Mr. Alfa • | KookMin | •

Mi Omega.

Canción: Let me love you - Justin Bieber

Por la mañana, JungKook despertó temprano como ya era costumbre, pero esta vez se sentía en calma, su lobo estaba tranquilo por el aroma del Omega impregnado en su ropa, en su piel, en las mantas.

Se había dado cuenta desde que empezaron a dormir juntos de vez en cuando, que a su alfa le gustaba liberar su aroma y mezclar el de ambos, creando uno nuevo y perfecto.

Toda la casa estaba en silencio, apenas se escuchaba la respiración del menor frente a él.

Se acomodó en el sofá para verlo mejor. Era tan tierno mientras dormía.

-Perdoname. Fui un mal alfa para mí JiMinnie.- Susurró el alfa, dándole un besito en el hombro sobre el sueter.

JiMin dormía dándole la espalda y a pesar de estar juntos, se sentía tan diferente a la convivencia que había entre ellos los meses anteriores.

Eso le daba miedo al mayor.

Pensar que el omega no fuera capaz de dejar ir el pasado y todo se terminara le daba terror.

JiMin había estado dispuesto a alejarse definitivamente de él a pesar de lo que pudiera sentir por él.

-Te hice llorar mucho, aunque no fue mi intención. Pero créeme que sé cuánto sufriste, porque yo lo hice también mientras no estuviste conmigo.

-Bienvenido…- Susurró el omega entre sueños, haciendo reír al mayor.

-Qué bonito, mi bebé. Te amo tanto! No sé que haría si decidieras dejarme... ni con una semana sin tí estuve tan mal, no quiero imaginarme que pasaría conmigo el resto de mi vida.-

Se acomodó en la almohada, abrazando más al Omega contra su pecho y cerró los ojos.

Era realmente bueno poder dormir un poco más, sobre todo si JiMin estaba con él.

Un poco más tarde en la mañana, el alfa se despertó por el sonido de la tetera silbando con el agua hirviente.

JiMin seguía durmiendo. No quiso despertarlo aún, así que salió del sofá lo más silenciosamente posible.

En la cocina estaba la abuela, lavando los vegetales y descongelando la carne para la comida.

-Buenos días, abuela.

-Buenos días JungKook-ssi. ¿Cómo dormiste?- preguntó con una sonrisa divertida.

Los había visto durmiendo juntos en el sofá.

-Bien. Gracias por permitirme quedarme con ustedes. ¿Quiere que la ayude en algo?

-Claro. Podrías lavar el arroz y ponerlo en la arrocera?- pidió, mostrándole el traste del arroz y la máquina.

-Si.-

Decidió, se acercó, tomó la pala dentro del contenedor del arroz y lo sirvió en un bowl para lavarlo.

La abuela lo vigilaba de reojo mientras ella terminaba de cortar algunas zanahorias para la sopa.

JungKook abrió el pote de jabón líquido que estaba sobre la tarja y pretendía rociarlo al agua con el arroz.

-Qué haces? Lunas!

-No me dijo que lo lavara?

-Solo debes enjuagarlo con agua un par de veces para quitar el almidón y la suciedad.

-Lo siento. Nunca había hecho arroz.

-Sientate mejor, yo lo hago.

-Puedo cortar las zanahorias, si gusta.