Destino, una palabra que expresa mucho y poco a mi sentir, muchos creemos controlarlo, leerlo, predecirlo, pero es bien sabido que nadie puede ignorarlo o evitarlo, puedo asegurar sin duda alguna que existe una fuerza inentendible e incomprensible para nuestras mentes primitivas que regula el destino para cada ser en el universo, para todos, cualquier ser vivo, que pueda morir y vivir, todo y cada uno de los seres que respiran, viven e interaccionan con los elementos finitos del universo; todos tienen un destino escrito, labrado y esculpido incluso antes del nacimiento, eso de que podemos cambiarlo es una absurda mentira inventada por los imbéciles primates para darle importancia a las acciones que toman en sus patéticas vidas, por más que intenten cambiar lo que son con sus acciones es inútil o innecesario, pues una fuerza superior ya decidió si triunfarán o fracasarán, si vivirán con más episodios de gozo que de sufrimiento o viceversa, si morirán en la armonía o en total penuria; no importa lo mucho que los mortales intenten disfrazar y darle importancia a su existencia, cada uno de sus destinos ya fue escrito, no importa que tantos caminos tomes, ni cuantas personas influyan en tu vida, siempre de alguna forma llegarás a la conclusión que ya fue escrita para tu existencia.
Perdón si inicié hablando muy pesimista, pero me exalté, estoy enfurecido con el "poder del destino", porque si te lo preguntabas, el destino es una fuerza intangible para los mortales pero si puedes llegar a absorberla e imponer un nuevo destino a los objetos y seres que tú desees, pero esa fuerza es tan grande y poderosa, que no serías capaz de soportarla en tu ser ni por una milésima de segundo, me da gracia de hecho, pero se dice, que ni los más grandes seres divinos que intervinieron en la existencia de todo tampoco pudieron contener esa fuerza, es tan gracioso, ya es tu decisión si quieres creerme o no, pero yo doblegué esa fuerza como sí nada e hice con ella lo que fuera mi voluntad.
Se puede decir que moldeé un nuevo mundo con ella, yo decidí a quien quería en el nuevo mundo y a quien no, jugué a ser dios, pero ni siquiera llegué a ser de esos héroes que plasmaron en historietas antiguas, tal vez porque no quise que me consideraran como tal, ni tampoco como todo lo contrario; con orgullo lo menciono, yo me convertí en el "destino del mundo", mi voluntad era respetada y se aplicaba sin distinción ni misericordia, pero quería que fuera desde las sombras de lo desconocido, desde lo más oculto de lo secreto, la humanidad no estaba ni estará preparada nunca para comprender a un mortal con el poder de cambiar el destino de todo el universo.
Todo ese poder que exploté a todo lo que me fue posible y qué, me encuentro aquí, irónicamente esperando mi destino, creo que por eso estoy furioso, porque a pesar de lo imponente que me convertí al tener el poder para cambiar y moldear el destino de todo en el universo, no pude cambiar el mío, a decir verdad, lo ignoré por mucho tiempo, lo ignoré exactamente por cincuenta y dos años. Tanto poder y solo fui capaz de ignorarlo, pero no me siento arrepentido, solo molesto, si no lo hubiera ignorado por tanto tiempo, es gracioso que lo diga, si no lo hubiera ignorado mi destino fuera otro, el mundo fuera otro completamente distinto, pero al fin y al cabo, eso es lo que traté de cambiar, cambié el destino del mundo para evitar su destinada destrucción, y por esa razón no estoy arrepentido, realicé mi supuesto principal acometido, logré hacer lo que tenía que hacer en esta vida: sobrevivir a la casi extinción humana, ganar varias guerras para cambiar el orden de la humanidad, quitarle la vida a demasiadas personas que no tengo un monto estimado, entre inocentes y quienes merecían la muerte a gritos; construí algo tan monumental que era difícil no apreciarlo, pero lo conseguí sobre falsas esperanzas y todo terminó derrumbándose sobre mis hombros, ese fue mi destino, crear algo y verlo derrumbarse sobre mí, por eso estoy furioso.
Ahora sí que estoy solo, platicando con mis recuerdos, esperando lentamente la llegada de mi destino final. Sin embargo, estoy aquí todavía, respirando y gastando energía vital que me podría para dar una, dos o tres últimas respiraciones, haciéndolo para tratar de recordar, todo lo bueno y malo que viví, solo por capricho, para tener algo con qué entretenerme.
ESTÁS LEYENDO
Destino azteca
Ficción GeneralDestino, cómo él se hizo llamar, cuenta la historia de su trágica, violenta y admirable vida. Sobrevivió una Tercera Guerra Mundial, sobrevivió a la casi extinción de la humanidad, participó en una Cuarta Guerra Mundial y creó un nuevo mundo, todo c...