Richard entierra su cara en mi cuello, hace un camino de besos mojados hasta mi oreja - Te necesito - me susurra.
Sus palabras y su respiración caliente me debilitan, su mano libre viaja hasta la falda de mi vestido, la desliza por debajo de esta, y toca mi centro, en mi cerebro se prenden todas las alarmas, aprieto con fuerza.
Recuerdo lo frío que fue conmigo con la llegada de Lena, como me hizo a un lado sin pensar en mis sentimientos. No quiero esa sensación tan fea que viene después de que el me hace suya y me echa a un lado como un objeto.
Huye, Nina!
No, no podía ceder ante el deseo, si lo hacía sería mi sentencia, Richard nunca me tomaría enserio, siempre me vería como la chica a la que podía acceder fácilmente, la que podía tener siempre y cuando a él se le antojara. Tenía que alejarme ya mismo, antes de que fuera demasiado tarde.
Tomaría el riesgo, lo tenía que hacer, tenía que demostrarle que si me valoraba, que aunque era una simple mortal, valía y mucho.
Me alejo de él, por un breve y fugaz momento pude ver la confusión en su rostro.
- Que tiene ella, que no tenga yo? - la pregunta sale de mi boca sin pensarlo.
- No se ha donde quieres llegar con esa pregunta - me evade, pero sigo adelante.
- Me tratas solo como un coño más que follarte - sorbo por la nariz tratando de contener las lágrimas - Pero ese a sido mi error contigo, ponerte todo en bandeja de plata, esa es la diferencia, ahora lo veo.
- Piensas demasiado, hablas demasiado - dice tratando de persuadirme, estira su mano hacia mí, pero yo la aparto antes de que pueda tocarme.
No! - grito con determinación - Si piensas que siempre voy a estar disponible para ti, estás equivocado, no soy tu maldito juguete!
Entro de nuevo al salón de fiesta, choco contra un alegre Paul que trata de retenerme y llevarme a la pista de baile, me odie por ser tan brusca con él, le dije que no estaba de ánimos y que mejor me sentiría si subía a mi habitación, Paul fue dulce y comprensivo - Estás segura, no quieres llamar al doctor del hotel?
- No, estoy bien, solo no tengo ánimos de fiesta.
- Bien, entonces que descanses - me dice sonriendo, lo miro con una sonrisa de boca cerrada y salgo de ahí.
Sacar el veneno de mis venas sería más complicado de lo que creía, pero una vez en la soledad de la habitación me sentí en paz, ahora sabía lo que quería, lo que merecía, y si él no era capaz de dármelo, entonces tendría que seguir adelante.
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Diamante - Richard Kruspe - Rammstein -
FanficToda acción tiene consecuencias, y está apuesta no será la excepción.