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Viajaban en el tren hacía solo veinte minutos y aún restaba bastante, pero Lumine no podía quedarse quieta, jugaba con los pulgares, miraba la hora en el celular, zapateaba el suelo y volteaba a ver por la ventana.

—Lumine, ya conociste a mi padre— dijo Xiao, sin despegar la vista de su libro.

—No era tu novia entonces...

—Para Zhongli no habrá diferencia— suspiró. —Pregunta todo el tiempo por ti, de hecho creo que sabía que terminaríamos saliendo.

—Solo haces que me ponga más nerviosa— se deprimió ella. —¿Qué voy a decirle?

—Actúa normalmente y ya— le tomó la mano. —Eso será suficiente.

—¿Tú no estás nervioso?

—Más nervioso me pone que me deje en ridículo— resopló él.

—Nada de lo que diga me hará cambiar de opinión.

—Ni a mí, así que no estés nerviosa.

Descendieron del tren en la estación correspondiente y se encaminaron hacia la casa donde Xiao había crecido. Lumine quería saberlo todo, se preguntaba cómo había sido de pequeño, con el escalofriante relato de aquella ocasión solo comprendía una parte.

"Quiero más, mucho más" pensó.

Tocaron timbre a pesar de que Xiao tenía llave de la casa, ya que no le gustaba ingresar como si nada. Les abrió un muchacho de ojos color turquesa y cabello negro quien, al ver a su novio, sonrió enormemente y se le abalanzó para darle un abrazo.

—¡Xiao! ¡Bienvenido!— exclamó.

—¿Tío Venti? ¿Qué estás haciendo aquí?— Xiao parecía agobiado.

"¿¡Tío!? ¡Pero si parece un muchachito!" le dijo su pequeña Lumine interior, estupefacta.

—Ohh... y tú debes ser Lumine, ¡qué bonita!— se le colgó del hombro al joven. —Eres un pillo Xiao.

—S-Suéltame por favor...— parecía como si en unos segundos le hubiera drenado todas las energías.

—Mucho gusto— saludó Lumine.

—Encantado, me llamo Venti y soy hermano de Zhongli, quería ver a mi sobrino así que estoy de visita también.

—Eres agotador.

—Pasen por favor, póngase cómodos.

—¿Mi padre salió?

—No— lo escucharon contestar desde otra sola, al poco tiempo apareció con un paño de cocina en las manos. —Estaba por preparar el postre, ¿cómo has estado Lumine?

—Muy bien señor Zhongli, gracias por recibirme.

—No es nada, me alegra que cuides de mi hijo.

La pareja se sonrojó al instante.

—Hola papá...— padre e hijo se dieron un abrazo. —¿Qué tal todo?

—Como siempre, estuve pensando en hacer algunos arreglos en la casa, aunque no quisiera modificar su estética original.

La chica observó la decoración del lugar y notó que era muy elegante, el padre de Xiao debía de tener gustos excéntricos, tuvo miedo de romper algo costoso así que no tocó absolutamente nada. 

Zhongli la guío a la primera planta para mostrarle la habitación de invitados. Era un lugar iluminado y con un balcón que daba hacia la parte trasera de la casa, el aire era fresco en ese pueblo, era un sitio precioso. Le ofreció un mueble para colocar sus pertenencias y, cuando se dispuso a salir para dejarla acomodarse, Lumine lo detuvo.

|XiaoLumi| Como polvo de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora