𝗧𝗶𝗺𝗲 ᯓ 𝗔.𝗴 ⧼𝗧𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮⧽

♬ 9 ♬

_____ Belrose.

Movía la cabeza de un lado otro al ritmo de la melodía que cantaba la dulce y suave voz de Aidan. Su mano derecha se movía sobre las cuerdas de la guitarra mientras cantaba con los ojos cerrados y la gente se comenzaba a acercar a su alrededor.

Sonreí ligeramente al ver como un niño pequeño caminaba con una gran sonrisa en su rostro, dirigiéndose a él. Se colocó a un lado de Aidan y recargo su cabeza en su hombro. Sin dejar de mirarlos con la palma de las manos comencé a buscar algún cigarrillo, al encontrarlo en el bolsillo trasero del pantalón lo tomé entre mis dedos y segundos después lo encendí, dándole una calada.

Observé como Aidan abría los ojos y buscaba con la mirada a alguien, hasta que su mirada cayó en mí. Sonrió levemente, pero aquella sonrisa se desvaneció al instante. Fruncí el entrecejo, soltando el humo.

Baje la mirada a los dedos de mis manos, viendo el cigarro. Subí la mirada de nuevo, encontrándome con la suya, me miraba con nostalgia.

Desvíe la mirada y volví a darle otra calada al cigarro para luego frotarlo contra la pared, apagandolo.

Mientras Aidan seguía cantando yo leía como de costumbre desde el otro extremo. Luego de unos minutos terminó de tocar y sin pensarlo corrió hacia mi dirección.

– ¡Hola! – Saludó, tomándome por sorpresa.

Esbozó una pequeña sonrisa en su rostro.

– Ahm... Hola – Dije un tanto nerviosa.

– ¿Qué hacías? – Preguntó mientras se sentaba a un lado mío.

– Leía – Murmure, dejando a un lado el libro para mirar al frente – Como siempre – Volví a hablar, haciéndonos soltar un pequeña risa.

El silencio entre nosotros abundó el lugar de una manera cómoda y agradable. Saqué el celular junto con los auriculares de color rosa pastel que traía y los enchufe, colocándome uno en el oído derecho para luego extenderle el otro al ojiverde.

Cuando ambos ya los teníamos puestos, encendí el celular, entrando a música para poner alguna canción. No tenía idea de cuales eran sus gustos musicales, así que opte por poner Like a Stone de Audioslave, aunque por un momento creí que diría que la quitara, pero no fue así. Solo comenzó a mover la cabeza al ritmo de la canción.

Sonreí, cerrando los ojos. Recargue la espalda y la cabeza en la pared, empezando a cantar en voz baja. Los vagos recuerdos que tuve junto a mi padre no tardaron en llegar al paso de la canción.

Mi hogar me recordaba mucho a mi padre, pues era el que mantenía en todos los sentidos la casa, tanto económicamente como en unión familiar y cuando ya no estuvo más, todo cambió.

La estación del tren; la estación del tren me recuerda a Aidan. Porque constantemente no la pasábamos ahí, sin hacer nada mientras mirábamos como la gente caminaba frente a nosotros, subiendo o bajando del tren para ir a sus hogares. Y también porque ahí fue la primera y última vez que lo vi.