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—Haechan, ven un momento —la voz de su padre John le dio un pequeño escalofrío. Se escuchaba enojado, y que su padre Jaehyun esté a su lado con la misma expresión solo lo asustaba más.

—¿Qué es esto? —preguntó Jaehyun, mostrando dos blisters vacíos de supresores.

—Creo que no entiendo tu duda —Haechan sonrió con ternura hacia sus padres. Jaehyun le lanzó una mirada a Johnny, de cierta forma culpándolo por la personalidad de su hijo. El pequeño suspiró y volvió a hablar—. Es de otro mes que olvidé tirar.

—No mientas, me das la tableta vacía todos los meses para llevar el control, no fallaste ni un mes desde el inicio. Esta fue la que me entregaste ayer —colocó uno de los blisters sobre la mesa de café—, y este lo encontré junto al cesto de basura en tu habitación esta mañana.

Haechan maldijo a su yo del pasado por haber sido un vago, lanzar la tableta vacía desde la cama y no levantarse y esconderla bien. Debía inventar una excusa, pero tenía la mente en blanco.

—Tus supresores son muy fuertes para un chico de tu edad —siguió Johnny—, no deberías abusar de esto, sabes que puede dañar tu organismo.

—Estoy bien, en serio —bufó Haechan, queriendo largarse de ahí.

—Esto es serio —lo regañó Jaehyun—, no puedes tomar dos por día, podría dañar tu celo y tus feromonas a largo plazo.

—Pero no me estaba funcionando bien —soltó el menor—, durante el resto de días lo llevaba bien, pero cuando se acerca mi celo, pierde el efecto a las pocas horas.

—¿Estás diciendo que te tomaste una tableta extra, no en un mes, sino en una semana? —cuestionó Jaehyun, estupefacto— ¿¡Estás loco!?

—¿¡Qué podía hacer!? —elevó su voz, sin importarle que hablaba con sus padres—. No puedo contenerlo, y lo que menos quiero es perder el control.

—Se puede hablar con el médico, tal vez te dé nuevos supresores —intentó tranquilizar John.

—Pero esta no es la manera —Jaehyun continuó con calma—. Debemos hacerte análisis para saber si este exceso no te afectó de alguna forma. Mientras tanto, quiero que me entregues todos los supresores que tengas, incluso los de emergencia, yo me encargaré de ti y de tu medicación.

—No —sentenció.

—Esto no es un juego, Donghyuck —la voz dura de John regresó—. Dejarás de tomar supresores por el momento.

—¡No! —volvió a gritar, esta vez aterrado—. ¡No quiero hacerle daño a Jeno!

El silencio inundó la sala. John y Jae se dieron una mirada preocupada y comprensiva antes de acercarse a su hijo que temblaba del pánico. John se sentó a su lado y lo abrazó, mientras Jae se acomodaba frente a él tomando sus manos.

—¿Entonces es verdad? —pregunto con voz suave a su hijo, quien después de unos segundos se rindió.

—Mi primer celo ocurrió un día de frío —comenzó Haechan, dejándose mimar por sus padres—, no había llevado suficiente abrigo al colegio y luego de acompañar a Jeno a su casa, él me prestó su sudadera. No me la quité ni cuando llegué a casa porque era reconfortante y cálida, y el aroma era tan tranquilizador... Y tuve mi primer celo. No sabía que su aroma lo había causado, hasta que le pasó a él —Haechan inspiró con profundidad antes de continuar—. Esa tarde había tomado mi supresor como correspondía, pero sentía mi piel arder y un descontrol en mi interior. Cuando Jeno colapsó y sentí su aroma, agradecí estar lejos de él y que Renjun me mantuviera a distancia. Yo no quiero hacerle daño. Él es más fuerte que yo, así que no puedo hacerle nada físicamente. Pero no quiero lastimar su dulce corazón, no quiero que me odie si pierdo el control.

John lo abrazó con más fuerza cuando las lágrimas comenzaron a caer de su rostro. Jaehyun le hizo un gesto a su esposo y ambos estuvieron de acuerdo.

—Deberías decirlo desde el principio, podemos ayudarte, cariño —sonrió Jaehyun—. Iremos al médico para que te examine y corrobore que los supresores no te hayan hecho daño. Avísales a tus amigos que te ausentarás una semana del instituto, yo hablaré con tus maestros —su hijo lo miró extrañado y continuó—, te irás con tu padre a nuestra casa en el campo. No tomarás supresores y él te ayudará a controlar tus feromonas. Y sabes que debo hablar con los padres de Jeno —Haechan se vio aterrado ante ese comentario—, no le diremos nada a Jeno, pero sus padres sí deben saberlo, así le ayudan a controlar sus feromonas.

Haechan terminó accediendo y fue a su habitación a preparar su maleta. Jaehyun escribió un mensaje a Doyoung para coordinar una reunión con Jungwoo también.

You never gave up on me •°• #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora