La ladrona. (Natalia G!P)

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-JODER DAMION ¿NO PUEDES MANEJAR MÁS RÁPIDO? SE ESTÁ ESCAPANDO

Estaba totalmente desesperada, llevaba años intentando atrapar a una de las ladronas más buscadas en España y las veces que se escapó fue por todas las escapatorias que planea.

Natalia Lacunza con tan solo 22 años de edad se la pasa robando todos los bancos y joyerías del país, ya casi es inútil revisar las cámaras por qué no se ve nunca su cara y cuando termina el atraco es muy rápida cambiando de identidad.

Cuando mi jefe me dió el caso de esta mujer supe desde el principio que era una responsabilidad muy grande y que la mayoría de policías que se encargaron anteriormente de este caso renunciaron o cuando estuvieron cara a cara su belleza los cegó, Natalia sabía usar su inteligencia en los atracos y su hermosa cara, obviamente.

A unos segundos de rendirme como casi siempre pasaba la radio que tenía en mi chaleco comenzó a hacer interferencia, lo agarré y hablé, no fue mucho tiempo el que tuve que esperar cuando se escuchó la voz de otro de los agentes que estaban al otro lado del túnel por el que se había metido el carro en el que iba Natalia con sus otros cómplices que eran igual que ella.

-jefa, la tenemos.- escuchar aquellas palabras de Joaquín uno de los agentes que se encargaba de la patrulla 14 y 15 me generó una felicidad impresionante.

-perfecto Joaquín, gracias por hacer siempre bien tu trabajo, nos vemos ahí.

Cuando habíamos llegado bajamos todo de la patrulla en la que estaba y me encargaba, fue cuando ví a una chica alta con una capucha campera negra con dibujos de esqueleto, su pantalón combinaba al igual que sus botas negras.

-concétrate Alba...- me hablaba a mí misma intentando calmarme, todo esto es un gran logro.

-joder, la rubita llegó chavales...- su voz me estremeció por completo, era ronca y algo gruesa.

Fué cuando se dió vuelta que mi mundo se paró completamente, el corazón me palpitaba a mil, mi cuerpo no se movía ni por voluntad propia... era realmente hermosa.

Tenía tatuajes por su cuello y en sus manos que ahora estaban con unas esposas, me miraba algo confundida por que me había quedado petrificada mirando su rostro y su cuerpo.

-como estamos hoy eh, está rubia va a follarme con la mirada por favor salvenme- dijo siendo lo más sarcástica posible mientras se mordía el labio

-¿estas bien Alba?- Gustavo, el conductor de la patrulla 14 tocó mi hombro.

-sisi, perdón.

Me puse seria tragando saliva y suspiré.

-llevensela directamente a la cárcel de máxima seguridad, revisen por última vez si no tiene ningún tipo de arma... nos vamos.

Me di media vuelta y caminé hacia la patrulla mientras escuchaba como todos mis compañeros hacían caso a mis órdenes, me subí mirando un punto fijo analizando todo.

"¿que mierda me pasó?" ¿será que su belleza me hipnotizó como lo hizo con la mayoría de ex-policías? ¿que tenía que hizo que me quedara inmóvil?

Mi cabeza no paraba de preguntarse que había pasado, me daba dolor de cabeza tan solo pensarlo, era mucho.

Cuando llegamos a la cárcel revisaron a todos por última vez y luego le entregaron el uniforme de preso color negro, los colores en esta cárcel eran importante.

Los rojos eran para las personas que habían cometido delitos como asesinatos o atrocidades que ni un ser humano pensaría que sería capaz.

Los negros eran para las personas que habían cometido delitos como robos totalmente caros, como joyerías, bancos o incluso casas de gente económicamente alta.

One Shots // A l b a l i aWhere stories live. Discover now