Hýpnos. (Natalia G!P)

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Natalia se mantuvo observando a Alba. La joven universitaria estaba tranquilamente sentada, luciendo hermosa y juvenil en su atuendo de falda y blusa formal, su cabello peinado. Le era difícil mantener la mirada fuera del escote o de las piernas por lo que se dedico a observar su rostro hermoso, notando que, aunque su pose era relajada, lucía un poco nerviosa, su mirada miel y esquiva la delataba.

-¿Algo que le incomode Srta. Reche?- Le pregunto. Ella de inmediato tensó sus hombros y la encaró con sorpresa.

-Por lo general, estar sentada en una silla de oficina siempre significó problemas en el colegio- Le contesto, con una sonrisa torpe y nerviosa, pasándose un mechón de cabello tras su oreja. A Natalia aquello le pareció divertido, en cierto punto se sintió identificada.

-Descuide Srta, ahora no estamos en el colegio y usted no ha hecho nada malo- Eso provoco una sonrisa por parte de Alba, y Natalia, en plan de juego, la miró directamente a través de sus anteojos y le pregunto- ¿O sí?

-¡No!- Su respuesta fue rápida y su nerviosismo pareció aumentar- No, por supuesto que no, profesora Lacunza, yo no-

-Relájese Srta. Reche- Le dijo Natalia, acompañándose de una sonrisa amigable, intentando calmar a la estudiante.

-Lo siento mucho, Profesora- Se disculpo con la voz un poco baja, mientras jugaba con sus manos- Para ser sincera, estoy un poco nerviosa- La volvió a mirar a los ojos- Nunca he sido hipnotizada- Tomo un respiro y continuo- No es que no esté agradecida por permitirme ser parte de su proyecto. Es solo que he estado pensando en esto desde que me lo dijo y usted tiene que admitir que es terrorífico que alguien juegue con tu cerebro y mente, y no es porque usted sea terrorífica, pero es como esa historia del Dr. Frankestein y- espere, no es que yo la vea como al monstruo horrible, para nada, usted es bellísima y muy inteligente y en realidad mejor cierro la boca.

Natalia aguanto las ganas de reír ante el parloteo de Alba. Era realmente ocurrente ver como la estudiante más seria y disciplinada de la Universidad perdía la compostura ante el nerviosismo. No es que le pareciese divertido jugar con las personas, sin embargo, la profesora Lacunza tenía cierta fascinación por la joven.

-No es algo doloroso o dificultoso en lo más mínimo. Solo tiene que cerrar sus ojos y escucharme atentamente- Para intentar tranquilizarla más, añadió- Por favor, a partir de ahora, puede llamarme Natalia. Y si me lo permites, ¿podría yo llamarte Alba?

Alba le mostro una tímida sonrisa.

-Está bien...Natalia- Dejo sus manos quietas- Y sí, puede llamarme Alba.

Eso provoco una sonrisa más grande en el rostro de Natalia que provoco un rubor en las mejillas de Alba.

-Muy bien, Alba- Natalia tamborileo con sus dedos en el escritorio antes de levantarse. Los tacones de sus botas hicieron ruido al ella caminar hacía su celular, conectado a un par de cornetas, y reproducir una pista suave que protagonizaba un piano. Los hombros de Alba cayeron al escuchar. Natalia sonrió- Me voy a sentar aquí, justo delante de ti- La morena llevo una silla hasta estar frente a la de ojos miel, mientras ella- Quiero que cierres tus ojos y permitas que tu mente se afloje.

Así lo hizo Alba. Esa obediencia emociono a Natalia, la cual se permitió a sí misma distraer su mirada en el escote de la chica por un breve momento. Al tomar un aliento profundo, Alba la imitó y eso hizo que Natalia sonriera fatua. Alba sería un buen sujeto.

-Ahora, permite que tu cuerpo adopte una posición de descanso, relajada, sin tensión- Los hombros de la universitaria se relajaron aun más y ella se recostó un poco en la silla, dejando salir un suspiro de alivio- Así, deja que tus extremidades cedan y que tu centro pierda toda rigidez- Ella se veía cada vez más relajada, bajo sus ojos cerrados aun se podía dibujar la mirada de concentración- Inhala profundamente, exhala despacio- Los ojos marrones de Natalia fijados en el pecho de la muchacha mientras ella obedecía a su voz- Otra vez. Otra vez. Otra vez- Natalia intento calmar la emoción en su entrepierna.

One Shots // A l b a l i aWhere stories live. Discover now