Diamante - Richard Kruspe - Rammstein -

19. Chess

Richard

- Admitelo, Te gusta - me susurro Paul a mis espaldas.

Estamos en la sala de desembarque, esperando nuestros equipajes.

Llegamos a París, Francia.

Giro con el ceño fruncido - De qué hablas?
Paul me mira con cara de <<Es enserio? Te harás el loco conmigo?>>

Alza sus cejas de forma juguetona.

- Te gusta Nina - sentencia, mientras observa con cuidado mi reacción.

- El vuelo te ha hecho mal - le vuelvo a dar la espalda.

Por qué me estoy sintiendo incómodo?

- Pues, no lo estás negando - ríe con suficiencia.

- No tengo porque negar estupideces, Paul.

- Entonces qué? Solo la utilizas como juguete sexual?

- Hemos follados dos o tres veces, nada importante y ella lo sabe - suspiró con cansancio - Así que, ya déjalo.

- Mentiroso - dice y se aleja.

En verdad me estaré mintiendo a mi mismo?

Miro a Nina, ella está al otro lado de la sala.

Ella ríe por algo que Schneider dice, siento una leve punzada en el estómago.

Envidia?

No Richard, ella no ríe contigo, ella tiene orgasmos contigo.

Joe me saca de mis pensamientos y me olvidó de ella por el momento.

Una vez instalado en la habitación del hotel, activo el wifi de mi movil y le escribo.

Quiero verte esta noche.
R-

Enseguida recibo respuesta.

Lo pensaré.
N-

Haciéndote la difícil? Ya veo.
R-

No me hago, soy difícil de conseguir.
N-

Vamos a ver hasta cuándo mantienes esa actitud.
R-

Me estás retando? Porque me gustan los retos!
N-

Entonces, juguemos y apostemos! Chess.
R-

Dónde y cuando?
N-

Primero, lo primero. Si gano quiero sexo, dónde y cuando yo quiera. Y si pierdo te concederé lo que me pides.
R-

Bien.
N-

Ay Nina, pronto vas a volver a ser mía.

...

Nina

El hotel tiene varias salas común, lo cito en una de ellas, hay personas leyendo un libro, otras en su laptop o móvil, y Richard y yo, apartados en un rincón jugando chess.

- Por qué aquí, tienes miedo de estar a solas conmigo? - me dice cuando llega a la mesa dónde lo estoy esperando.

- Empecemos, si?

- Impaciente por perder? - me dice con tono de burla.

- Ja! En tus sueños, Kruspe - ríe abiertamente.

Dios! Me derrite su risa.

Enfócate Nina, enfócate!

Mientras jugamos trata de incomodarme.

A toda costa quiere que pierda la concentración del juego.

No les voy a mentir, es una completa tortura tener a ese hombre frente a mí, tan cerca y no tirarmele encima.

Me permito fantasear por un momento, con él tomandome sobre está misma mesa, cuando suena el reloj y es mi turno de mover mi pieza.

Richard sonríe con suficiencia, como si pudiera leer en mi cara, la escena que me estaba montando en mi mente. Se moja el labio y me mira con intensidad, primero a los ojos, luego al escote.

Enfócate Nina, enfócate!

Lo que no sabe el señor Kruspe, es que se jugar chess más de lo que el cree, me da la batalla pero aún así, termino ganando la partida.

- Dispara - me dice derrotado y de mal humor.

Hago un baile de victoria en mi cabeza.

- Es simple - lo miro - Quiero una cita.

- Una cita - parece confundido.

- Si, siempre vas a lo que vas, esta vez quiero que me trates como lo que soy, una reina - le digo sin titubear.

- Y como ha dónde quiere que la lleve, su majestad? - se cruza de brazos y se recuesta contra el espaldar de su silla, no paso desapercibido el sarcasmo en su pregunta.

- Sorprendeme.

- Mis citas, tienen desayuno incluído.

Sexo.

Si, yo también lo deseo.

Pero no sé lo pondré fácil.

- Eso dependerá, de que tan buena sea mi noche.

Me paro y salgo hacia mi habitación.