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Taehyung's pov

Hay un momento durante la noche, mientras estás durmiendo, en el que tu cerebro parece entrar en un estado de relajación absoluto, dejando de trabajar por una milésimas de segundo, alertando a todos los demás sistemas al no recibir señales de éste, provocando un brinco repentino como señal de auto defensa, despertando al cerebro, obligandolo a trabajar nuevamente.

Algo similar fue lo que le paso a mi cuerpo antes de despertar de algo que se sentía como un estado de coma.

La luz blanca de una habitación desconocida me recibió de mi sueño, aturdiendo por completo mis ojos, evitandome el poder visualizar con nitidez mi alrededor. Apretaba mis parpados con fuerza para minimizar la molestía.
Parpadee un par de veces, moviéndome sobre la aparente cama en la que mi cuerpo se encontraba descansando, buscando despertar por completo mis fanales, queriendo enfocar correctamente y descubrir donde me encontraba.

Tras un tiempo tratando de recobrar mi visión, pude ver con claridad mi alrededor , pero un nuevo problema se instaló en mi, específicamente en mis oídos. Un molesto pitido aturdía mi canal auditivo, generando seguidamente una puzada en mi cabeza.
Fruncí el ceño ante el dolor y cubrí mis oídos tratando, como señal de defensa, detenerlo, sin contar con que el sonido provenía de mi cerebro y no del exterior.

Me senté, de todos modos.

Con mis ojos medio cerrados, aun apretando la expresión ante dichos síntomas, pude notar a tres mujeres y dos hombres mirandome con seriedad. Tragué grueso, cerrando nuevamente los ojos, tratando de eliminar el dolor insoportable que crecía con el pasar de los segundos en mi cabeza. Y ese estúpido pitido no hacía más que aumentar el tono, generandome mayor incomodidad.

Sentí como me acostaban nuevamente y ante tantas sensaciones, apenas y note como me amarraban en la camilla con gruesas ligas, mientras uno de los hombres amarraba mis piernas.

— ¿Qué hacen...? — apenas y pude articular palabras. No sentía mi lengua para nada. Mi voz sonaba adormecida, como si estuviese completamente drogado.

Oí sus voces lejanas y pude sentir un pinchazo en mi brazo, sintiendo nuevamente pesadez en mis parpados, completamente agotado, adormecido y liviano. Cerré los ojos y me perdí en la inmensidad de la inconsciencia, una vez más.

Oscuridad.

Solitaria y silenciosa oscuridad.

Lo único que podía agradecer es que el dolor en mi cabeza se había ido y el insoportable pitido también. Entre nuevamente en estado de relajación absoluta.

Al abrir mis ojos nuevamente, me encontraba sentado y mi alrededor se movía, totalmente borroso ante mi reciente salida de la inconsciencia.

Extrañamente sentía como mi estómago se revolvía y como estaba a nada de soltar todo lo que estuviera dentro. Pero no pude y simplemente me aferre a lo que sea que tuviera a mis costados.

Todo se detuvo de repente y mi vista nuevamente fue clara. Agradecí en silencio la ausencia de la migraña y aquel incómodo sonido.

Cuando una puerta de madera gris, con una pequeña ventana en ella, se abrió frente a mi, fue que caí en cuenta que iba en una silla de ruedas, al parecer estaba en un hospital.

Paradise in hell | Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora