Supernova Superstar | Licorice Cookie x Male OC

Final: El día que las Cerezas quedaron malditas.

Pomegranate bajó horas después para llamar a Licorice, el momento de utilizar el cristal nebular llegó pero todos debían estar presentes para controlarlo, en poco tiempo amanecería pero sólo halló a su compañero echado en el suelo acariciando el cuerpo sin vida de su único amor.
El nigromante no dejaba de besarle la cara, ni siquiera se molestó en cerrarle los ojos, sus dedos le recorrían la cintura, restregaba su rostro sobre el del niño buscando su aliento una vez más. Secreteaba con el cadaver, le aseguraba que todo estaría bien muy pronto además todos sus libros y escritos estaban esparcidos por el suelo manchándose del enorme charco de sangre que también comenzaba a pigmentar el cabello blanco del difunto el cual tenía la mirada en la nada con los labios entreabiertos también con manchas como si...

-Que asco... -Recobró la hostilidad probablemente con la intención de seguir adelante para dejar atrás ese oscuro capítulo, la imagen de Licorice asesinando a un chiquillo que lo tenía obsesionado -No puedes traerlo de vuelta, él es un cristal. Licorice, él nunca fue real... Levantate, es hora de que la oscuridad gobierne por sobre todas las cosas.

-Estoy seguro de que con el hechizo correcto... -Tanteaba entre las hojas completamente consternado.

-Milky Way es el cristal... No es como tú o como yo, se acabó... -Plantó una bofetada, él seguía sin reaccionar, ni un quejido logró emitir.

Entonces, Licorice tuvo una idea.

Todo temina con una idea.

Tal vez si a Moonlight jamás se le hubiera ocurrido utilizar el cristal nebular...

Tal vez si Licorice se hubiera tomado en serio la magia de Café...

Tal vez si Wind Archer fuera más demostrativo...

Tal vez si a Pomegranate nunca hubiera leído respecto al caliz...

Seis miligramos de Vía Lactea cambiaron el rumbo de todo.

Rodearon la mesa circular, Licorice vio el cristal nebular ahí, brillando además reflejando cada cosa a su alredor, sus ojos se clavaron ahí un buen rato.
El caos inició en un abrir y cerrar de ojos, Licorice perdió el hilo, la voz de Pomegranate se escuchaba muy lejana en un eco que se iba tornando mas inteligible. ¿Ellos presentían su reacción? Dark Enchantress llegó para guiarlos, se posó al centro, las palabras sonaban una tras otra, sin embargo, el miserable hechicero divagaba incapaz de conectar la ideas.

-Buen trabajo, Licorice -Alcanzó a escuchar cuando su oído se agudizó, quien hablaba era la gran maestra.

Fue lo único que dijo, tan seco y frío.
Nada comparado a los cálidos labios de Milky Way cuando besaba sus mejillos, tan lejos de el consuelo que le brindaban sus brazos u ojos que jamás escondieron el rechazo. Su corazón pertenecía a Milky Way, esa maravillosa galleta azucarada incomparable, inalcanzable... No... Casi inalcanzable porque realmente probó la deliciosa tez blanca que con el simple roce encendían la lujuria mas pútrida en Licorice.

Amado Milky Way.

Que por primera vez le brindo un deleite y éxtasis físico que por años otros le negaron.

Amado Milky Way.

-Licorice -Gritó Pomegranate irritada -Es tu turno... -Probablemente llevaba bastante tiempo llamándolo.

-¿T-Turno? ¿De qué? -Tartamudeó tembloroso.

-Debes usar la magia de Café, apresúrate -Sonaba temerosa porque el cristal comenzaba a volverse de un color negro, oscuro como el mismo vacío.

Mierda...

-Debes hacerlo, depende de todo tipo de Magia, sus ramificaciones -Mencionó Dark Enchantress