9. Lujurioso Licorice

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Milky Way se levantó antes de que Wind Archer apareciera en su puerta, sus pies corrían por la elegante alfombra de su habitación mientras cepillaba su cabello con prisa. Un nuevo descubrimiento lo tenía tan inquieto, pasó toda la noche practicando imaginando las infinitas posibilidades, los diferentes rumbos que le ofrecía su conocimiento.

Wind Archer se presentó como cada mañana, esta vez daba un aire de tranquilidad que no mostró antes, sobre todo ante Milky Way, traía entre sus manos una bolsa de papel y una taza humeando. 

-¿Estás listo ya? Te traje el desayuno -Sonrió, una sonrisa noble que sólo alarmó al niño.

-Todavía es bastante temprano -Caminó discretamente a su cama para sentarse sobre el libro que robó la noche anterior -Gracias supongo... Además te recuerdo que hoy es martes, es mi día.

-Yo lo sé... -Formó una línea recta con sus labios -Sólo... Siempre dices que soy muy duro contigo, intenté cambiar esto -Retomó la seriedad que ya era parte de la rutina monótona del chico -Lamento haber actuado de una forma que te incomoda. -Carraspeó, dejó la comida sobre un lindo buró de madera color blanco -Ayer... -Se puso a hojear un pequeño cuaderno de pasta gruesa -Tuve una conversación con Licorice...

-¿Licorice?

-Ajá... -Ajustaba su bufanda con intención de ocultar la mitad de su cara -Le pedí que mantenga su distancia.

-Así que ahora amenazas a los demás -Milky Way puso los ojos en blanco, Wind Archer frunció el ceño -Licorice me agrada -Mintió, la verdad era que su repulsión al nigromante seguía ahí pero que Wind Archer se atreviera meterse entre ambos como si el joven hechicero fuera un bebé incapaz de protegerse -¡Deja de meterte en mi vida! Tu deber es proteger tu estúpido bosque, eso está allá afuera no aquí, yo no soy un bosque.

-Por favor, baja la voz -El arquero respiró para mantener la paciencia, Fire Spirit apareció desde el pasillo curioso por la discusión -Debes comprender que lo que hago es por tu bien.

-Lo haces porque odias que yo sea feliz -Argumentó Milky Way, Fire Spirit torció el gesto molesto, ahí la joven galleta que probablemente dijo algo incorrecto porque la galleta de fuego siempre se mostraba alegre y comprensiva -Ya no soy un niño -Infló las mejillas típico en él cuando estaba dispuesto a hacer un berrinche -¡Te odio, Te odio! -Le dio un manotazo a su protector, el cuaderno cayó al suelo, un montón de hojas con escritos quedaron esparcidas por el suelo, pisoteó cada una como pudo agitando los brazos. 

Mientras los compañeros estaban distraídos con el desastre Milky Way aprovechó para introducir el libro que escondió en su bolso, caminó con grandes zancadas a la salida, Wind Archer quería prestarse a resolverlo, tomó su muñeca para detenerlo hasta que sintió una bofetada. El guardián del bosque quedó anonadado, su menor buscó escapar lo más rápido posible.

-No lo decía en serio, Wind... Está molesto... -Escuchó decir a Fire Spirit antes de alejarse por completo, era como un tipo de consuelo que ni él mismo era capaz de expresar con la convicción adecuada.

*

-¿Qué haces aquí? -Cuestionó el albino al encontrarlo en las orillas del bosque, muy lejos de todo.

Lo primero que vieron sus ojos al despertar fue al adorable Milky Way frunciendo el ceño, por primera vez en su rostro aparecieron unas profundas ojeras producto de una noche pesada, el niño se acomodó a un lado de Licorice.
Existía ahora una timidez inexplicable gracias a Timkeeper, Milky way observaba a aquel hombre preguntándose si todo se trató de una broma de mal gusto porque con toda sinceridad...

Licorice era la galleta más fea que conoció en su vida.

Por obvias razones buscaba ocultarse en una imagen de alguien razonable, no superficial ya que ese era el ideal que sus criadores exigían en él ¿Realmente iba a terminar enamorado de alguien con atractivo tan nulo?  El muchachito rascó su nuca sin saber que decir, Licorice se encontraba con la mente muy lejos de ahí reprendiéndose mentalmente por sus defectos, algo que le repetían constantemente los últimos días.

Milky Way tomó su rostro para atraer la atención del hechicero y lo logró.
Licorice cayó en cuenta sobre lo absurda que fue la idea de enamorarse de un ser tan insoportablemente perfecto, atreverse a tocarlo o hablar con el como si la sola idea de consumar su amor fuera posible. En cambio, el mas joven sentía una sucia curiosidad, recordar esa lengua probar de su rostro por la fuerza le provocó un encantador escalofrío que le hizo abrir levemente sus labios rosados recién humectados, Licorice juraría que estaban cubiertos de delicioso caramelo.

-¿Y tú? -Habló Licorice de mala gana, admiró su cuerpo masculino, curveado y esas caderas despampanantes que atraían las miradas, bajó la mirada a esa linda entrepierna virginal.

-Estuve leyendo -Habló el menor -Creo que puedo reparar tu defecto.

-De nuevo con eso - Cruzó los brazos incómodo -No sé quien te lo dijo pero detesto hablar al respecto.-Resopló recargándose en el árbol.

-Bien -Abrazó sus piernas avergonzado, no tienes que tomar tan en serio a Wind Archer -Descansó su cabeza sobre el hombro de Licorice.

Esto provocó un salto en su corazón, una de sus manos con garras afildas se posó sobre el muslo de Milky Way como cuando se conocieron. Ambos pensaron lo mismo, la satisfacción que les brindaría pasar sobre la autoridad de Wind Archer Cookie.
El jovencito sonrió con timidez levantándose su prenda superior, los ojos de Licorice se iluminaron al ver ese pecho desnudo menudos pero bien formados, con tez blanca como la leche, humectada,  con un par de pezones rosados que lo invitaban.

-Mierda... -Soltó Licorice seguro de que en cualquier momento se pondría a babear.

Milky Way lo tomó del mentón para guiarlo, fue fácil ponerlo a sus pies, Licorice con su horrible rostro sonreía desesperado por probar de aquella piel tersa, porque el mozo era como un bizcocho.
La boca de Licorice se adueñó de uno de los pezones, su lengua jugueteaba rodeando la aureola, gozando mientras Milky Way sentía hilos de saliva caer sobre su abdomen, cerró los ojos para soportar el asco.
Se sentía en un sueño, tan dulce y juvenil.
Durante toda la vida le negaron placeres sexuales y románticos, por primera vez se sentía vivo, llenaba de fluidos toda la desnudez, enterraba las uñas en su cintura como una bestia adorando el subir y bajar del pecho de Milky Way, levantó la vista, el jovencito le observaba con un tenue carmesí adornando sus mejillas.

Licorice no esperó, bruscamente comenzó a levantarse los harapos sucios y deslavados que llevaba como ropa para poseer todo de una buena vez, con su dedo exploró por la ingle para hacer a un lado la tela que le impedia ver su entrepierna al descubierto. El aire se le fue, suspiró como un bobo enamorado al encontrar el hermoso vello púbico color blanco, lo empujó para que se recostara, antes de que Milky Way pudiera quejarse sintió la punta juguetona de Licorice acariciando sus labios.
La idea de detenerlo en ese mismo instante se le pasó por la cabeza, Licorice apoyo su brazo derecho en el pasto esperando una señal, el chiquillo sabía que para lograr lo que deseaba debía hacer sacrificios.

Asintió.

Fue penetrado de manera descortés, apretó los ojos ahogando un grito de dolor, Licorice se quedó quieto incrédulo. Se inclinó para besar sus labios, anhelaba sellar la fantasía pero Milky Way abrió los ojos, ese rostro tan antiestético, opuesto a su belleza angelical.

-Voltea tu cara, maldita sea... -Ordenó irritado -Eres un jodido deforme... -Bufó, Licorice lo miró a los ojos, decepcionado, estaba viviendo un sueño que de pronto se convirtió en una pesadilla humillante, desvió la cara avergonzado, triste y decepcionado, con un nudo en la garganta deseos de echarse a llorar ahí mismo -¿Vas a dejarlo así?

Licorice escondió la cara en el cuello de Milky Way, comenzó a moverse y segundos despues el chico respondía a la estimulación con jadeos o gemidos, el nigromante veia sus lágrimas humedecer el suelo, él estaba sollozando.

Milky Way ideó un primer beso romántico.
Licorice soñó con un primer encuentro íntimo dulce, como un pastelillo, un pastelillo de cereza.

Se arrebataron mutuamente tal ilusión.

Al terminar después de un par de minutos Licorice sólo se echó a dormir en el suelo, agotado, desencantado y frustrado.

Milky Way sonrió victorioso cuando lo escuchó roncar.
Había llegado el momento de arreglar al hechicero fallido.

Supernova Superstar | Licorice Cookie x Male OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora