4°El Club Del Crimen

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El agua fría de la regadera me ayuda a alejar todos los pensamientos y teorías absurdas que he comenzado a formular en mi cabeza desde antier que ocurrió el primer homicidio.

*nos vemos en mi casa a las 10*

El timbre de notificación  en mi teléfono suena  avisándome que me ha llegado un mensaje
Salgo de la ducha y lo tomo para leerlo y veo que es de April.

*¿no fue suficiente verme por la mañana? * respondo

* .I. *

Suelto una carcajada

*primera reunión del club del crimen*

Ruedo los ojos ante el absurdo nombre que nos ha puesto Octavia.

*ok*

Envío como respuesta.

Mi reloj apenas marca las 8:30, así que opto por recostarme en la cama con los audífonos puestos, esta vez reproduzco a Gun's N' Roses, debo matar el tiempo hasta que den las 10 de la noche, además de que no quiero quedarme dormido y la música me sirve de distracción para mantenerme despierto.

Después de un rato siento la boca seca así que salgo de mi habitación sin quitarme los audífonos para ir por un poco de agua o jugo, al llegar a la cocina entro tarareando welcome to the jungle mientras simulo tocar la batería como Steven Adler. <<ridículo lo se>>.

Abro el refrigerador y saco la jarra de cristal con jugo de naranja que la abuela hizo hace unas horas. Tomo un vaso limpio y me sirvo un poco sin dejar de tararear la música que suena a través de los audífonos, no pienso, no imagino solo disfruto de la música y de mi vaso con jugo de naranja, hasta que siento la mano de alguien sobre mi hombro provocando que de un salto del susto, y  me giro listo para cualquier ataque, últimamente estoy muy a la defensiva.

— No quise asustarte — se disculpa el abuelo como si no hubiese estado a punto de sufrir un paro cardíaco por su culpa. Pero no lo culpo, aunque no me hubiese tocado de todas formas me hubiese asustado al girarme y encontrarlo frente a mi de la nada. Una vez que mi corazón palpita a ritmo normal, asiento para hacerle saber que esta bien y pauso la música.— ¿Como estas muchacho? — pregunta después de unos segundos de incomodo silencio.

— Bien — respondo encogiéndome de hombros — ¿Cómo debería de estar?

— Nos tienes un poco preocupados — agrega mientras toma asiento — todo lo que has tenido que vivir desde que naciste ha sido difícil para todos, pero más para ti

— ¿A que te refieres con eso? — pregunto confundido. 

Sacude la cabeza como si se hubiera dado cuenta de que acaba de decir algo que no debía de haber dicho y se aclara la garganta  — Me refiero a que la vida ha sido un poco dura contigo — se corrige pero sigo sin encontrar sentido en su nuevo comentario. Lo observo con los ojos ligeramente entrecerrados y asiento poco convencido de sus palabras.— ¿Sabes? — dice como si estuviera recordando algo — aún conservo ese barco de madera que tanto te gustaba poner en el lago — sonríe mirando hacia la puerta trasera pero lo único que logra es que mi ceño fruncido se profundice mas porque sigo sin saber de que habla. Ni mi hermana ni yo hemos estado en la casa de los abuelos con anterioridad, nunca habíamos venido a Springholl o  al menos no recordaba haber estado aquí.—  Quise decir el barco de tu padre — dice rápidamente cuando se da cuenta de mi expresión — el lo navegaba cuando era pequeño — no se porque, pero tengo la sensación de que el abuelo me miente o que me oculta algo, pero realmente no quiero insistir ya que solo obtendré evasivas. Como siempre.

— ¿De que hablan? — la voz de mi madre nos interrumpe. Su mirada viaja del abuelo a mi y viceversa como si tratase de leer nuestras expresiones y así descubrir la razón de nuestra conversación.

El Asesino De Springholl Donde viven las historias. Descúbrelo ahora