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Era cansado.

Realmente cansado.

Su cuerpo parecía no querer moverse ni un poco y su mente se encontraba nublada.

El salario del café alcanzaba para los gastos principales del hogar más no daban para cosas más haya de pagar cuentas, la comida era algo de la que no se tendría que preocupar le alcanzaba una semana o más, los medicamentos eran otra cosa así como los gustos de la cachorra o Simplemente ropa.

Había encontrado otro empleo en una pequeña empresa como parte del personal de limpieza, la paga era más que la de la cafetería pero implicaba más trabajo y esfuerzo y el tiempo en el que tendría que terminar todo era arduamente contado por sus superiores y ni que decir de la bebé, le habían permitido llevarla a duras penas, sus superiores la tenían en la mira buscando un solo error en ella.

Por otro lado llevar a la cachorra a sus dos  empleos  era muy complicado, tenia que dividir si tiempo entre cuidarla y cumplir su labor, la energía que lleva de sobra y su curiosidad no ayudaban de mucho

Suspiró cansada.

¿Que debía hacer?

No podía hacerlo sola, ya no era tan joven como antes ni mucho menos tenía la energía que tenía años atrás.

Escucho los llantos de la cachorra y fue directo hacia ella, la tomo en brazos para tratar de calmarla y dirigirse a la sala con ella en brazos.

Dentro de poco cumpliría los dos años, Mahoro caminaba y jugaba con una energía extraña, podía recordar que Izuku era calmado y tranquilo hasta un tanto tímido y miedoso para hacer algunas cosas algo que le ayudaba mucho, la pequeña ceniza parecía no tenerle a nada y disfrutar de la vida como ningún otro, su vida se dividía entre jugar, comer y dormir.

¡Uff!

——Tranquila, ya pasó cariño.

Susurro con delicadeza mientras dejaba salir sus feromonas dulces para calmar a la cachorra.

——Ve, camina un rato mientras preparo tu biberón.

Dejó sobre el suelo a la cachorra mientras iba directamente hacia la cocina, podía escuchar sus estruendosos pasos por la sala dirigiéndose hacia ella, sin duda toda una pequeña bestia.

Extendió sus brazos hacia ella en busca del biberón que fue cedido rápidamente al haberse preparado con la medida exacta de temperatura que debía tener para la cachorra, ni tan frío ni muy caliente.

Su mirada se paseó un buen rato por su nuevo hogar.

Le hubiera gustado que Izuku la acompañase.

Domingo.

Día de descanso.

•••

Había pasado la tarde rápida.

Tendría que llegar a casa con Ochako para entregarle los medicamentos, ya a tres meses de la pérdida de Gogo había tratado de que todo se viera  perfectamente bien, aunque por dentro se sentía como una escoria que no servía para nada, ¿Que podía hacer?

Si contaba los problemas que tenía la lista se haría larga.

Mina se encontraba enojada por lo del Omega, aquel con el que empezó una relación por una de las apuestas de Sero y claramente Ochako no estaba enterada de eso.

Por otro lado la salud de su padre caía día tras día y su vieja  parecía volverse más bruja de lo que recordaba.

El trabajo lo mantenía lejos de casa por un buen tiempo dejándolo exhausto y estresado y Ochako le traía más que preocupado.

La lista seguía y seguía, resolver cada uno de ellos no era de suma importancia para Katsuki.

——Bakugou, tienes una reunión en menos de media hora——Entro a la oficina con papeles en mano que dejó sobre el escritorio del alfa.

Bakugou suspiro cansado.

——Tengo que ver a mi Omega.

——No puedes evadir esto Bakugou, es muy importante para la empresa.

——¡Encárgate tu!——lanzo los papeles a un lado exaltado——¡Carajo!

Iida acomodo sus lentes, recogió los papeles y enfrentó a Bakugou.

——Entiendo que te esté afectando tu vida privada, lamento lo que les sucedió pero——miro a Katsuki—— Deberías madurar Bakugou. No sólo por ti, también por las personas que te rodean.

Observó al alfa marcharse y tiro de sus cabellos, ¡Por un demonio! Todo estaba bien, solo debía llegar a casa y ver a Ochako, la empresa podía esperar, Iida también podía esperar ¡Ugh!

Pasada las cinco de la tarde llegó a casa cansado, busco a la castaña por cada rincón de la casa encontrandola en la habitación que sería de Gogo Bakugou, se acercó a ella tomándola por los hombros y depositando un suave beso sobre su mejilla derecha escuchándola murmura incoherencias.

La tensión en el ambiente era evidente.

——Tienes que tomar tus medicamentos——dijo sereno.

Negó suavemente, y el rubio la llevo en brazos hasta su habitación.

Los ojos hinchados de la Omega decían mucho de su estado, Ochako estaba pálida, había perdido peso y su salud caía conforme el tiempo pasaba. Acarició sus mejillas dando besos por cada rincón de sus rostro, las feromonas de Ochako parecían haber desaparecido en ese lapso de tiempo que había pasado, realmente se sentía preocupado.

Dejó las pastillas en la mesita de noche y fue a preparar la cena para la mujer.

Su brazo fue tomado delicadamente, así como pudo escucho un par de sollozos lentos y lastimeros.

——Fue mi culpa Katsuki——murmuro al borde del llanto——Soy una mala Omega, por mi culpa perdimos a nuestro bebé.

Katsuki la atrapó entre sus brazos.

Los sollozos de la castaña incrementaban cada vez, se sentía culpable.

——¡No digas eso maldita sea! No fue tu culpa, el embarazo fue riesgoso desde el principio——beso su cabello con delicadeza——¡Mierda! ¡No estuve a tu lado cuando me necesitaste!

Los brazos de la Omega se envolvieron por que espalda, su mirada decaída y las pocas lágrimas que le quedaban se resbalaban por la camisa de Bakugou. Era como una hoja de papel, maltratada y sin reparo.

——Mañana mandaré a Tenya, te traerá el almuerzo——murmuro en su odio——No podre hacerlo yo.

——Quedate a mi lado Katsuki——suplicó entre hipidos.

——Perdoname Ochako.

Dejó a la Omega recostada en la cama, observó sus brazos blancos y suaves, su muñeca se encontraba pálida y dejaba a relucir algunas venas, sus ojos ya no tenían el mismo brillo de antes. Fue directo a la cocina a preparar el almuerzo, quería llorar, pero debía ser fuerte por los dos.

Debía cuidar de Ochako, cuidar de su estabilidad económica y bienestar de su ahora familia.

Familia.

Lanzó una de los cuchillos lejos de el este choco contra la pared haciendo un ruido sordo, tomo sus cabellos y se dejó llevar por la ira y lástima, realmente había sido un mal alfa, no había hecho lo que se suponía que debía hacer cuidar de su Omega.

No podía permitir que se quedará sola.

Tal vez y Iida le ayude en eso.






Life [Katsudeku]  OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora