Capítulo 8

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Narrador.

Los meses pasaron y el vientre de Nahia era realmente enorme ¿Y cómo no? Resguardaba tres cachorro en su interior. Ella estaba en el nido, puesto que desde que cumplió dos meses de embarazo, no se podía levantar sola de la cama, el pequeño Ryder jugaba afuera de la cueva mientras algunos guerreros lo cuidaban, el Alfa estaba en la aldea, cómo casi siempre y Nahia con una mujer de la aldea, quien se convirtió en su amiga.

- ¿Cómo estás hoy?

Preguntó la mujer mientras le hacía masajes en los pies a Nahia.

- Bien, bueno igual que siempre, con dolor y todas esas cosas que ya conoces.

Habló agotada y soportando los picotazos en su interior.

- Si, pero tu vientre está bastante grande, seguro que pronto vas a parir.

- Ojalá, pues ya no aguanto a estos bebés.

Habló y suspiró, amaba a sus hijos, pero ni siquiera dormir se le hacía cómodo.

Puso sus manos en sus pechos al sentir cómo se derramaba el líquido de ellos.

- ¿Qué ocurre?

Preguntó su amiga preocupada.

- Nada, sólo es acumulación de leche.

- Esa es buena señal, eso significa que pronto van a nacer.

- Si.

Habló relajada, ya que derramar la leche hacía que sus pechos dejaran de doler.

Escuchó a su hijo llamarla y luego vió a su esposo entrar con él mientras estaba en su cuello.

- ¡Mami! - Gritó su hijo emocionado.

- ¿Qué pasó cuchito? - Preguntó tierna mientras sonreía.

- Mi papi ya llegó.

- Si mi cuchito, ya me doy cuenta.

Dijo ella sonriendo, su pareja se acercó y dejó a su hijo junto a ella, el Alfa giró su cabeza y vió a la amiga de Nahia, ella se levantó.

- Yo ya me voy, cuídate Nahia.

Dijo casi saliendo de la cueva.

- Si, muchas gracias por todo.

Ella asintió y salió de la cueva.

El Alfa vió el pecho de su compañera. Su olor lo mataba, se acercó y pasó su lengua en los pechos de ella por encima de su ropa.

- Mami - Llamó su hijo.

- Si - Respondió ella muy incómoda por lo que hacía su compañero.

- ¿Por qué mi papi lame tu ropa?

- No lo sé cuchito.

Dijo... Después de un rato el Alfa terminó, se acostó junto a ellos... Mientras jugaban Nahia sintió un punzante dolor en su espalda. Suspiró un poco, pero el dolor volvió a aparecer.

Después de unos minutos el dolor era insoportable, su hijo y pareja se veían totalmente angustiados.

Tiempo después una presión en su interior se hizo presente, sabía que el momento había llegado, así que comenzó a pujar, aunque sus fuerzas cada vez eran más débiles lo hacía.

Después de un rato sintió cómo un bebé salió de su interior, escuchó un llanto, el Alfa lo tomó y lo acercó a ella, lo vió y era un varón.

- Apolo.

Susurró, ese sería el nombre de su hijo.

Ella le pasó un pedazo de piel al Alfa y él lo cubrió con ella, tomó el cordón umbilical y cómo con Ryder, lo cortó con sus colmillos, lo limpió un poco con su lengua y caminó un poco, dejó al bebé en la cuna de paja de Ryder. Y volvió con su compañera.

El Primigenio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora