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-¿Te gustó la comida? ¿El vino?.

-Todo estuvo delicioso- Me acomodo en mi asiento y recargo mi cara en la palma de mis manos.

-Espero que tengas espacio para el poste.

-Seb, claro que sí- Sonrió frunciendo mi nariz

Sebastián se levanta y se coloca detrás de mí, con sus manos tapa mis ojos y se acerca a mí oído.

-Bueno, solo espera- Susurro en mi oído, se acerca más a mi cuello y soplo delicadamente en el.

- Sebastián, no hagas eso- Me causa un escalofrío y alzó mi cabeza tratando de contenerme y solo escucho su risa traviesa.

Pasan solo unos segundos, un silencio no incómodo, se escucha como el aire toca las hojas de los árboles, el sonido de la brisa del aire y nos quedamos contemplando lo que la naturaleza nos ofrece.

-Ahora, voltea hacia mi, pero no abras los ojos- Sebastián se aparta de mi y camina hacia atrás, giro un poco y sigo teniendo mis ojos cerrados. - Ahora abrelos.

Abro poco a poco mis ojos y me quedo atónita por lo que veo, Sebastián incado en una rodilla con una pequeña caja negra con un aniño hermoso a la vista, no puedo creer lo que mis ojos ven, llevo las manos a mi boca tratando de asimilar lo que pasa.

-Seba... Sebastián.

-Mara, trataba de encontrar un momento exacto para este día, un día de otoño cuando los árboles son naranjas y rojizos, un momento que estoy seguro que ambos disfrutaríamos, te amo con todo mi corazón, te amo con locura, te amo con loca pasión, te amo ciegamente, amo cada parte de ti y lo que me haces sentir.

No puedo contener las lágrimas, extiendo mi mano y el la toma, me aferró a él.

-Te amo tanto, eres mi universo entero, amo tu voz, tu mirada, amo la ilusión con que haces cada cosa, por favor se mía por siempre, dame ese honor de hacerte mi esposa, de ser la Sra Stan, Mara ¿Me harías el hombre más feliz del mundo, te quieres casar conmigo? Comparte tu vida conmigo.

-Si, si quiero- Sin pensarlo dos veces me acerco a él, pongo mis manos en su cuello y lo besó , él se levanta y coloca sus manos en mi cintura acercándome más a él.

-Permitene- Se separa de mí y coloca el anillo en mi dedo.

-¿Cómo hiciste todo esto?- Mi mano recargada en su pecho y giro mirando el lugar.

-Bueno, tuve una excelente ayuda.

-Karina y Violeta.

-Si- Sebastián asiente con una sonrisa.

-¿Ves señor celoso? No tengo ninguna duda- Sonrió mirando sus ojos azules y mi majo juega con su cabello- Te amo tanto ojos bonitos, te amo ciegamente.

-Si celoso yo, soy él único- Sebastián trata de defenderse divertido- Te amo con locura, Te amo, te amo- Coloca sus manos en mi cuello y me besa, un beso que me entrega por completo a su ser, no es con ambición, es un beso con ternura, con amor, con amor inocente y entregado.

Quién diría que algún día, estaría con el hombre de mis sueños, lo que anhele, lo que tanto soñé con los ojos abiertos, imaginando mi vida con él que sería en realidad lo que es mi vida ahora.

                             ***

Martes 24 de octubre.

Sebastián se acerca a la cafetería con el corazón en la mano, tan nervioso y emocionado, necesitaba que todo su plan saliera a la perfección, una buena idea y gran ayuda para su plan maestro, entra a la cafetería y busca con la mirada a cierta persona, rogando al cielo que no se encuentre ahí, ve a sus amigas platicando y giran a verlo al escuchar la campana.

-Hola- Sebastián saluda a ambas chicas- Ammm ¿Mara está aquí?.

-Hola Sebastián, no Mara no está aquí- Karina responde con extrañeza.

-Pensabamos que estría contigo, pero no  del todo ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué has estado tan distante?

-Necesito su ayuda.

-¿Nuestra ayuda?- Respondieron las dos al unisono.

-Si, es que bueno, buscaba un momento exacto.

-¿Quieres terminar con ella?, Bueno... -Violeta trataba de mantenerse calmada.

-No, no nada de eso- Sebastián la interrumpió negando con sus manos- Quiero pedirle que se case conmigo.

-¿QUÉ?- Gritaron las dos amigas al mismo tiempo y se llevaron las manos a su boca tratando de contener la emoción.

-Shhhh, silencio- Sebastián miro a todos lados buscando discreción, las dos amigas se miraban con complicidad aguantando las risas emocionadas.

-Muy bien, te ayudaremos ¿Qué necesitas? - Karina se recargo en la barra.

-Este es el plan- Sebastián se acercó cauteloso y les platico sus ideas a las dos amigas, quería que todo saliera a la perfección, con su ayuda descarto algunas ideas hasta que tuvo el plan perfecto.

-Muy bien, ese es el plan- Sebastián miro a ambas chicas.

-Si cualquier cosa, no dudes en llamarnos- Violeta sostuvo la mano de Karina.

-Si cualquier cosa, eviten que Mara piense que me quiero alejar de ella, evitenlo por favor, cuento con ustedes- Sebastián tenía una mirada llena de esperanza.

-De eso nos encargamos Seb- Karina dió una palmada en su hombro dándole ánimos, Sebastián se despidió de ellas y salió de la cafetería.

Tiempo después de que salió Sebastián...

-¿Mara en serio crees eso?- Karina jugaba con uno de los mechones de mi cabello.

-No lo sé chicas, Sebastián ha estado tan distante conmigo, bueno a veces no se si quiere terminar conmigo.

-¿Terminar contigo?- Respondieron las dos al unisono con asombro.

Las dos chicas se miraban con complicidad y con algo de pánico, esperaban que su amiga no estuviera pensando en terminar con Sebastián.

Pero ya sabían lo que había detrás de todo eso, detrás de ese distanciamiento, Sebastián llevaba semanas planeado pedirle matrimonio a la mujer que tanto amaba.

Después de tanto misterio, la boda se realizó, una boda maravillosa donde se dieron cuenta que compartirían su vida, toda una vida donde ambos se entregaban, se amaron y formaron una familia, donde pasó una chica admirando a un hombre misterioso a ser su esposo.

                               FIN

Admiradora- Sebastian Stan Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora