28° Cartas sobre la mesa.

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La mirada de terror de mi madre solo me hace erguir más la espalda.
Los demás solo se mantienen en silencio, saben que los descubrí, saben que se todo y ninguno tiene cara para mirarme a los ojos, nadie excepto Helena Hale que se mantiene de pie intentado llegar a mi pero la alejao.

Camino hasta dejar la espalda contra la barra, y cruzo los brazos sobre mi pecho sin apartar la vista de la mujer que claramente está teniendo una lucha interna consigo misma.

— Eric.... — empieza pero se calla al instante.

Me aclaro la garganta y coloco las palmas de mis manos contra la barra sin moverme de mi lugar. — Bien. Empiezo yo. — hablo desafiandolos con la mirada — Adoptado, drogado, engañado, traicionado. — reprocho una por una en sus caras. Ya no hay excusas, ya no hay teatros, lo único que queda es la cruda verdad. — Jason Barnes. ¿Cuanto tiempo creían que iba a durar su cuento de la familia feliz? —encaro a mi madre que no sabe que decir, ni que cara poner, mis abuelos y mi padre solo se mantienen en sus lugares sin decir nada. <<Aparte de mentirosos, cobardes.>>— Les doy la oportunidad de hablar, justo ahora. — continuo — Expliquen lo obvio.

— Debes entender que todo lo que hemos hecho ha sido por tu bien —habla mi madre tragandose las lágrimas y el sollozo que amenaza con salir de su garganta — Eres mi hijo y... lo único que....

— ¡Y una mierda! — la corto —¡Me mintieron! — grito tratando de que mi voz no se quiebre. ¿Es fácil esto?, No. Claro que no.

— Lo hicimos para protegerte — explica mi padre poniéndose de pie para llegar a lado derecho de mi madre 

— ¿Protegerme? — suelto  con sarcasmo — ¿Protegerme de quien? ¿De Jonathan? Se supone que esta muerto, ¿No es así? — inquiero tratando de detectar alguna expresión en ellos — ¿Como van a Protegerme de un muerto? ¿De mi pasado? ¿De mi verdadera vida?

— Eric... calmate por favor — pide mi abuela pero la ignoro

— Lo voy a decir una vez más — continuo — hablen. Expliquen. Porque ahora mismo los veo como unos malditos mentirosos. — paso la mirada de uno en uno — no como la familia que dicen ser para mi. — miro a mi hermana que esta aterrada de lo que pueda suceder o de lo que pueda decir, porque sabe perfectamente que mi arma mortal siempre han sido las palabras — la única que sale invicta de ese cargo es Erika

— ¿Puedes sentarte porfavor? — pide mi madre pero me niego a hacerlo  — No es fácil para mi... — solloza — Me dueles, nunca quise que fuera de esta manera... que te enteraras de esta forma yo.... yo solo creí que hacíamos lo correcto por ti... eras tan indefenso y....

— Soy el hijo de un Asesino — la interrumpo. Esas palabras son como ácido en mi boca — ¿Que hay de indefenso en eso?

— ¡No eres el hijo de un Asesino! ¡eres mi hijo! — estalla en llanto — no digas eso...

— Te niegas a ver la verdad que ya sabes — insisto sacudiendo la cabeza — No hay más ciego que el que no quiere ver. Jonathan Barnes era mi padre — continúo — el asesino de Nashville era mi padre, Julian Barnes es mi tío, Jackson Barnes es mi tío — cada palabra que sale de mi boca es un puñal que se me clava en el pecho, pero así como me duele a mi, a ellos también — y Evangeline es mi madre. Tuve una vida en Springholl que me obligaron a olvidar.

— Lo hicimos para protegerte — insiste mi madre sin poder contener las lágrimas

— ¿para protegerme? — vuelvo a preguntar con un tono de voz más elevado — ¿No te has dado cuenta de todo lo que ha sucedido a mi alrededor? ¡Jess esta muerta! ¡Cooper y Erin también!, El padre de Jesse también, George ¡El padre de Octubre por poco y también se les une!

El Asesino De Springholl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora