Ella

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Llegue a un punto en el que pensé que no encontraría a nadie después de el, que estaría sola debido a que nadie entenderia mi manera de ser.

Acepte que soy caos, todo mi alrededor es caos. Buscaba la calma como quien busca lo que más le falta por miedo a vivir incompleto toda su vida.
Sentía miedo de estar sola, que nadie me escucharía, y aún que no me entendiese me apoyase. Había perdido por completo la fe.

Hasta que llego ella, con su preciosa sonrisa y sus ojos traviesos.

Por culpa de mi miedo la dañe, la confundí y casi la perdí, pero por miedo a no volver a tocar su largo cabellos, apretar su redonda cara y rozar su cintura en cada oportunidad me di cuenta que ella era mi calma, la que admirar sin que se diese cuenta, a la que podía abrazar al estar hundida y ella sin saberlo abrazarme recomponiendome un poco.

Solo necesito hundirme en su cuello y sentir su olor para calmarme aún teniendo un completo caos en mi interior.

Me encanta admirarla, observar como mira hacia abajo cuando se pone nerviosa, o cuando mueve la pierna por inquietud o simplemente verla a los ojos y ver cómo brillan por cada cosa que la hace ilusión.
Adoro tocar su suave piel caliente, y apretar su dulce cara con rasgos angelicales pero con ojos perversos.
También como finge que no la pongo nerviosa cuando ella misma sabe que no es así, o apretarla contra mi sintiendo todo su cuerpo pegándose a mi.

Toda ella es calma aún cuando es un tanto impulsiva y retadora. Aún cuando le cuesta callarse cuando algo la molesta o cuando me mira con ojos perversos transmitiendome todo.

Ella es mi calma, mi miedo es que no quiero ser su caos, no quiero corromperla o hacerla darse cuenta que soy un desastre. No quiero que mi caos la consuma, sin embargo soy demasiado egoísta como para dejar que otra persona se quede con su calma.
Toda ella es mía, es la calma de mi caos, es mi calma y a consecuencia yo soy su caos

Todo mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora