Martes 24 de octubre
-¿Mara en serio crees eso?- Karina jugaba con uno de los mechones de mi cabello.
-No lo sé chicas, Sebastián ha estado tan distante conmigo, bueno a veces no se si quiere terminar conmigo.
-¿Terminar contigo?- Respondieron las dos al unisono con asombro.
Las dos chicas se miraban con complicidad y con algo de pánico, esperaban que su amiga no estuviera pensando en terminar con Sebastián.
-¿Por qué ponen esas caras? Pensé que habían notado esa actitud en Sebastián- Las mire con extrañeza.
-Yo creo que Sebastián... Bueno no sé creo que necesita algo de su espacio o no sé, pero ¿Terminar con él?- Violeta respondió nerviosa.
-¿Su espacio? ¿Creen que necesita alejarse de mí?- Mi corazón se partió en mil pedazos.
-Bueno tal vez este pasando por un mal momento y no sabe cómo decírtelo- Karina trato de consolarme.
- Quizás- Agache la mirada.
-Hey, todo saldrá bien, solo piensalo bien- Violeta recargo su cabeza en mi hombro y deslizó su mano por mi brazo en un caricia.
***
Jueves 26 de octubre.
Sebastián, bueno no se que pensar... En serio no quiero que lo nuestro terminé y quisiera saber que pasa con él, si necesita algo o ¿Es algo conmigo? Lo amo, lo adoro y no quisiera dejarlo ir.
Me dirijo a la cafetería como mi rutina de siempre, salgo del edificio y alzó la mirada y ahí está... Sebastián recargado en su carro, me saluda con la mano, lo miro confundida pero no dudo en acercarme a él y correr a sus brazos.
-Hola... - Lo abrazo y el deposita en beso en mi frente.
-Hola... Ammm tenemos que hablar- Sebastián se separa de mí y me mira serio.
Asiento y nos subimos al auto.
-Bien... ¿De que quieres hablar?- Trato de mantenerme serena y que no se me quiebre la voz.
-De nosotros, pero no quiero hablar aquí- Sebastián gira hacia mí y toma mi mano.
-¿Entonces en donde?
-Ammm no puedo decirte ¿Confías en mi? - Sebastián actuaba más raro de lo normal.
-Si, claro que sí- No dude en responder.
No hablamos mucho en el camino, la ciudad era tocada por el otoño, como cuando fuimos al cumpleaños de Chris y caminamos por el parque, los árboles y el clima algo frío daban un toque de nostalgia. El ambiente era serio, no escuchamos música como siempre teníamos por costumbre, no hablamos mucho así que eso me estaba matando ¿Sería que todo iba a terminar? ¿Ya no habría nunca más un "nosotros"? No lo sé, solo me deje guiar por él, conduce por fuera de los límites de la ciudad y yo solo espero que lleguemos a nuestro destino.
Sebastián se estaciona en un lugar retirado, condujo como por una hora, no tengo idea de dónde estamos, un estacionamiento como cualquier otro, solo se ven muros altos que cubren todo el lugar, no hay nada más.
-Ven vamos a cambiar- Sebastián me mira y asiento.
Salimos del auto, no me toma de la mano, guarda sus manos en su chaqueta y solo camino al lado de él, pasamos esos muros y dan una hermosa vista, árboles y árboles enormes, que tienen tonos naranjas y rojizos, las hojas secas regadas por todos lados y no puedo evitar sonreír ante hermoso lugar.
- Sebastián... - Digo con admiración- Este lugar es hermoso ¿Dónde estamos?
-Venia aquí con mis padres de vez en cuando, en invierno, en primavera pero el otoño es mi momento favorito, es el bosque rojo, aquí vengo cuando tengo mucho en qué pensar o solo cuando trato de escapar.
-Es un lugar muy hermoso- No puedo contener la emoción y me llevo la mano al pecho. Una brisa de aire pega en mi rostro y juega con mi cabello, alzo mi cabeza al cielo y cierro los ojos, suspiro y siento el viento.
Puedo sentir como Sebastián se acerca a mí y con su mano acaricia mi rostro con delicadeza.
-Lo siento.
-¿Qué?- Lo miro confundida.
-Siento haber sido tan distante contigo estos días, en verdad lo siento- Pone ambas manos en mi rostro.
-¿Por qué?- Trato de contener las lágrimas.
-Para hacer esto, necesitaba tiempo.
-¿Tiempo para ti? ¿Tiempo para alejarte de mi?- Digo con voz cortada.
-No linda, no te quiero lejos nunca.
-¿Entonces? ¿Qué sucede?- Digo con desesperación tratando de entender que pasa.
-¿Confías en mi?- Sebastián me mira fijamente.
-Ciegamente.
Sebastián se separa de mí, toma mi mano y me guía.
-Ponte esto.
-¿Qué?- Saca una venda y me la muestra.
-Solo confía en mí- Sebastián se coloca detrás de mí y me coloca la venda y toma mi mano y comienza a caminar.
- Sebastián Stan... Estás loco- Trato de contener mi risa.
-Pues así me tienes, solo confía, escucha las hojas secas que estás pisando, huele el aroma de la tierra húmeda, escucha mi voz, escucha el viento y siente la brisa.
Solo lo sigo, es como si él se metiera en mi mente y supiera como me hace sentir, a ciegas lo seguiría hasta la muerte, con emoción y confianza, con expectativa esperando más de ese corazón inmortal lleno de ilusiones y amor.
-Ya casi llegamos, solo sigue caminando- Sebastián aferra mas sus manos a mí.
Seguimos caminando unos minutos hasta que él se detiene y se pone detrás de mí para quitarme la venda.
-Mara... Hemos llegado- Susurra en mi oído y me causa escalofríos, quita la venda y abro mis ojos poco a poco.
Tengo a la vista una mesa con un mantel blanco divino, unas luces con hojas sintéticas verdes que cuelgan de la mesa, los faroles encendidos y me quedo maravillada.
- ¡Sebastián!- Llevo las manos a mi boca con tanta emoción que brotan unas pocas lágrimas. -Es hermoso, no tengo palabras.
-Ven, toma mi mano- Sebastián extiende su mano y me dirije a la mesa, una botella de vino tinto, un florero con rosas rojas, dos asientos juntos, y dos platos servidos, con una canasta en medio.
En el suelo, un camino limpio que nos guía a la mesa con unos pétalos de rosa regados, nos sentamos y nos preparamos para comer. Sebastián saca todo de la canasta, sirve spaghetti rojo con albóndigas de carne, dos filetes de carne y puré de papas.
Comemos, todo está delicioso, platicamos y reímos pero sigo algo confundida ¿Se está disculpando? ¿Que pasó?
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Admiradora- Sebastian Stan Y Tú
RomanceMara es una chica que trabaja en una cafetería, una joven de 25 años apasionada y una romántica empedernida que cambia su vida al ver al hombre de sus sueños Sebastian stan y tú, sumérgete en un universo alterno donde te enamoras de este hombre