capítulo 6

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CAPÍTULO 6

 
 
—-¿por qué me evitaste? Me preguntó Aron . Me sobre salté , pues no me había dado cuenta que me estaba siguiendo.
 
—qué…  fue lo único que puede responder,  por que me encontraba aturdida.
 
—me estas evitado!! — arrugó su frente, mientras me observa , como analizando mi reacción —¿fue por lo que pasó hoy?
 
No sabía que responder , no quería reconocer, que causa sentimientos en mi. Mi orgullo no me lo permitía. Pero sobre todo, no sabía siquiera lo que sentía o sí era correspondida .
 
—¿bien? Hablo con su inigualable impaciencia. Recordé sus problemas de ira y acepte. Sabía que no era nada tonto y podría distinguir si le mentía,  además que podría hacer   . También quería saber por qué lo hizo.  Digo uno no anda por la vida abrazando a las personas así por que si .
 
—si.  Apenas susurré. Una parte de mi  quería preguntar más o decir más.  Pero otra tenía miedo,  miedo a que todo sea una imaginación mía, y saber que solo soy yo con todo este remolino de emoción.
 
—      ¿No te gustó? “Por que a mi si me gustó, me gusta ahora y a ti también te tiene que gustar.” Demandó.
 
Su voz fuerte y dominante. Era como si un niño le hablara a su mamá pidiéndole que guste de su amigo .
 
— ¿Entonces te gustó? Volvió a preguntar, pero esta vez un poco más amable . Deseoso de saber mi respuesta.
 
—Si me gustó, respondí.  Totalmente sorprendida , emocionada y sonrojada.
—      Bien .  me regalo una sonrisa y se fue diciendo. —“ buenas noches.”
 
Me quede sumergida en mis pensamientos . este hombre me deja totalmente idiotizada.  Recuerdo, que dijo, soy una excepción, y al parecer le gusta los sentimientos que siente al estar conmigo.
 
Necesito mantener mi distancia de este hombre, de lo contrario este trabajo se convertirá en otra cosa. Me dirijo a mi habitación cansada, unas voces llaman mi curiosidad, me acerco un poco más a las voces que vienen de la sala de estar, me asomo y logro ver a Mathias, el guarda espaldas de Aron, el mismo que se encontraba ayer junto Gregorio y Dougals después de la escena de ira de Aron.
 
Lo cual me sorprende verlo sonreír ya que él tipo es más serio y lo digo por que ayer que estuve casi todo el día con él, su expresión era de pocos amigos y ahora verlo junto a karen, tan alegre y feliz compartiendo.
¿ acaso ellos?
Mi pregunta qué da en el aire al verlos abrazados, se miran con amor, anhelo y se besan con cariño. Decido salir pues la cosa está subiendo de nivel y no quiero incomodar con mi torpe presencia.
 
Llego a mi habitación me desvisto, me pongo mi pijama y me voy a la cama quedando rápidamente dormida.
 
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Me despierto por unos toques en mi hombro, una dulce y divertida voz
 
—“ Rosalía despierta, vas a llegar tarde.” En eso abro mis ojos, aún soñolienta por el sueño. veo a karen, le  sonrió apenada y con mucha flojera.  Los días fríos,  me dan algo de flojera y unas ganas desmedidas de quedarme en mi cama .
 
—Que hora es?
 
—  Las 8:30 , el desayuno es a las 9, pero el señor tiene una reunión temprano y la está esperando.
 
—      Mierda y más mierda!!! Grito saliendo disparada al baño, le hablo a  karen , mientras me lavo.
 
 
—      Por favor búscame ropa.!!! Le pongo mi carita más tierna que pueda mostrar, mi puchero y mis ojitos de garito.  A ver si cae .
 
—¿cualquier cosa? Pregunta con diversión. Mostrando una sonrisa algo diabólica.
¿De vería de temer? No lo creo .
 
—      Si , por favor. Termino de lavarme, me hago un moño con mi cabello, salgo y me visto sin detenerme a ver que me estoy poniendo.
 
Bajo las escaleras y me encuentro Aurora junto con Gregorio.
 
—“ buenos días “. Saludo apresurada a los dos. ellos contesta de la misma manera . Aurora me regala una cálida sonrisa, calmándome mágicamente.
 
—      El señor te espera en el auto. Me dice cambiando su cálida expresión, eso debe de significar que no está de buen humor.
 
No es novedad.  Me acostumbraré. 
 
Voy corriendo abro la puerta del vehículo, el olor a perfume de hombre golpea mi nariz . proviene de aquel guapo hombre que es mi feje que tiene una cara de pocos amigos, me mira de arriba hacia abajo deteniéndose en mis piernas descubiertas por la corta falda que llevó puesta. Mierda justo me tenía que dar la falda mas pequeña . Dios karen eres una dialilla. Esta falda me la regaló una viejita del asilo dónde trabajaba, la pobre viejita decía que para encontrar un hombre tenía que ponerme sexy , y esté junto a una blusa muy escotada , a juego con esta falda ,era lo ideal . Gracias a Dios , de esa blusa no hay rastro . sonrió por el lindo recuerdo.
 
—      Lo siento llego tarde. Digo apenada, después de salir de mis recuerdos.
 
—      Qué no se vuelva a repetir habla sin mirarme. El viaje estuvo tenso, Aron , esta vez condujo el auto, sin chófer,  sentándome yo esta vez como copiloto. La faldita ,de material drill , color borgoña , se levantaba un poco . Las medias pantis ,gracias a todo el cielo , me cubría un poco . Aron  manejó muy rápido llegando casi en menos tiempo que lo habitual , bajó muy  apresurado.
 
 
—      Necesito un café a las once , se fue dejándome aturdida con su manera de hablar tan fría.
 
Camine en dirección a la oficina de Aron,  pensando en su frío comportamiento. Con mi tamborcito dando toques de tristeza  lentos y tortuosos.  cuando un ligero golpe en mi hombro me paró en seco, me gire encontrando un pecho trajeado, levanto un poco mi cabeza  , observó al hombre de ojos azules de lindo rostro y me pregunto. ¿Soy muy baja? O aquí , ¿son todos muy grandes.?
 
—      Disculpa digo apenada. Por que por andar sumergida en mis pensamientos, golpeé a este guapo hombre .
 
—      Tranquila respondió con voz varonil, muy aguda, y una sonrisa que derretiría a cualquier chica, pues es muy guapo no tanto como mi Aron.
 
 Pensé……
 
alto ahí vaquera . Dios ¿ enserio Rosalía? ¿Que estoy pensando? Él es solo mi feje. Y creo que hoy su estado de ánimo dejó muy en claro , poniendo un freno a lo que yo misma imagine.
 
Necesito amigos.
 
 
—      ¿“ quien eres”? “Te vi ayer y ahora” .
 
Preguntó con suma curiosidad , era clara su duda . que hacía una chica como yo , sombría ,sin gracia alguna.  Mis vestimentas , resaltaban tanto como la de ellos,  solo que en mi caso,  yo visto,  con ropa de ofertas,  aquellas que siempre se encuentran en remate,  o al dos por uno , en un mall . Sinceramente nunca me avergüenzo de mi  precariedad.  Pero aquí resalto,  y mucho . trabajar en la oficina del brillante feje.

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