◖ oi, 𝔡𝔞𝔫𝔤𝔢𝔯𝔬𝔲𝔰 𝔞𝔣𝔣𝔢𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ; s. uley ◗

32. amore di mamma.

capítulo treinta y dos
EL AMOR DE MAMÁ

▃▃▃▃

Chiara terminó de preparar un par de panqueques más y de llevarlos a la mesa junto a otra decena de platillos que había preparado para los chicos en la casa de Sam. El desayuno más que nada era para celebrar que Jacob se había recuperado, que Brianna era una nueva integrante en la familia y también para disculparse con los chicos por lo sucedido en la pelea con los neófitos hace ya casi un mes y medio.

Sam miraba a Chiara desde las escaleras de su casa, parecía nerviosa y algo decaída desde hace tiempo pues los chicos se habían negado a hablar con ella otra vez. Pero aceptaron llegar a desayunar por la orden de su alfa y porque en el fondo extrañaban a su mamá osa o bueno, mamá loba.

—¿Se r-recuperará pronto? —llega Brianna a su lado igualmente viendo a Chiara ir de un lado a otro con platillos y otras cosas— Es triste verla cocinar diario para casi treinta personas y que solo estemos nosotros tres al final.

—Lo sé, pero estoy seguro de que mejorará hoy mismo si todo sale bien con los chicos. —responde Sam en voz baja, Chiara estaba demasiado distraída como para escucharlos.

—¿C-Crees que y-yo les agrade? —murmura la menor— Digo, y-yo no te agradé mucho al inicio ¿o si?

—¿Pero qué dices, Brianna? Claro que me agradaste, te volviste parte de nuestra familia. —asegura— Y por los chicos, no te preocupes. Nuestra naturaleza nos evita querer a los vampiros en primer lugar, pero les agradarás, enana, ya lo verás. —le dice Sam sacudiendo su cabello de forma cariñosa, le había tomado cariño a Brianna, tanto que la consideraba ya su propia hija.

De hecho, incluso su lobo sentía a Brianna como parte de su descendencia, de una forma que Sam no podía explicar, pero así lo sentía.

Y para Chiara no era diferente, en las primeras semanas la italiana se había dedicado totalmente a ayudar a Brianna con sus nuevas habilidades, haciendo que las dominara por completo, le había dado todo el cariño de una madre a la menor luego de que ella le contara cómo era su vida antes y la jovencita se lo agradeció. Incluso desde hace un par de semanas, Brianna solía llamarla mamá.

Al inicio, Sam se preocupó, pues tenía un enorme problema con que su cariño maternal desbordado por Brianna fuera solo para cubrir el dolor de la muerte de su hijo no nacido y un poco de Adriano. Habló con Chiara al respecto y ella le aseguró que seguía doliéndole tanto como a él, pero que su amor por Brianna era único y verdadero también. Aunque, no muy convencido, Sam habló con Antonella y ella solo le aseguró lo mismo que Chiara.

—Ella es frívola muchas veces con todos, excepto con los niños, los adora y ellos a ella también. Es uno de sus muchos dones, incluso tiene una fundación en apoyo a los niños enfermos o necesitados desde los años setenta más o menos. —contó la Lombardi menor— Todos tienen un lugar especial en su corazón. No te preocupes por nada.