❝ DANGEROUS AFFECTION ❞
our connection is unnatural.
a book, present:
the love story of chiara and sam.
━ 𝐂hiara llega a Forks donde
encuentra a su pareja, don-
de todos los sucesos que
...
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▃▃▃▃
Sam Uley no entendía porque la hija del jefe Swan, Isabella se empeñaba tanto en seguir a lado de uno de los vampiros de la familia Cullen, después de que los Cullen se fueron hace tan sólo unos días, los metamorfos de la manada en La Push tenían más terreno para cuidar, por una parte, estaban felices por ello, no tendrían que soportar la peste que el aroma de los vampiros les generaba, pero ahora tenían que buscar y encargase de cierta vampiresa pelirroja.
—¿Alguna noticia? —Paul Lahote y Embry Call negaron con la cabeza en respuesta al Uley, quien solo dio un asentimiento con la cabeza.
—Jared está de guardia ahora. —informó Embry Call, mirando al alfa caminar dentro hacia el interior de su cabaña.
El cambiaformas parecía sufrir y como no hacerlo después de lo que había ocurrido. Paul y Embry se miraron entre ellos haciendo una extraña mueca.
Su alfa sufría y por consiguiente ellos también, pues debían admitir que los pensamientos del Uley mientras estaban transformados no eran del todo felices, de hecho, no tenían ni una sola pizca de algún sentimiento positivo o que no fuera arrepentimiento y tristeza pura; Sam estaba muy distraído, decaído y su físico también se había visto afectado, unas grandes ojeras pintadas bajo sus ojos oscuros, una pequeña barba de días creciéndole, además de que se veía más delgado que antes.
Aquello solo eran las consecuencias de las acciones de un lobo sin autocontrol.
—Sam, iremos a una fiesta esta noche ¿quieres venir? Iremos Paul y yo junto a Jared y Kim. —dijo Embry en un intento de muchos por animar a su alfa.
—Saben bien que nosotros no podemos ir a fiestas. Si uno pierde el control no solo podrían dañar a más de un humano, dejarían expuestos a todos. —regañó el Uley.
Embry asintió y Paul solo suspiró, ambos metamorfos salieron de la cabaña del Uley, seguramente para seguir con sus rondas por el bosque.
Cuando los más jóvenes se fueron, Sam se dejó caer en el viejo sofá de su sala de estar, estaba sentado con su cabeza entre sus manos, soltó un fuerte suspiro, dejando que el aire que contenían sus pulmones saliera.
Su lobo se sentía decaído, adolorido mientras su corazón latía lentamente, solo deseaba morir, él lo anhelaba tanto, pero su lobo no lo permitía por alguna razón.
El aullido de uno de sus betas, Jared Cameron, alertó a Sam, quien en un salto se levantó del sofá y rápidamente salió corriendo al bosque antes de transformarse.
—¿Qué ocurre? —pregunta el alfa corriendo en cuatro patas hasta llegar a la altura de Jared.
Pronto, se les unieron Paul y Embry en su forma lobuna.
