✦POV:Se suponía que debías ir a ver películas con tu amigo, pero cierto evento lleva a otra cosa en su lugar.
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Golpeas el suelo frío con el pie como una maníaca, la impaciencia te carcome lentamente como molestos insectos por el tiempo que tu amigo Aki tardaba en responderte.
Mirando el reloj de pared que colgaba de las paredes color crema de la sala de estar, la gran manecilla ya marcó las 8 en punto, pero aún no había ningún mensaje del hombre.
A pesar de que te preparaste muy temprano para la noche de cine planeada, estabas agitada por cómo todo se reducirá a que ustedes dos no cumplan con el tiempo que acordaron.
Se suponía que debías estar en el cine a las 7:30 p. m., pero no podías ir allí apresuradamente si todavía no recibiste una respuesta del chico.
Cerrando los ojos y exhalando un largo suspiro, su tono de llamada suena cuando el teléfono celular se ilumina, mostrando la foto de Aki y su número de contacto en la pantalla. Te das la vuelta para buscar tu teléfono en la mesa del escritorio e inmediatamente tocas el botón verde en el teléfono celular.
"¿Aki? ¿Por qué tardas tanto?" Gemiste mientras observabas las manecillas del reloj pasar cada segundo.
El hombre de la otra línea resopla: "No me siento bien". Su voz estaba aturdida y aireada, se notaba por su tono que no estaba en su mejor momento.
"Oh." Respondes, un poco decepcionada. "Sé que realmente querías ver esa película, por eso descargué una versión pirateada. ¿Quieres verla allí en tu casa?" Agrega mientras una tos corta y seca escapa de sus labios.
Sentada en el sofá, tus labios se tuercen hacia abajo. "Pero dijiste que no te sientes bien, ¿por qué no descansas primero?"
"Estoy bien, es solo un poco de fiebre. De todos modos, me iré allí ahora. Adiós". Inmediatamente cuelga la llamada antes de que puedas responder, ¿por qué solo juegas con tu teléfono debido a la condición de Aki en este momento?
Un par de momentos después, varios golpes suenan en tu puerta cuando te levantas en un abrir y cerrar de ojos y abres el pomo de la puerta. Allí, un alto de cabello negro apareció frente a tu puerta, vestido con una simple camisa blanca y sudadera monocromática.
Su cabello ondeaba suelto a lo largo del viento frío, a diferencia de los días habituales en los que se ata los mechones en un nudo superior que se convirtió en su aspecto icónico.
Aparte de su ropa, había bolsas negras profundas que descansaban debajo de sus ojos azules y una pequeña sonrisa jugando en sus labios.
"Te lo dije, primero deberías descansar un poco". Respondes mientras el pelinegro entra en la habitación, sus ligeros pasos resuenan por toda la pequeña casa.
