Nos da miedo esperar lo mejor y luego no recibirlo.
Siempre vemos primero los defectos en nosotros mismos o en los demás, mucho antes que las cualidades. Es por eso que la mayoría de las veces la gente dice que si no hay noticias es que son buenas noticias. No sé por qué, pero sí es mucho más fácil ver lo malo que lo bueno, quizá porque es más creíble. En los eventos sociales es más probable que la gente se fije en lo que no está bien o en lo que salió mal. Una vez más puedo decir que hemos crecido confundidos entre lo bueno y malo, o lo correcto y lo equivocado. Es más fácil ver lo malo porque nos da miedo decepcionarnos después, nos da miedo esperar lo mejor y luego no recibirlo.
Y el verle los defectos a alguien, antes que sus cualidades, es de alguna forma asegurarnos de que, mientras exista gente fiable, está bien que nosotros lo seamos. Es mejor verle lo positivo a una persona, así como sus cualidades, porque eso nos invita a ser mucho más exigentes con nosotros mismos. Reconocerle lo bueno a una persona es reconocer tus cualidades también.
El destino es como un viaje en la calle, donde existen las señales, los topes, la vuelta en "U"...pero a veces, donde quieres dar la vuelta en "U", está prohibido. Existen las personas que te dan el paso y las que se te meten aunque no quieras. También es como un viaje en carretera, en donde están los que te rebasan y los que te obligan a ir más despacio. Existe el retorno, que muchas veces es peor, y siempre hay una próxima salida. Es más...la calle te dice mucho de una persona. No sé si a todo mundo le pasa, pero cuando manejo me siento bien, a lo mejor es porque tengo el control de mi vida por unos momentos, y, efectivamente, lo tengo. Otra situación que pasa en la calle al ir manejando es cuando quedas hasta adelante de todos los coches, el semáforo está en rojo y cada auto le va acelerando un poquito, como si fuera una carrera, hasta que se pone en verde, y viene el acelerón, si te agarran de malas, te vas de pique con otro coche hasta que uno se desvía. El ser humano es competitivo por naturaleza; es más, para nacer, primero tuvimos que ganarle a millones de espermatozoides. ¡Esto es un gran consuelo, porque ya todos los que estamos aquí somos campeones! Lo que más me impresiona cuando estoy manejando es el poder que tenemos en nuestras manos. Existe un momento en el que frenamos para dejar pasar a los peatones y, durante esos segundos los que pasan por enfrente del coche, sabemos que si queremos podemos acelerar y acabar con sus vidas. ¡Así de fácil es, pero por supuesto que no lo hacemos! No lo hacemos porque nuestra esencia es buena; sin embargo, en este simple hecho de la vida nos podemos dar cuenta de que en nuestras manos están las vidas de otros también.
Imagínate: si podemos decidir si alguien más vive o no, qué no podemos decidir con nuestras vidas. Muchas veces me preocupan los pensamientos medio perversos que tengo, como éste de acelerar cuando alguien está cruzando enfrente de mi coche. Me puse a pensar un día, ¿cuál sería el propósito de este tipo de ideas? ¿Las tendrán otras personas? Con el tiempo me di cuenta de que sólo son pensamientos. Que todos estamos en el borde o en la raya de la locura, o quizás esos pensamientos los tengo porque constantemente estoy midiendo las posibilidades y las limitaciones que tenemos como personas. Lo único que puedo decir es que, desde que me enteré que muchas otras personas tienen pensamientos innecesarios, me sentí mejor. Cuántas ideas nos pasan la cabeza sin saber por qué, y muchas veces dejamos que nos interrumpan la paz por el simple hecho de pensar que somos las únicas personas que las tenemos. A estos pensamientos les llamo "pensamientos de maldad". Quizás existen estos pensamientos porque uno es bueno y el único lugar en el que puede experimentar la maldad es en su mente. Pero hay que tener cuidado, porque una persona dijo que no hay mucha diferencia entre un pensamiento y un hecho. ¡Pues claro que hay una gran diferencia! El cerebro es extremadamente complejo, y en él crecen millones de pensamientos, de los cuales un porcentaje falta hacia afuera y el restante se queda. De los pensamientos que se quedan, se van formando equipos, buenos y malos, y entonces empieza la lucha interna que puede crear una enfermedad o una curación. ¿Cuánto poder puede tener un pensamiento? El que uno le dé, me imagino.
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Hablando Sola - Dᴀɴɪᴇʟᴀ Rɪᴠᴇʀᴀ Zᴀᴄᴀʀɪᴀs.
AcakLlega un momento en que la razón de vivir encuentra un lugar en nuestra vida y de repente, todo lo que nos confundía empieza a tener sentido: nos vamos dando cuenta de que lo que importa son las cosas que no podemos ver y que las que sí podemos ver...