El cambiaforma, ahora metamorfoseado en una especie de ardilla del tamaño de un tejón; la escrutaba con sus inconfundibles ojos marron claro.
-¿Cuanto tiempo llevas aquí mirando? -preguntó Måy, extasiada
《Todo el tiempo.》
-¿Y no se te ha acudido ayudarme? -la chica estaba indignada- ¿No podrías, no sé, transformarte en una criatura mortífera e inmensa y hacerlo marchar?
《Claro que podría.》repuso impasiblemente.
-¿Y por qué no lo has hecho?
《Soy tu guía, no tu niñera. Se supone que debes llegar a Oirętsīnīm sin ayuda, yo solo te indico el camino.》 la voz sonó severa en su cabeza《Y si no puedes superar los obstáculos del camino, está claro que no eres digna de Noicåcūdĕ. 》dicho esto, se dio la vuelta y echó a andar.
Måy abrió la boca para replicar, pero, al no encontrar una buena respuesta, se limitó a resoplar y seguirlo.
* * *
Tardaron 2 días más en atravesar el bosque. Æ le indicaba las pausas para comer y descansar ; que, aunque escasas, Måy agradecía muchísimo. Para dormir, Måy trepaba al árbol más alto que podía encontrar, y, envuelta en el saco, se ataba firmemente al tronco; pues, por suerte, los Sosoibar no sabían trepar. No tuvo ningún otro encuentro con ellos; aunque de vez en cuando, sobretodo por la noche, oía sus famélicos rugidos.
La tercera mañana, tras una noche especialmente gélida, los árboles comenzaron a crecer cada vez más separados, mientras el follaje era a su vez menos denso; hasta que la vegetación se interrumpió para dar paso a una pradera verde plagada de colinas. Como Æ indicó, habían llegado al Valle de los Moradores.
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En busca de Noicåcūdĕ
FantasíaUn pueblo amenazado. Una Elegida. Un destino. Una esperanza. Una terrible fuerza maligna acecha las tierras de Odmun. Poco se sabe de su origen, simplemente su nombre: Åicnarongi; y que consume y destruye todo a su paso, sin dejar una sola alma con...
