I Just Want You To Stay (traducción)

Capítulo 4

Louis tenía un mal día. Ya había hecho salir corriendo de su despacho a uno de sus pobres alumnos cuando le había dicho sin rodeos que era demasiado tarde para que Louis pudiera hacer algo más que recoger su trabajo de cincuenta páginas. No era su intención que la frase saliera tan dura como lo hizo, pero antes de que pudiera retractarse, el estudiante ya se había ido. Louis se sintió como cualquiera de los horribles profesores que había tenido en su infancia.

No había querido llevar su mala actitud al trabajo, pero todo el día había sido una mierda desde el principio. Para empezar, se había despertado solo. No es que despertarse solo fuera algo nuevo para él. La mayoría de las noches dormía solo, ya que él y Harry tenían dos habitaciones diferentes, y dos horarios distintos. Pero anoche se había ido a la cama arropando a Harry como un koala borracho, y esta mañana se había despertado solo, solo.

Como si Harry no estuviera en el apartamento. Louis se había dado cuenta rápidamente de que había sido una emergencia para la que habían llamado a Harry -uno de los pájaros se había vuelto a romper un hueso del ala; era una situación en la que todos estaban disponibles-, pero eso no hacía que despertarse solo fuera mejor. Sobre todo porque eso le recordaba a Louis que esa iba a ser la nueva normalidad en un par de semanas.

Dejó escapar un resoplido frustrado mientras ordenaba una pila de resultados de laboratorio. Sabía que Harry había solicitado plazas en zoológicos de toda Inglaterra y hasta de Escocia. Había corregido los currículums y las cartas de presentación de Harry. Había sido la primera persona a la que Harry le había hablado de la entrevista telefónica, y luego por skype, con el zoológico de Edimburgo.

Sólo que... no había considerado lo que significaría conseguir el trabajo.

No, eso no era cierto. En el fondo, Louis había supuesto que surgiría otra cosa. Había otros zoológicos en Londres en los que Harry podría haber conseguido un trabajo. El zoológico de Londres podría haberle ofrecido un puesto una vez que se dieran cuenta de que estaba buscando en otra parte. Louis no había pensado que llegaría a esto... y si lo hubiera hecho, sólo había pensado que... Harry no lo aceptaría.

Con los resultados del laboratorio ordenados, tomó su pila de correo y comenzó a revisarlo. Tenía todo el correo basura enviado a la universidad porque no le gustaba ser juzgado por Harry por las compras impulsivas nocturnas que solía hacer. Menos mal que Harry nunca veía el aspecto de su carpeta de promociones en el correo electrónico; le daría un infarto.

Louis no pudo evitar sonreír al pensar en Harry y en la familiar molestia y relación que habían construido a lo largo de los años. Era una amistad sólida y Louis suponía que sólo tenía que creer que sería capaz de soportar la separación. No es que Harry estuviera viajando al extranjero, ni que estuviera desesperadamente lejos. Louis podía hacer fácilmente un viaje de fin de semana para ver a Harry durante cualquier tiempo libre que tuviera.

Esto estaría bien.

Los dedos de Louis rozaron una nueva textura, no un sobre normal ni una revista brillante. Bajó la mirada y frunció el ceño al ver el elegante sobre de color crema. ¿El departamento se había quedado sin presupuesto para las fiestas?

Le dio la vuelta, pero se detuvo al ver a quién iba dirigido.

Louis Tomlinson

Eso no era correcto. Nadie conocía ese nombre en relación con él. Había solicitado el ingreso a la escuela con un apellido falso y siempre se aseguraba de usarlo con cualquiera de sus compras.

La única razón por la que recibía cartas dirigidas a ese nombre era porque provenían de su familia. Rastreó el borde del sobre preguntándose qué podrían querer de él. No había hablado con ellos desde que se fue de casa a los dieciocho años, tal y como le habían pedido.

Suspiró mientras tiraba el sobre en su bolso. Lo tiraría al llegar a casa. Las cosas eran tan caóticas como lo eran con los últimos días de exámenes finales y la partida de Harry. Lo último que necesitaba era preocuparse por lo que fuera que su familia quisiera contactar con él.