14

1K 62 48
                                    

Dos meses después del viaje hacia la playa todo se había vuelto más rutinario, todos debieron regresar a sus respectivas obligaciones. Lumine se preparaba en casa para ir a trabajar, no vería a Xiao en todo el día porque él tenía el turno de la tarde, suspiró frente al espejo, desanimada. Esa última semana había estado muy ocupado, lo echaba de menos.

Se decidió por enviarle un mensaje para ver si lo podía remediar eso.

"Xiao, ¿te gustaría que cenemos juntos hoy?"

"Me encantaría"

"Pero no deberíamos vernos a solas"

Al leer la respuesta se decepcionó.

"Solo nos hemos visto en el café últimamente..."

"Lo sé, pero no quiero arriesgarte"

"El hombre no ha hecho nada hasta ahora"

"Quizás podemos quedarnos tranquilos"

"Es peligroso, Lumine"

"Solo espera un poco más por favor"

Ya no le contestó más. No quería ser egoísta pero deseaba disfrutar de su relación con Xiao y que un delincuente estuviera en medio la frustraba, por supuesto que entendía la situación, pero tal vez él estaba exagerando. En todo ese tiempo bien podría haber sucedido algo de lo que alarmarse, pero ella nunca había visto nada fuera de lo normal.

Salió de la casa refunfuñando. No pasó mucho tiempo hasta que escuchó su teléfono sonar, era una llamada de Xiao. Tocó el botón para atenderlo, sin embargo, no alcanzó a decir una palabra, alguien la había sorprendido por detrás, cubriéndole la boca y provocando que se le callera el móvil al suelo.

Era un hombre con aspecto descuidado, tenía un revólver con el que la apuntaba directo a la frente. Comprendió que se había equivocado, sí era un criminal peligroso, sí había estado estudiándolos, tanto que supo que ese día no habría nadie que pudiera ayudarla en los alrededores, a pesar de la luz del día.

Forcejeó todo lo que pudo e intentó gritar lo más fuerte que pudo, provocando unos ahogados sonidos lastimeros.

—¡Quédate quieta!— le gritó el criminal y la arrastró hasta una calle menos transitada, como no lograba moverla más acabó propinándole un puñetazo para finalmente noquearla. Al instante recogió el teléfono y se lo llevó al oído antes esbozar una sonrisa macabra. —Te mandaré instrucciones, cuidado con lo que haces.

*****

Cuando había llamado, Xiao había esperado escuchar la enfadada voz de su novia, esperando poder disculparse y proponerle hacer algo juntos, aunque fuera sencillo. Pero en cambio lo que oyó fueron unos sonidos ahogados y luego la voz rasposa de un hombre. Su voz. La reconoció de inmediato.

"Te mandaré instrucciones, cuidado con lo que haces."

Pasmado, se dirigió a salida de la universidad con rumbo a la casa de Lumine, corría tan rápido como podía.

Se sabía el camino que ella hacía de memoria, recorrió todas las calles, sintiendo que se desesperaba, no encontró ni un rastro hasta que llegó a la calle donde vivía. No había absolutamente nadie por ahí, lo que le dio mala espina. Inspeccionó los alrededores con detalle y comprobó que a pocos metros de la casa habían unas gotas de sangre. Había sido ahí, estaba seguro.

Evitó pensar en el pánico que le nublaba el razonamiento conjurando la situación por la que debía estar pasando, y llamó a Aether. Le atendió al cabo de un rato.

|XiaoLumi| Como polvo de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora