7 Pecados de la muerte. [TERMINADA]

Feliz cumpleaños. (Extra final)

El final de una era siempre marcara el inicio de otra superior.

... ... ...

Alicia:

Los años pasaron tan rápidos como el viento. Dejaron nuevos momentos, nuevas personas, y otras que probablemente nunca volveríamos a ver, sin embargo sabía que la persona que estaría siempre para mí, sería Joseph. Él había trabajado a mi lado para crear nuestro propio hogar. Siempre estuvo para darle la mano a sus amigos, a aquellos que lo acompañaron en su lucha como pecador y que gracias a todos sus sacrificios, hoy eran libres.

Solo les queda ser felices...

Recuerdo que era un día especial, pues justo ese día se celebraba el cumpleaños número treinta de Joseph. Era obvio que quería hacer algo más que comprar un pastel y dar una noche de sexo desenfrenado. Quería que ese día fuera inolvidable, y nada mejor que rodeado de las personas que más aprecia.

Pude organizar una fiesta privada en un club campestre con ayuda de Becca. Decoramos todo a su gusto, y servimos comida y bebida como para un ejército. Conociéndolos no me extrañaba que pidieran más.

Se lo merecen...

— Así que treinta años ¿Eh? — Preguntó Becca acompañándome con unas bebidas. Veíamos como los chicos jugaban en una piscina de forma un poco brusca. A decir verdad parecían animales. — No han dejado de ser los mismos tontos.

— Y espero que nunca no dejen de serlo. — Repliqué para luego acompañarla en un brindis. — Mira a Richard, sigue igual de unido a Joseph. Esos dos siempre serán mejores amigos.

— Y Sebastián no ha dejado esa rivalidad con él. — Recalcó al verlos luchar en el agua, y aunque era obvio que Joseph tenía la ventaja, Sebastián se negaba a perder. — Esos dos siempre serán rivales.

— Hey, Peter, sigue siendo tan flojo como siempre. — Este pareció escucharnos mientras estaba sentado en la orilla de la piscina, y apenas volteó a vernos, fue arrastrado al agua por Sebastián. — Bueno, al menos ya se lleva bien con Sebastián.

Podría verlos todo el día...

— ¿Otro trago, chicas? — Preguntó Lili acomodándose en medio de las dos. — Está haciendo el clima perfecto.

— ¿Y tu pareja, Pervertida? — Pregunté mientras me llenaba el vaso.

— Pues... Ya sabes... Es complicado. — Respondió dando un sorbo largo. — Los chicos son increíbles, pero las chicas tienen lo suyo también. — Estiró su mano hasta uno de mis pechos y apretó un poco.

— ¡Hey! — Gritó Joseph desde la piscina. — ¡No toques mi biberón!

¡Díos, que vergüenza!

— ¡Concéntrate! — Sebastián apareció a sus espaldas hundiendo su cabeza en el agua.

— Eres afortunada de haberte ganado su corazón. — Añadió Lili al quitarme la mano. — No se encuentra un hombre así todos los días.

A decir verdad ni lo buscaba...

— Bueno, tengo que admitir que fue toda una lucha para llegar a dónde estamos ahora. — Miré a Becca de reojo con picardía, pues ella si recordaba todo lo sucedido hace diez años. — Pero tienes razón, soy afortunada.

— Y miren a esos dos. — Seguimos la indicación de Becca, quien le tenía el ojo puesto a Midas y Cayden. Ambos estaban sentados dándose de comer mutuamente sin apartarse la mirada, como un par de tortolitos. — Esos dos nunca se separan. Son tan lindos.