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Observarla se volvió un nuevo pasatiempo para Inko.

Le encanta.

Acarició sus cabellos rubios que apenas se notaban, eran suaves como la lana de una ovejita, tan rubios como hilo de oro  y sin duda su olor a naranjas, leche y algodón de azúcar hacían que su lado maternal saliera a flote.

Por que Inko lo había prometido, se lo prometió a Izuku y ella no le podría fallar a su niño, jamás lo había hecho y esta no iba a ser la primera vez.

¡Lo jura! Había estado con el en todos los momentos difíciles, cuando estuvo embarazado, cuando dio a luz y cuando simplemente decidió que no podía continuar, eso era, un Omega sin alfa con un cachorro dependía de su pareja en el embarazo, en el parto y hasta cuándo el bebé ya había nacido.

Pero él nunca apareció.

¡Lo dejo como cualquier basura!

¡El asesino a su hijo!

Y eso Inko nunca se lo perdonaría, ¡Había sido el! El era el causante de todo, lo culparia un y otra vez si fuese necesario.

——Duerme mi pequeña Mahoro.

La recostó sobre su cuna lentamente, tan cuidadosa al poder sentir que la podría romper con un mal movimiento, oh santo dios no había sentido aquello desde que Izuku era tan solo un niño.

Había salido de Musutafu hace menos de dos meses, no era bueno estar ahí por su propio bien y eso lo sabía muy bien, no quería simplemente encontrarse con algún Bakugou o que el mismo Katsuki le quitara lo único que le quedaba, pero aquello era muy poco probable el desprecio a Izuku y a la cachorra cuando está ni siquiera nacía.

Le había entregado a su hijo con la única condición de que lo cuidara  y amara, pero este no cumplió su palabra y dejó a la deriva a su pequeño, lo rompió en mil pedazos cual cristal.

...

Mahoro solía moverse bruscamente en el canguro, era muy imperativa  a su tan solo un año de edad, sus ojitos verdes miraban a su alrededor con gran asombro sin poder siquiera dejar de hacer caer su saliva.

Inko no podia elegir entre sí debía elegir entre la leche de vaca o las que vendían en polvo, realmente las dos eran buenas ¿Porque no llevar las dos? Verdad, el dinero en aquellos instantes le eran escasos.

——Tranquila pequeña, si sigues así nunca podremos terminar.

Suspiro y metió las dos leches al carrito para luego ir hacia la caja registradora ¿Había llevado todo? Si estaba segura de eso, alcanzaría para toda una semana y así no tendría que salir de casa muy seguido aunque lastimosamente no le había alcanzado para sus tan preciados medicamentos.

Salió del supermercado con las bolsas en mano y tomo un taxi, ese era el único supermercado en todo el pueblo así que llegar hasta este  llevaba tiempo.

¡Uff! Ojalá y el tiempo la ayude.

Cargar a Mahoro y las bolsas de víveres para la semana era una gran tarea para Inko, pero después de todo ¿Que más  podía hacer? Era una Omega soltera, había sido madre soltera por más de veinte años y ahora la rutina se repetiría nuevamente.

Había llegado a su hogar, un pequeña casa con un pequeño jardín, no era igual a su antiguo apartamento en Musutafu pero prefería vivír en aquella casa que volver a su antiguo hogar, le había costado conseguirla, todos sus ahorros se había ido ahí de un solo tiro.

Era un lugar donde Mahoro crecería sin problema alguno.

Dejó en el piso a la cachorra para que esta pudiera caminar tranquila, llevo las bolsas a la cocina, esta vez le habían alcanzado para tres tarros de leche, dos bolsitas de leche en polvo unas cuantas papas, verduras y frutas.

Suspiro.


El sonido del timbre hizo que saliera de sus pensamientos para ir directamente hacia la puerta,  la abrió levemente para poder sacar la mitad de su cuerpo y ver a su invitado.

Una joven de piel morena y un extraño cabello de color rosa ondulado.

¡Oh! ¿Como no recordarla? Era la amiga de Izuku, aquella chica que se presentó al velorio y acompaño a su hijo en casi la mayoría de su gestación.

——Buenas tardes señora Midoriya——dijo la joven——Lamento incomodarla vine a visitar a Mahoro.

Inko sonrió, le alegraba mucho que la jovencita fuera amiga de su Izuku.

——No te preocupes Mina-chan, ven pasa Mahoro está en la sala.

Mina entro a la casa de la Omega, el olor a naranjas y leche le llegó, era un placer volver a sentirlo, aún recuerda que cuando Mahoro nació Izuku le dejo cargarla un extraño cariño nació hacia la cachorra del Omega.

Nuevamente la vio, su cabellera rubia  era más notable así como sus lindos ojitos verdes.

——Toma asiento, esta es tu casa.

——Muchas gracias señora Midoriya.

Mina se acercó a la bebé, era sin duda una pequeña copia de Izuku, pecas ojos verdes y cara redondita con una hermosa sonrisa sin duda.

La Omega le ofreció una taza de té que acepto con gusto.

——Me entere de su reciente mudanza——rasco su nuca levemente——Mire uno de mis tíos tiene una cafetería muy cerca de aquí y necesita trabajadores. Me fue difícil encontrarla, no me dijo a donde se habían mudado y por suerte una vecina suya me ayudó. ——continuo—— Mahoro forma parte de mi vida Izuku fue un buen amigo mío y desearía ayudarla a usted y a Mahoro.

——Oh Mina-chan, no te hubieras molestado ya hiciste mucho al estar al lado de Izuku aquellos meses.

Mina bajo la mirada, no lo iba a decir directamente, no debía o tal vez simplemente no quería.

——Por favor acepte mi ayuda.

——La aceptaré, muchas gracias Mina-chan eres una maravillosa persona.

La mujer le sonrió agradecida, la pelirosa dejo una tarjeta antes de marcharse de la casa de la señora Midoriya no podía ver a la cara a la mujer después de lo que había hecho.

Realmente se había sentido culpable aquellos dos últimos años, ¡Era un monstruo! Ella apoyo a Bakugo , ella jamás dijo nada cuando el jugo con el Omega, no se interpuso cuando el peliceniza les contó sus planes de llevar a la cama al Omega, se había quedado callada sin hacer absolutamente nada y cuando el peliverde se acercó a ella con lágrimas en los ojos para pedirle ayuda por si embarazo sintió que todo había sido su culpa.

Y cuando se enteró del suicidio de Izuku realmente se sintió culpable.

No haber hecho nada le había vuelto una cómplice más de las mañas de Bakugo Katsuki.

Era un monstruo.












Life [Katsudeku]  OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora