•Hablando Sola Sobre...El Poder De Las Palabras•
Muchas veces ni siquiera son las palabras, sino la persona que te las dice.
No me es fácil expresarme con la gente que quiero, a veces quiero decir tanto que acabo diciendo todo lo contrario. Creo que a veces la voz se queda atorada en la garganta y no sale exactamente lo que quieres decir.
¡Es como si un enano maldito se apodera de las palabras y decidiera que es mejor decir algo que ofenda! Cuando nos arrepentimos, hay que actuar inmediatamente. No creo en el orgullo y mucho menos cuando se trata de alguien que quieres enormemente. Es sabio el que cambia de opinión. ¡Un "perdón", un "te quiero", un "te extraño", de nada sirven cuando se quedan atorados!
Imagínate que eres un vaso al revés y que tienes mucho que decir y mucho que dar. Si nadie te voltea, todos los sentimientos de vuelan al aire y el sonido se acostumbra al silencio. Esto sería una sensación sofocante y creo que podernos expresarnos es una bendición; poder comunicar lo que estamos pensando, lo que estamos sintiendo, es en verdad incorporarnos al todo. Porque todo se vuelve moldeable en el momento en que decidimos tomar parte, y la vida nos exige participar en la forma más completa y sincera posible, lo que significa compartir tu interior como un vaso que no está al revés. Mostrarnos de adentro hacia afuera sin retener nada, que exista expresión absoluta de parte de todos. Todos tenemos distintas formas de expresarnos y creo que todas deben ser bienvenidas, siempre y cuando se respete la vida. Puede ser peligroso expresarte, porque tal vez una creencia para uno puede ser una ofensa para otro; sin embargo, muchas veces lo que antes nos ofendía después se vuelve parte de nuestra vida o viceversa y, cuando eso pasa, es porque estamos abiertos a escuchar y experimentar para poder escoger nuestros ideales y estilos de vida.
Cuánto poder tienen las palabras en nuestras vidas, el poder que nosotros les queremos dar. Una persona me puede decir algo bueno y quizá no me lo creo, como también me puede decir algo malo y sí me lo creo, o viceversa. Muchas veces ni siquiera son las palabras sino la persona que te las dice.
En algunos casos, las palabras vienen con una voz que normalmente te pertenece a alguien, y hay ciertas voces que no tienen credibilidad.
Pero, ¿por qué darle importancia a las voces que sabemos que no tienen la verdad o, por lo menos, un intento de verdad?
Yo me preguntó, si nos costara dinero hablar, seguramente pensaríamos mucho más las palabras antes de decirlas, pero no nos cuestan dinero, sólo emociones, que para mí son mucho más caras. Pero en este mundo cuando algo tiene un precio por su valor material le acabamos dando más importancia. Así sucede con el cinturón de seguridad del coche. Está el cinturón en el coche para que lo usemos y nos salve la vida en caso de un accidente. Nos dicen que nos puede salvar la vida, pero nos da flojera usarlo o a lo mejor no queremos arrugarnos la camisa. ¡No nos lo ponemos! Ahora te dicen que, si no lo traes puesto, te multan por una cantidad de dinero, por eso ahora la mayoría de la gente sí lo usa. Me molesta ver cómo podemos equivocarnos tanto en el valor de las cosas. El dinero tiene, para muchas personas, mucho más valor que la vida misma. El valor de las cosas o de las personas acaba siendo como el de las palabras, el que uno mismo le ponga, o el que uno se dé.
Ayer dije algo sobre alguien que en realidad no tenía sentido. En el momento sentí que estaba en mi derecho de decir lo que pensaba y, bueno, de alguna forma me estaba expresando. Pero, ¿será expresarte cuando hablas de otra persona? Creo que ninguno de nosotros tiene el don de poder hablar con la verdad acerca del otro. Lo que pasa es que estamos hablando de ese otro, de acuerdo con nuestra verdad. Sólo podemos hablar de nosotros mismos, si es que queremos acertar. Si pienso hablar de alguien, creo que debería de decir lo que esa persona me ha dejado o de lo que quizás no me dejó. Pero yo nunca debería de hablar acerca de lo que esa persona es, porque no hay forma de que yo lo sepa. Si en algún momento dije que hay quienes a veces estamos más en contacto con las emociones o los sentimientos de otros que ellos mismos, es porque existe una conexión por medio de la cual podemos ver por instantes el alma de un ser humano. Pero no así podría yo asegurar qué es o quién es esa persona. Puede ser que suene un tanto rebuscado, pero en pocas palabras creo que juzgar es un acto errado. Juzgar es grave, porque las palabras son importantes, y como todos tenemos el poder de darles valor, pues hay quien les da más de lo que las palabras merecen y hay quien les da menos. Cuando juzgamos estamos expuestos a que nuestras palabras se vuelvan tan pesadas que nos cueste liberarnos de ellas. No juzgar es entender tantas cosas...¿Sabes por qué la sensación de juzgar no es buena?, porque es una sensación de equivocación inmediata. En el momento en que juzgamos a alguien, sentimos algo que nos está diciendo: "cuidado, porque puede que estés equivocado(a)" Y la mayoría de las veces así es.
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Hablando Sola - Dᴀɴɪᴇʟᴀ Rɪᴠᴇʀᴀ Zᴀᴄᴀʀɪᴀs.
RandomLlega un momento en que la razón de vivir encuentra un lugar en nuestra vida y de repente, todo lo que nos confundía empieza a tener sentido: nos vamos dando cuenta de que lo que importa son las cosas que no podemos ver y que las que sí podemos ver...