Viaje al pasado [ObiKaka]

Capítulo 24.

Nota: me alegra ver el apoyo que ha recibido está historia, nunca pensé en eso y ahora ya casi llega a las 100k lecturas. Solo quiero darles las gracias por estar leyendo y decirles que un poco más y estaremos en el final. OS amo a todos, besos en la cola.

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Obito miró fijamente através de la ventanilla de la puerta a la habitación donde estaba Tsunade y los chicos, después de todo lo que habían superado siempre ocurre una tragedia que perjudica a su equipo, sin importar la dimensión en la que estén pareciese que su destino no ser el equipo que se propusieron a ser. Le daba rabia y tristeza solo pensar en eso y el hecho de no poder hacer nada más para ayudarlos le hacía sentir frustrado y enojado consigo mismo.

— Obito — la voz reconocida del peliplata a sus espaldas lo hizo voltear a verlo, acercándolo a él en un abrazo.

— ¿Sabes lo preocupado que estaba al verte ahí en el rincón? — Kakashi hizo un sonido ahogado devolviéndole el abrazo y se separó un poco para verlo a la cara.

— lo siento, estaba pensando..

— ¿En los chicos? Tsunade está dando lo mejor, estoy seguro que los salvará.

— En parte, pero no, no del todo. Si no del porque estamos aquí.

— ¿De que hablas? — el Hatake se separó por completo y lo guió hasta donde anteriormente estaba, estando callado.— ¿Kakashi?

— tengo una teoría, del porque de todo esto — ambos se sentaron en el suelo a la par del otro. Obito prestaba atención total al peliplata que por momentos parecía que caería del cansancio. — quizás nosotros vinimos a esta dimensión para ayudarles, a nuestro equipo. Quizás todo esto haya servido para evitar que el ciclo del equipo 7 se repitiera, ¿Me entiendes? Quiero, me gustaría pensar que con esto no ha sido en vano, porque no soportaría volver a ver como dos de las personas más importantes de mi niñez mueran nuevamente frente a mis ojos, yo...

— lo entiendo, no sabes cuánto. Desde que llegué aquí, solo me concentre en ti y nunca me puse a pensar en todo eso; el perderte me afectó mucho y no vi lo mucho que a ti te afectaba el verme a mí, el verlos a ellos. Porque a pesar que yo perdí a lo que más amaba en la vida, tuve apoyo de Rin, Minato-sensei y Kushina-san, pero tú no tuviste a nadie y te hundiste en la oscuridad por mucho tiempo... — Kakashi lo veía fijamente, jugando con uno de sus guantes, parecía un niño después de haber cometido una fechoría. — ...realmente lo siento si llegué a presionarte demasiado para que me aceptaras, quizás solo quería enmendar algo que debí hacer con Kash antes de que muriera y no desahogarme contigo. Perdóname.

— tuve amigos que estuvieron ahí cuando los necesite, pero solamente el pensar que los perdería de igual manera hacia que tuviera miedo y fue entonces que me aleje, convenciendome a mi mismo que no necesitaba amigos, que solo me estorbarian en mi camino. Pero Gai nunca se rindió y siguió detrás mío hasta que se convirtió en mi mejor amigo y estuve a punto de perderlo a él también en la cuarta gran guerra ninja, donde me encontré al Obito que creía muerto, tan cambiado y lleno de odio... — el como hablaba del otro Obito hacia que el Uchiha se sintiera mal por el peliplata, pasar años pensando que estaba muerto y reencontrarse de forma abrupta en medio de una guerra no es algo que se sienta como un alivio al saber que está vivo. — ...estaba vivo y yo no supe que hacer en primer instante, solo me quede ahí paralizado, viendo a los ojos a aquel niño que soñaba con ser Hokage convertido en el villano que ayudó a que la guerra explotara, intenté hacer que se detuviera en alcanzar esa meta, meter a todos en un Tsukuyomi infinito y lograr que la guerra terminara de una vez por todas, pero eso no salió como él lo había planeado, ni el mismo Madara se espero que la guerra tomara un giro inesperado. Pero al final, cuando ya todo había acabado, pensé que recuperaría una parte de ese dulce niño que ayudaba a las ancianas y así fue, solo que esa parte se sacrificó por mí y mis alumnos, yo estaba dispuesto a dar mi vida pero él no me dejó. Así que lo vi irse nuevamente para siempre.

— Kakashi...

— Obito y yo arreglamos las cosas antes de que él muriera y eso me dejo algo de paz en el corazón, después de todo siempre me culpe por lo que pasó con él y Rin, y el saber que él me perdonaba me ponía feliz... — sus ojos estaban llenos de amor y tristeza a la vez, ahora que se enteraba de todo eso no sabía cómo actuar. Solo se mantuvo callado esperando que se desahogase todo lo que quisiera, se podía ver qué le hacía falta. — ...nunca nos llevamos bien de niños, él se enojaba conmigo porque yo le robaba la atención de Rin, la amaba y verla morir por mi mano lo cambió mucho, pero se que ahora están juntos y eso me basta para ser feliz.

— ¿tu... No estabas con él? — Kakashi negó despacio, haciendo que estuviese confundido. — Pero pensé que...

— Obito amó a Rin hasta el final, yo nunca reparé en mis sentimientos por él o por alguien más, desde que tengo memoria jamás me interesó amorosamente alguien, hombre o mujer me daba igual con quién me acostara. Pero ahora, quizás el verte a ti aclaró todo lo que pensaba que era una amistad/odio, porque el estar cerca de Obito era totalmente diferente de como se sentía estar con alguien más y eso era lo que me asustaba, sentirme cómodo al lado de alguien más, lo confundí con amistad y me aparte para no sentirlo... — el peliplata volteó a ver al Uchiha después de haber desviado la mirada a mitad de su diálogo y se avergonzó de divagar de más. — ...lo siento, me desvíe del tema...

— No, está bien Kakashi, te mirabas como si en verdad hubieras esperado por mucho tiempo el decir todo eso... Es admirable que hayas soportado tanto y aún así sonreír. — su pecho se sentía cálido, el ambiente había cambia por completo a uno más cómodo y ambos se relajaron.

— aprendí muy bien de dos cabezas huecas que soñaban en convertirse en Hokage — sus ojos hicieron medias lunas y le dedicó una sonrisa encantadora al otro hombre quien le devolvió el gesto.

— Al parecer Naruto sigue siendo Naruto en cualquier dimensión jajaja.

— Si...

Minato y Kushina estaban al otro lado de la pared igualmente sonriendo, habían escuchado todo lo que ambos shinobis habían hablado y estaban felices por ellos, la Uzumaki estaba llorando por varias cosas, entre ellas el saber que su bebé estaría en buenas manos. El rubio Hokage consolaba a su esposa preguntándose si de no estar ambos shinobis ahí las cosas fueran diferentes y él agradecía a todos los dioses por mandarlos a su dimensión. 

Ahora solo había que esperar a que su equipo estuviera bien.