I Just Want You To Stay (traducción)

Capítulo 18

Los vínculos eran adictivos. Cuanto más pasaba Louis sintiendo que las emociones de Harry le inundaban, más comprendía por qué alguien desearía esto. Cada torrente de buenos sentimientos hacía que Louis sintiera un cosquilleo desde la cabeza hasta los pies, mientras que los malos -esos parpadeos de bajón- le hacían sentir como si hubiera caído en un pozo. Louis era adicto a asegurarse de que sólo fluyeran hacia él emociones buenas, así que hacía todo lo posible para asegurarse de que Harry estuviera sonriendo y feliz.

Ahora mismo estaba definitivamente disfrutando mientras intentaba patinar alrededor del lago falso que su manada había montado en el jardín trasero. Louis podía oír las risas de Harry, podía ver lo iluminado que estaba su rostro y podía sentir la alegría que venía hacia él, llenando el vínculo. Se mantuvo a salvo fuera del hielo, sabiendo ya que era una mierda en él. La pista estaba llena sobre todo de los cachorros de la manada, aunque también había algunos miembros mayores: Harry, Zayn y Niall entre ellos.

— Él es muy bueno para ti, ¿sabes? — dijo Liam desde su lado. El aire era lo suficientemente frío como para que su aliento empañara el aire, las mejillas y las narices de ambos rojas. Louis no pudo evitar que sus ojos volvieran a mirar a Harry, comprobando que seguía llevando los guantes y la bufanda que Louis le había puesto.

— Lo intentamos — dijo finalmente Louis, tras asegurarse de que Harry seguía abrigado. Incluso después del celo, probablemente seguía entrando en calor.

— Quiero decir, lo supuse al ver toda la resistencia que opuso— el gruñido de Louis no pudo contenerse, pero a Liam no pareció importarle. — Pero veros juntos. Lo entiendo. Por qué querías quedarte ahí abajo con él, en lugar de volver a casa.

Louis resopló.

— Iba a volver a casa en algún momento.

— ¿Cuándo? ¿Una vez que tuvieran una pequeña manada propia? Oh, no me mires así — dijo Liam antes de que Louis pudiera terminar de mirarle. —Apuesto a que la única razón por la que no te ha dado ya un cachorro es porque eres demasiado tradicional para tener uno antes del enlace.

Louis no pudo evitar la risa que se le escapó.

— ¿Perdón? ¿De dónde sacas, Liam?

— ¿Qué? No puedes pasar por su calor y no esperar que la manada cotillee — arqueo las cejas — Especialmente cuando su celo fue tan corto. Eso hace que se muevan las lenguas.

Louis puso los ojos en blanco, tratando de frenar su reacción instintiva de nervios.

— No dejes que Haz escuche eso. Es lo último que necesita. Y si quieres saberlo, los dos estamos centrados en otras cosas ahora mismo. Diferentes prioridades. Harry tiene su trabajo y yo estoy terminando la universidad.

— Oh, vamos — dijo Liam, dándole un codazo en el hombro. — Todavía podéis hacerlo, sobre todo cuando os volváis a mudar. Muchas manos para ayudar.

La respuesta de Louis fue cortada por Harry, que lo llamó por su nombre. Levantó la vista, siguiendo la voz de Harry y la emoción que sentía. Harry estaba agitando las manos, de pie junto a una de sus hermanas gemelas. Era una absoluta mierda para distinguirlas ahora que llevaba tanto tiempo fuera.

— ¡Lou! Mira esto! — dijo Harry, antes de juntar las manos con Phoebe o Daisy y las dos comenzaron a girar.

— Oh, no — susurró Louis, empezando a reír.

Dieron vueltas y vueltas, riendo tan fuerte que atrajo a todos a mirarlas. Sin embargo, Louis no podía mirar, porque sabía lo que se avecinaba. Podía verlo en la forma en que Harry empezaba a tambalearse, y sus manos enguantadas no estaban hechas para la tracción. Louis acababa de cubrirse la cara con la mano cuando ambos gritaron y supo que había ocurrido.

Volvió a mirar para verlos a ambos en el hielo, riéndose. El ritmo cardíaco de Harry iba a mil por hora en sus venas y Louis suspiró, pisando el hielo sólo con las zapatillas. Medio caminó, medio patinó por el hielo para asegurarse de que Harry estaba tan bien como se sentía.

Harry seguía riendo cuando llegó hasta él, y de cerca pudo ver que era su hermana Phoebe con la que Harry había estado dando vueltas.

— ¿Necesitas una mano? — preguntó Louis, esperando que su pie no resbalara mientras se agachaba para ofrecerle a Harry ayuda para volver a ponerse de pie.

La sonrisa de Harry era perversa y sólo tuvo un disparo de advertencia en su mente para saber que era un error antes de que él también cayera al hielo. Estaba frío y húmedo en su trasero y maldijo.

— Lenguaje, amor — se burló Harry, poniéndose de pie, dejando a Louis sentado.

— Te enseñaré la lengua — respondió Louis, poniéndose en pie. Sin embargo, el hielo estaba resbaladizo y se mojó los pantalones antes de conseguir ponerse de nuevo en pie.

Harry se llenó de risa mientras esperaba un momento y luego se marchó. Louis chilló y trató de perseguirlo, pero tuvo que tener cuidado ya que sabía que ahora no tenía todo el equilibrio en sus zapatillas. Harry se aprovechó de ello y se alejó patinando hacia una pandilla de cachorros más jóvenes y los utilizó como escudo.

Eso hizo que chillaran, lo que sólo aumentó la alegría que Louis sentía por Harry. La persecución continuó así, los dos riendo, durante un tiempo. Harry entraba y salía entre los patinadores y Louis intentaba maniobrar en el hielo sin caerse.

Al final se cansaron y Harry dejó que Louis lo alcanzara. Louis lo envolvió en un abrazo y lo sacó del hielo. No hizo falta mucho para convencer a Harry de que entrara en casa, donde pudieron acurrucarse frente a una de las chimeneas del interior.

Hubo una pequeña discusión sobre quién les daría algo caliente para beber y quién se calentaría bajo unas mantas, pero todo fue de buen rollo. Pronto ambos se calentaron bajo una manta junto al fuego, compartiendo un té caliente.

Tener a Harry acurrucado junto a él, su felicidad fluyendo a través del vínculo, era adictivo. Louis entendía por qué era algo que la gente ansiaba, y no sabía cómo iba a renunciar a ello cuando Harry finalmente lo dejara.