27. cuore.

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capítulo veintisiete
CORAZÓN

capítulo veintisieteCORAZÓN

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▃▃▃▃

Chiara y Sam habían pasado toda la noche abrazados, dándose consuelo uno al otro. Cuando comenzaba a amanecer, Sam se despertó y se sorprendió de ver a su impronta profundamente dormida encima de su pecho, Chiara había estado lamentándose por la pérdida de su bebé hasta que el sueño le ganó aparentemente. El Uley apreció las finas facciones de su impronta, relajadas al estar esta dormida, la adoró en silencio y acarició su espalda baja con suavidad, pero la híbrida se despertó algo alarmada.

—Todo está bien, Chiara. —tranquilizó el lobo.

La híbrida lo miró a los ojos y él pudo ver como estos se habían cristalizado con una enorme tristeza en ellos. Si a él le dolía el hecho de haber perdido a su hijo y de ver a Chiara tan triste, no quería ni imaginar cómo se sentía ella al haber perdido ya a dos de sus hijos. Así que la atrajo nuevamente hacia su pecho, Sam había descubierto que la italiana parecía relajarse al estar así. Y ciertamente, a Chiara le tranquilizaba escuchar los latidos del Uley. Por lo que, una vez más se recostó sobre su pecho y Sam volvió a abrazarla, pero esta vez la sintió un tanto inquieta, ansiosa.

—¿Qué ocurre, belleza? —pregunta con algo de preocupación en su voz.

—¿Te hubiera gustado ser padre ahora? —murmura por lo bajo, pero Sam la escucha a la perfección y la pregunta hace que su corazón lata con fuerza.

—Me hubiera encantado serlo contigo. —responde él haciendo que Chiara sonría, pero sin que el lobo se dé cuenta— ¿A ti? ¿Te hubiera gustado volver a ser madre?

—Sí, me gustaría contigo. —dice la híbrida antes de suspirar— Creo que deberíamos irnos, los Cullen deben de estar esperando.

—Podemos no ir, podemos quedarnos aquí acostados abrazados.

—No dejaré a los chicos solos, además, sé que Antonella estará metida en esto y no quiero que les pase nada. —comenta la italiana, levantándose de la cama luego de dejar un beso en los labios de Sam.

La pareja se arregla con rapidez, pero Chiara demora un poco más y es entonces que Sam recibió al resto de la manada en la casa. Todos, a excepción de Leah, quien se encontraba en el bosque esperando a los chicos, les dieron el pésame a la pareja de alfas.

—¿Cómo están? —preguntó Jacob una vez que Sam y él estuvieron a solas.

—Lo sobrellevamos como podemos, supongo. Ella está bien. —dijo con cierta tristeza en su voz.

◖ oi, 𝔡𝔞𝔫𝔤𝔢𝔯𝔬𝔲𝔰 𝔞𝔣𝔣𝔢𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ; s. uley ◗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora