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Horas antes de que Lisa me dejara en casa, antes de salir de la secundaria y su confesión, entré al aula de música, consciente de que Rosé y Jisoo estarían ahí. Jisoo me dijo que podía quedarme con ellas durante el almuerzo.

—¿Hola? —hablé desde la puerta, sin saber si la pareja estaba dentro, o si era conveniente entrar.

Rosé se había convertido en el centro del universo de mi mejor amiga desde hacía unos días. Es muy aparente que esas dos chicas ya habían creado un vínculo tan tierno que no me siento invitada a interrumpir. Pero prefería ser un mal tercio a estar vagando por los pasillos estando totalmente expuesta a Kai.

—¡Jendukie! —Jisoo gritó cuando me vio pasar, saludo con su mano y señaló el lugar a su lado— siéntate, estábamos hablando de ti.

—¿De mí? —cuestioné, caminando en un paso ligero— ¿Por qué de mí?

—Bueno, más bien sobre Lisa, pero también de ti.

—¿Pasa algo con Lisa? —ladeé mi cabeza cuando ella hizo un gesto con sus ojos. "Más o menos" entendí— ¿por qué..?

—Sería mejor que Rosé te lo dijera, pero como fue al baño.. —se acercó a mí para ser escuchada con una voz baja—. Te tiene una sorpresa.

Abrí mis ojos sin saber qué sentir al respecto. Que ella lo dijera como "una sorpresa" significa que ella lo sabía y estaba ocultándomelo, lo cual no me agrada nada. Ella sabe que Lisa me implanta curiosidad con su mera existencia, no es justo que me castigue de esa manera.

—¿De verdad?, ¿cuál?

—Ella dijo que te lo daría más tarde.

Sisee. El regalo sería algo material, eso termina por sentar incomodidad en mi expresión, ¿Debería preparar algo para ella también?, odio recibir y no dar, me incomoda tener las manos llenas y no poder hacer lo mismo con esa persona.

—Oye, mujer, podrías estar más feliz —Jisoo me miró extrañada—, llevas mucho tiempo hablando de Lisa, creí que te agradaría saber que ella prepara algo para ti. Eso no lo hacen todos, tú en especial lo sabes.

—¡Jisoo! —me quejé—, ya está bien, ya insultaste demasiado a mi relación.

—Y siempre tengo razón —afirmó, con la cabeza en alto— ¿o no?

Desde que comencé a salir con Kai, justo en el inicio de sus insistencias y ruegos por citas en diferentes épocas del año pasado, Jisoo se encarga de saltarme al cuello para decirme lo estúpida que soy por estar con él. Y no la culpo, a veces pienso lo mismo, pero de igual manera, él me sacó de mi burbuja en tantas ocasiones que, por un momento, pensé que podría amarlo como él decía hacerlo.

Debí haber vuelto a verla con una cara incómoda, tal vez disgustada, porque ella se alejó, analizándome.

—¿Qué hiciste? —preguntó, dictando que mi comportamiento gritaba que algo sucede.

—¿Por qué lo dices? —me desvíe.

—Jennie.. desde ayer estás rara —volvió a hablar con cuidado. Me vio de cerca, con la intención de ponerme nerviosa y confesar algo, pero me quedé callada— ¿Por qué tengo la sensación de que algo pasó, Jennie?

—No tengo idea —respondí, restándole importancia.

Para mi fortuna, Rosé entró antes de que siguiera cuestionado mis respuestas.

—Hola, Jennie —me saludó, mientras se sentaba del otro lado de Jisoo— ¿en qué nos quedamos?

—En que huiste de Lisa —Mi mejor amiga le respondió.

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