Labios

|02|

—¿Cuál es el plan? —Rosé preguntó con una gran cuchara de helado en la boca.

No había un plan, ni siquiera un objetivo claro. Solo quería llegar a Jennie y captar su atención con cualquier cosa que funcionara. Pero eso no era un plan.

—No lo sé —hice una mueca cuando Rosé me miró mal—. Jamás había estado tan decidida, todo se limitaba a que me viera. ¿Qué esperas que haga?

—Bueno, entonces, ¿cómo hacemos que te vea por más de dos segundos?

—Llamando su atención con algo que le guste.

—¿Sabes qué le gusta?

—Sí, al parecer le gustan los deportistas —rodé los ojos. Kai seguía saludando al público después de cada canasta, guiñando un ojo a Jennie, quien le daba un beso desde su lugar y llenaban las gradas de un caramelo asqueroso para mi gusto.

Su grupo de amigas hacían ruidos extraños y éramos pocos los que veíamos con horror la escena.

—Definitivamente, esto va a ser difícil.

Como si la situación lo llamara, BamBam salió de los vestidores con el uniforme de deporte, recién bañado, con el cabello aún estilando y la piel húmeda. Una oleada de suspiros recorrió la cancha, incluyendo el de mi compañera.

—Ya —chasqueé mis dedos frente a ella—. La razón de venir aquí es, ¿qué hago con Jennie?

—¿Sedúcela? —El hecho de que ella esté preguntándome apagó mis ganas de seguir con esto, pero no por completo—. Solamente tienes que llamar su atención, ser alguien cercano, después ir avanzando poco a poco.

—¿Y cómo hago eso?

—Ya lo dijiste, le gustan los deportistas —apuntó a la cancha—. Y ya somos dos, pero el punto es que puedes usar eso a tu favor. Tu hermano es el capitán, puedes entrar fácilmente. Solo audiciona, estamos a principios de año, tienes tiempo. El equipo de la escuela necesita más personas con habilidades, y te vi en karate el año pasado.

—Lo haces oír fácil.

La simpleza con la que ella apuntó a BamBam y afirmó que podría entrar en el equipo y servir de algo ahí exclusivamente para llamar la atención de la novia de un compañero me dejó perpleja. Tenía razón sobre las audiciones, no sería difícil. Pero esa bola de cabezas huecas están mucho más familiarizadas con esas cosas.

—Odio los deportes

—Mentirosa, siempre has hecho bien todos, nada más te da flojera —arrugó su nariz y movió su cabeza de un lado a otro mientras me echaba en cara su acusación.

—Que lo haga bien no significa que me guste, idiota —reí—, primero, no sé nada sobre las reglas para entrar al equipo, y segundo, será muy obvio que entraré fácilmente por ser la hermana de BamBam. Me odiarán desde un inicio.

Ella asintió, dándome la razón.

—Pero.. Hay dos audiciones, ¿no? —La miré estática—. La de varias pruebas y la de una sola.

Oh, tenía que ser una broma.

—No, olvídalo. —Negué con la cabeza y miré hacia la multitud, evitando el contacto visual.

—¡Oye!, hablo en serio —tocó suavemente mi hombro—. Esa es la oportunidad perfecta para comenzar a tener protagonismo en su vida.

—¿Y si no paso?, en esa cosa BamBam no tiene el total control, estaría a la deriva como todos los que han intentado entrar.

Aun si fuera descaradamente corrupto entrar por la mano santa de mi hermano, no es peor que audicionar y ser rechazada por mi propio crush y su novio. No, imposible.