El Primigenio.

Capítulo 1.

Narrador.

Muchos siglos atrás en donde la modernidad, la ciencia, la tecnología y en si algo contemporáneo no existía. Vivían unos seres conocidos cómo: "bestias de la noche" "cambia formas" "demonios" "criaturas malditas" "animales" Muchos términos que les hacían justicia, pero no de una forma respetuosa, ahora conocidos cómo: "hombres lobo" "licántropo" "lobisón"

Estos seres con capacidades sobre humanas, eran lo que se dice llamar "un perfecto cazador asesino" pero tenían algo que ocultaban a los humanos; su necesidad de procrear y en si tener una compañera de vida, esa era su verdadera intención y no matar a los humanos los cuales vivían en un pequeño pueblo cerca de su bosque, no era su objetivo principal matarlos, pero era inevitable que sucediera.

Ellos buscaban mujeres, mujeres para hacerlas sus compañeras y las madres de sus crías, pero no podían, no existía esa forma, estaban castigados por sus propios actos.

La madre luna les impartió un castigo, "Por haber matado a sus propios hermanos, su descendencia se convertirá únicamente en machos y las hembras desaparecerán hasta que su especie quede extinta, y ustedes permanecerán cómo lobos eternos hasta su muerte"

La madre luna estaba enojada con ellos, por matar a sus hijos, que decidió desarraigar a las hembras y no permitir que naciesen más de ellas, pero no todo quedaría allí, también hizo desaparecer a las mujeres del pueblo más cercano... para que ningún macho se sintiese tentado a tomar a una de esas mujeres.

El castigo se cumplió tal cual, pero la madre luna siempre tiene un haz bajo la manga, amenazarlos con la extinción era mentira, y sólo era eso, una amenaza, una que disminuiría las muertes de sus hijos. Ella los castigó tal cual, sin hembras, y quitándoles su forma humana, dejándolos con una apariencia humanoide, de pelaje gris o gris con negro o café, caminaban erguidos y su tamaño de esa forma era un poco más alta de dos metros

Había uno de ellos que tenía esa apariencia, pero no por ser castigado, su ADN era puro y fuerte que le quitó todo rastro humano que poseía, convirtiéndolo en una bestia letal y peligrosa. Si, un lobo maldito. Cómo era considerado, su calificativo por ser un lobo infectado.

Infectado por un lobo prehistórico. Conocido cómo lobo terrible o lobo gigante.

Una noche un hombre joven y adulto caminaba por un bosque aparentemente tranquilo mientras era adornado por una hermosa luna llena. Él esperaba cazar algún animal nocturno, pero sólo se llevó una sorpresa. Escuchó un rugido potente y luego un empujón extremo seguido de una mordida espantosa... Demasiado fuerte, demasiado puro. Esa acción lo obligó a dormir durante tres semanas... Despertó y ya no era cómo antes. Su apariencia física ya no era cómo antes. Realmente sólo consiguió llevarse una sorpresa. Tiempo después se unió a una manada cercana de habitantes de una tribu de indígenas nativos.

Él era distinto a los demás, calmado y sereno, pero los demás se aprovechaban de eso y abusaban de él, cansado de todo, comenzó a matar despiadadamente a todos los de su especie que lo llegasen a tocar si quiera, para por fin convertirse en un macho agresivo y hostil. Al final su propia manada comenzó a tener miedo de él, y ya no era cómo antes, más que respeto era terror lo que sentían por él.

Los gobernantes cansados de él, de su actitud y de su agresividad, decidieron unirse a otras manadas para matarlo, sabiendo muy bien que solos no podrían contra él.

Por su parte, él era muy relajado y si nadie se metía con él, no tendría por que asesinarlos.

Un día sin la mínima idea se vió rodeado por todos los alfas de la tierra, unos doscientos alfas en aquel entonces, sin las mínimas ganas de matarlos, lo hizo, era su vida o la de ellos, con la tristeza de no ser amado por sus hermanos y la furia de querer ser asesinado, los mató a todos, a cada uno de ellos, aún a su propio alfa... Al terminar y ver su cuerpo lleno de sangre no pudo evitar sentir odio por si mismo... se volteó y miró a toda la muchedumbre de su manada, ellos bajaron la cabeza y se inclinaron ante él. Sabía perfectamente lo que eso significaba.