6. Objeto de deseo

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Dos meses antes:

Nos dirigimos a una gran mesa con elegantes adornos, saludamos y nos sentamos, como obra de los dioses mi asiento está en frente al de Richard, él charla con una mujer, si no me equivoco es la esposa del baterista Schneider, está sentado a su derecha, ella le pregunta por una chica.

- Y Lena, pensé que te acompañaría en la gira?

- Si ese era el plan inicial, pero ha conseguido un contrato con Dior, es algo importante para ella - él enciende un cigarro, disimuladamente lo miro, no parece muy contento con el hecho de que la tal Lena no esté allí - Está feliz - termina diciendo, la sra de Schneider se alegra por la noticia.

Seguro debe ser su novia.

Por supuesto una modelo.

Se me revuelve el estómago tanto que casi no toco la comida de mi plato.

Luego de que todos terminan de cenar vamos a él bar del hotel, nos llevan a la zona vip, empiezan a llegar uno tras uno los tragos, no puedo evitarlo y me emborracho.

Nota mental, "No debo ligar bebidas".

Añadir a la nota mental "No debo beber más".

Suelo tener mala bebida, me río de todo, empiezo a bailar, quiero abrazar a todo el mundo, y hablo incoherencias.

Me paro y empiezo a bailar y a reír como una idiota, todos me ven, algunos se ríen, otros me animan, y Richard pues me da una ojeada sería y luego simplemente me ignora y sigue hablando con quiénes están sentados en su mesa.

Till me carga como a un saco de papas, y me sube a la habitación, Irina abre la puerta y Till pasa al interior y me acuesta en una de las camas.

- Saa-bes que-e ese ami-go tu-yo es un re-veren-do idiota! - le digo dándole golpecitos en su pecho, Till mira confundido a Irina, ella le hace una seña de que estoy loca - Pue-s si - hipo con cada palabra que sale de mi boca - Vamos cariño a dormir ya - me dice Irina acariciando mis brazos con dulzura - Ri-chard Krus-pe bah! - mi impertinencia de borracha no tiene límites - Pue-de be-sar mi dul-ce tra-se-ro.

- Cariño ya no sabes lo que dices, anda vamos a dormir - miro a Irina con cara de que dices, si tú sabes? - Vamos si - me voy a dormir a regañadientes.

Al siguiente día despierto con un dolor de cabeza horrible.

Almuerzo en la habitación, Irina me ha dejado una nota sobre su cama, que dice que regresará en la tarde para alistarse e irnos juntas al concierto de esa noche.

- Dime qué no hice ninguna estupidez - mis recuerdos son vagos y confusos. 

- Bailaste, reíste, vomitaste en los zapatos de Richard y luego te quedaste dormida en un mueble.

QUE! QUEEEE!!!!!!

- Detén el auto!... no, no, no llévame al aeropuerto de una por favor - que bochorno más grande.

Irina se ríe fuerte - Estoy bromeando, todo es cierto menos la parte del vómito - y arruga la nariz.

- Me quieres matar de un ataque? - le digo y le doy una palmada en el brazo.

- Auch! - se queja riendo mientras se frota el sitio donde le pegue.

- No me causa gracia!

- No es para tanto, no eres la única borracha en el mundo, todos estábamos con unas copas demás, a estas horas ya nadie se debe de acordar, Till me dijo que eres una borrachita adorable.

Llegamos al estadio, nos entregan unos pases y nos llevan a los laterales de la tarima, Irina busca un par de cervezas, yo me niego rotundamente a beber.

Disfruto de ambas presentaciones, la de Rammstein me deja sin aliento.

Dos semanas después del primer concierto estamos en una ciudad diferente. Esta vez vamos a un club que está cerca del hotel.
Irina tiene la brillante idea de jugar a Verdad o Reto.

- Vamos las chicas quieren divertirse - dice Till llamando a todos a qué se unan al juego, Irina coloca una botella vacía en la mesa, el culo de la botella apunta quien da el reto y el pico quien lo tiene que realizar si no escoge decir la verdad.

Pasan algunas rondas hasta que llega mi turno, Irina es quien me dará el reto si escojo no decir la verdad - Escojo reto - digo tranquila ya que los retos no han sido cosa del otro mundo, unos chupitos de tequila, o beber una cerveza hasta el fondo - Te reto a que beses a cualquiera de los hombres presentes - creo que mis ojos se van a salir de su órbita.

Pero que coño Irina, te has vuelto loca?

- Irina creo que has ido muy lejos - JB se para a mi lado - No tienes que hacer esto- me dice.

- Vamos JB no seas aguafiestas y quítate del medio, la chica tiene que escoger a quien besar - le interrumpe Till.

Miro a mi alrededor y mi mirada se fija en Richard, él se remueve incómodo en su asiento, desvío mi mirada con evidente decepción, Till me sonríe y camino hacia él.

Till no se para, sino que me jala y me sienta en sus piernas, me besa apasionadamente.

Till me quiere hacer deseable ante todos, o es cosa mía?

No, nunca será objeto de deseo para un hombre como Richard kruspe.



Diamante - Richard Kruspe - Rammstein - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora