Love
*Hora de que usen esa playlist que los hace llorar como señor divorciado en una peda.
Eddie sabía lo que era amar.
Sabía que a veces no funcionaba, que a veces dolía, y que a veces lo perdía, pero también sabía que había amado.
Amado a todas sus parejas, amado todo a su alrededor.
Podía mencionar algunas cosas que amaba, cómo escribir, manejar su motocicleta, los misterios, documentales, y como mención especial, a Venom.
Estaba seguro de saber lo que era amar gracias a Venom.
Eddie supo que lo amaba cuando se imagino a si mismo abrazándolo para dormir, porque solo podía sentirse a salvo con él. Cuando anheló hacerlo sonreír todo el tiempo y evitaba hacerlo enojar, a pesar de lo divertido que era. Supo que lo amaba cuando intentó mejorar su propio estado mental por él, arreglar su vida entera, y ganar más dinero para complacerlo con los chocolates. Supo que lo amaba cuando comenzó a imaginarlo dejándolo, por alguna razón. Cuándo observaba cada parte de sus expresiones hasta notar el más mínimo detalle, solo para asegurarse de que estuviera bien. Supo que lo amaba cuando comenzó a odiarlo por todas las veces que las cosas comenzaban a dañarles. Supo que lo amaba cuando Venom comenzó a actuar en la misma forma en la que todas sus relaciones pasadas actuaron, con todas aquellas promesas de amor que sabía eran cierta y verdaderas, con las sonrisas que hacían presencia cuando lo veía, y cuando le tuvo miedo. Supo que lo amaba cuando hacerlo comenzó a doler mucho, mucho cuando hablaban, mucho cuando peleaban, y mucho cuando se disculpaban.
Supo que lo amaba cuando se puso en un infierno para hacerlo feliz.
No es que Venom lo tratara mal. Venom era lo mejor que le había pasado en la vida.
Pero Eddie no sabía cómo amar sin lastimarse, porque así era como había aprendido.
—No me gusta hablarlo contigo
—murmuró Eddie.
Su mirada abajo delataba lo culpable que se sentía, y que realmente no deseaba tener esa conversación.
Sabía que hablarlo causaría algo malo entre ellos dos, pero había pensado en todos los escenarios.
Siempre terminaban igual, así que valía la pena intentar.
—No me siento cómodo.
Venom ladeó la cabeza.
—¿Hice algo mal?
Eddie frunció el ceño, jugando con el marco de sus uñas con demasiada inquietud.
—Siento que hay algo mal.
—¿Qué es?
Eddie sabía que había algo mal consigo mismo.
Estaba bien con la depresión, hasta que la idea de Venom llorando a su lado por su poca estabilidad mental lo partió.
Había odiado la primera vez que sucedió.
—Siento que ya he vivido esto, y se siente mal, V.
Venom lo rodeó en un abrazo, cubriéndolo lo suficiente como para que Eddie pudiera dejar de notar su alrededor y concentrarse en la fuerza que tenían el uno sobre el otro.
Estaba cansado de eso.
Era como hablar, y al mismo tiempo no. Cómo si pudiera llorar pero no dejar de sentir el peso tan áspero en su garganta.
—Está bien.
No lo estaba.
Todo estaba igual; eso era lo que Eddie temía.
