Sinópsis: en Encanto, un pequeño pueblo mágico protegido por una vela que concede milagros, vive Mirabel, una chica de quince años miembro de la poderosa familia Madrigal. Cada vez que una persona de la familia cumple cinco años, la vela los bendice...
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Mirabel Madrigal.
Eso era lo que había abundado en la cabeza de una anciana mujer desde hace ya un tiempo.
...
Los sentimientos que aquel nombre le provocaba no eran positivos, pero no era porque odiará a la portadora de este...
No sería capaz de odiar a ningún miembro de su familia.
Más sin embargo, no sabía bien que sentía por aquella muchacha.
"¿Amor?".
"¿Miedo?".
"¿Lástima?".
O quizás era una combinación de eso y más.
...
"Desde aquella noche en la que Bruno huyó y maldijo a Mirabel...todo cambió".
...
Para empezar le dolió que su hijo había sido capaz de hacer tal cosa...sabía que no era la madre perfecta, que tenía errores...sabía que tendría aún más fallas porque todo tendría que hacerlo sola; pero no estaba consciente de que habría hecho tan mal su deber al punto de que su hijo deseara el mal de todo el pueblo.
Pedro estaría decepcionado de ella.
Le confío a sus hijos, y ella dejó que uno de ellos se "contaminara".
...quizá fue el tiempo que le dedicó, quizás no fue suficiente...pero...también tenía que brindarle cuentas a los habitantes de el lugar.
Además también tenía que dividirse entre él y sus otras hijas.
Tenía que representar dos papeles que creyó necesarios en la vida de sus pequeños.
Pero ella no podía intentar ser Pedro. Ella no era tan paciente y cariñoso como él, ella no tenía la facilidad que esté tenía para comunicarse correctamente, para entender sus sentimientos y ordenar sus ideas...
Tal vez simplemente ella no fue suficiente.
...
A partir de esos sentimientos...también generó miedo...miedo a volver a fallar.
