𝐓𝐫𝐚𝐡𝐬 𝐜𝐚𝐧┃Animes

Oikawa Tooru

Título: Heartbreaker.

Capítulos escritos: cuatro.

Idea general: Una raya enamorada de Oikawa que recibe acoso por parte de sus fans solo por ser su amiga.

Advertencias: probablemente mala redacción.

Capítulo n. 1

Te despediste del dúo de amigos para ir a tus clases correspondientes, las horas serían muy pesadas de no ser por que Hanamaki compartía algunos periodos contigo, e igualmente terminarías aburriéndote. Cuando sonó el timbre del recreo suspiraste de alivio por un descanso.

La clase estaba completamente vacía, ya que siempre esperabas a que todos salieran para salir tranquilamente. Pero justo en la puerta había un grupo de tres niñas probablemente de primero. Levantaste una ceja entrecerrando los ojos, las miraste por unos segundos, sus caras estaban levemente sonrojadas, cuchicheaban entre sí y sus cuerpos parecían temblar levemente.

Chasqueaste la lengua para intentar pasar sin que te notaran, pero claro que era algo estúpido sabiendo que eras la única en esa sala.

─¡S-senpai!

Agarraron tu antebrazo, sentiste como su pulso temblaba bajo tu uniforme, pusiste una mueca pero cuando te diste la vuelta para enfrentarlas sonreíste cálidamente. Acostumbrada a tener que fingir.

─¿Desean algo?

Las tres se miraron entre sí para asentir, tuviste que alejarte para que no te dieran al extender sus brazos, en sus manos pudiste contemplar cartas con decoraciones de corazones.

─¿Podría e-entregar esto por nosotras a Oikawa?

─Seguro.

Les arrebataste las cartas, ellas parecieron celebrar alegremente, sus nervios parecían haberse ido. Idiotas.

Caminaste por los vacíos pasillos mirando los papeles con cierto disgusto, todo lo que debías hacer tan solo por ser la amiga de semejante mierda. De camino al comedor recordaste que los chicos querían aprovechar el recreo para practicar más, por lo cual estarían en el pabellón. Aún así fuiste para pedir algo de comida junto con unos panes de leche y profiteroles.

Nada más llegar te sentaste en uno de los banquillos observando como las pelotas iban y venían de un lado a otro. Tu atención se fijó en el capitán y su concentración en hacer un buen saque.

Hizo girar la pelota varias veces entre sus manos, pasó su lengua levemente por su labio inferior para posteriormente botar el balón contra el suelo un par de veces más. Suspiró profundamente con sus ojos enfocados en el otro lado de la cancha, alzó la pelota al aire, volviendo a tomar aire y saltando espléndidamente. Cuando estuvo a una altura correcta es que golpeó con todas sus fuerzas, haciendo un ruido sordo que resonó por todo el lugar.

El tiempo pareció ralentizarse cuando lo viste haciendo todas esas acciones, su expresión, su mirada, la manera que tenía de golpear la pelota te pareció demasiado genial.

Te gustaba ese Oikawa.

Un Oikawa que estaba decidido a jugar todo lo que pueda, con su concentración entera en sus juegos, esa mirada imponente y esos saques que hacen temblar al oponente.

Negaste quitando esos pensamientos de tu mente, si tan solo no fuera un idiota fuera de la cancha lo considerarías menos mierda. Frunciste el ceño al recibir un golpe en la sien, fue Hanamaki que tenía una sonrisa burlona en su rostro mientras que se comía los profiteroles que anteriormente compraste.