillo en su boca.

— Y tu no entiendes que no tienes derecho a meterte en propiedad privada — este me ignoro completamente.

No se por cuanto tiempo me quedé viendo como fumaba, mientras hacía su cabello rizado para atrás con su delgada mano, sus pecas eran notorias ya que su pálida cara las dejaba ver a la perfección, al igual que sus notables ojeras.

—No lo volveré a decir... — Mencione pero fui interrumpida por el timbre de la puerta principal — Volveré, y si te miro aquí, no respondo — amenace y fui a la cocina.

Camine tranquilamente hacia la sala, era más que obvio que no podían ser mis padres ya que ellos llegan a las siete, y apenas son las cinco.

Al abrir la puerta, me arrepentí por completo.

— Tenemos que hablar, y no me iré hasta que seas clara conmigo.



El Patio || Finn Wolfhard y Tu || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora