Epílogo

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Sentada en las escaleras que conducían a su departamento, sonrió como tonta, tratando de reprimir una risa igual de tonta. No lo podía evitar. Estaba muy feliz... y nerviosa.

No recordaba la última vez que se había sentido así. ¿Cuándo habría sido? ¿Cuando finalmente se mudó junto a su novio? No. ¿Cuándo le había propuesto matrimonio cerca de su mirador especial? No, para nada.

"En la boda..." dedujo. Sí, ese día había sido bastante accidentado, con los nervios a flor de piel y la felicidad de saberse pronto casada con Xiao; definitivamente ese día había quedado en su memoria para siempre.

*****

—¡No! ¡No es posibleee!— gritó, a todo pulmón.

Xiao se sobresaltó y se levantó del sofá donde leía un informe para dirigirse a la habitación, frenándose en la puerta cerrada.

—¿Está todo bien?— preguntó.

—¡No! ¡No lo está!— chilló su novia del otro lado.

—¿Qué pasa?

—¡Esto es terrible! ¡Es una tragedia!— la oyó sollozar e inmediatamente intentó ingresar, pero ella se lo impidió, empujando la puerta. —¡No! ¡No entres, Xiao!

—¿Necesitas ayuda? Dime qué sucede, Lumine.

—Es que... es que... ¡El vestido no cierra! ¡Es una catástrofe! ¡La semana pasada me entraba a la perfección! ¡No puedo haber engordado en tan poco tiempo! ¡¿O sí?!

Aunque, si lo pensaba, los nervios la habían orillado a comer bastantes dulces durante esos últimos días. Esas eran las consecuencias. Se tiró del cabello y se refugió en el rincón entre la puerta y la pared, deseando echarse a llorar con fuerza.

—Claro que no, ¿segura que lo puedes hacer sola?

—¡Sí! ¡Tú quédate afuera! ¡No quiero que lo veas, será una sorpresa!

Xiao suspiró. Toda la organización le daba realmente igual, solo quería estar casado con su novia ya, los preparativos solo la habían estresado, comenzaba a pensar que haberse casado en secreto habría sido lo mejor para ambos, más rápido y menos complicado. Sin embargo, la sonrisa emocionada de Lumine cada vez que hablaba de la boda lo había detenido cuando quiso proponérselo, la estaba haciendo feliz, él solo deseaba eso.

Aunque claro que en ese momento no era muy feliz, la oía balbucear insultos por lo bajo.

—Lumine, seguro que tiene arreglo...

—Xiao, la boda es mañana... ¿cómo puede estar pasándome esto?

—Sal de ahí, pensemos en algo juntos, o relajémosnos, has estado muy...

—¡No puedo relajarme!— lo interrumpió, luego comenzó a sollozar. —No quiero que peleemos, solo necesito unos momentos a solas...

Él regresó a su trabajo, fastidiado, pero dado que no se podía concentrar apartó los papeles e intentó pensar en alguna manera de ayudar a su prometida.

Le vino a la mente la vez que se le había rasgado la manga de su camisa, cuando aún trabajaba en el café de Noelle, y ella muy amablemente se la había remendado. Había quedado como nueva. Entonces se le ocurrió una idea.

Dentro de la habitación, Lumine lentamente golpeaba la cabeza contra la pared, esperando que de esa manera a su cerebro se le ocurriera ponerse a trabajar y encontrar una solución. Entonces recibió un mensaje de Noelle, iluminando su vida.

|XiaoLumi| Como polvo de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora