❝ DANGEROUS AFFECTION ❞
our connection is unnatural.
a book, present:
the love story of chiara and sam.
━ 𝐂hiara llega a Forks donde
encuentra a su pareja, don-
de todos los sucesos que
...
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▃▃▃▃
Había sido bastante difícil para Sam, tranquilizar a Jared, Embry y sobre todo a Paul, no quería que se convirtieran en lobos gigantes en plena estación de policías.
Sam estaba en una celda junto con Embry, mientras que Jared con Paul en la celda a lado de la de ellos.
El jefe Swan les había dicho que su juicio sería en unos cuantos días, la mañana siguiente a la noche de Luna llena que se avecinaba.
El alfa de la manada se encontraba sentado con la cabeza entre sus manos, preguntándose nuevamente porque le remordía tanto la conciencia el hecho de que los ancestros le hubieran dado una nueva impronta, aunque eso no era lo único que pensaba.
Su lobo parecía triste, el rechazo de su impronta se estaba haciendo notorio y no llevaba ni un día completo de haberla encontrado.
Cada momento que pasaba dentro de aquella celda, una presión extraña en su pecho crecía cada vez más. Parecía que su impronta se alejaba de él.
Y así era, aunque no era precisamente de él.
Chiara, por su parte, luego de cuatro largas y cansadas horas en auto, había llegado ya a Portland.
Se detuvo en una tienda de materiales enorme, se puso sus lentes oscuros junto a una gorra.
Su aspecto era horrible, sus ojos cansados, oscuras ojeras bajo sus ojos rojizos, su piel más pálida de lo normal y una extraña y fuerte presión en el pecho que había estado molestándole cada vez más desde que se había alejado de Forks.
Tan solo deseaba que aquella presión en el pecho no fuera por alejarse de su supuesta pareja, el alfa de la manada Quileute, Sam Uley.
Compró varias cosas ahí, entre eso había varios metros de cadena grande, pesada y gruesa, lo bastante resistente para una fuerza incluso sobrenatural.
Cargó todo hasta su auto y condujo hasta las afueras de la ciudad, reservó una pequeña cabaña, la más alejada del recinto turístico que había en el lugar.
Estacionó su auto ahí, ocultándolo con algunas ramas, dejó sus maletas dentro de la cabaña y solo tomó una mochila con ropa y comida.
Caminó a una velocidad humana hasta el interior del bosque, sabía que no había gente dentro y si lo había sería una lástima, pensaba ella.
—¿Qué ocurre, Sam? —le preguntó Embry— Te ves peor.
—¿Es por lo de la chupasangre? —escuchó decir a Jared.
—Espero que sea enojo, porque por su culpa nos arrestaron a todos.