𝐓𝐫𝐚𝐡𝐬 𝐜𝐚𝐧┃Animes

Bonten

One Shot,

Personajes: Yandere!bonten x assassin!reader

Resumen: Cansada de tanta persecución, decides enfrentar a aquel grupo, pero sólo cometes un error

Advertencias: mención leve de sangre, comportamientos tóxicos, obsesión injustificada, cosas de yandere en general, puede tener errores está sin revisar

*pedido de tumblr y continuación del anterior

─Deberías dejar de rechazar esas ofertas de trabajo, te ofrecen una buena cantidad y tus otros clientes parecen no solicitar tu ayuda mucho últimamente.

Suspiraste mirando al gestor de solicitudes, él tomo tu silencio como que no te importaba realmente, nunca tienes algo estable en este mundillo, siempre había épocas mejores y peores así que no sería nada realmente que te preocupase.

─Sólo encárgate de avisarme si hay otras personas que no sean 'Señor B', sus pedidos son ridículos.

El hombre levantó ambas manos, asintiendo ante tu petición, después de eso abandonaste el callejón en el que te encontraste con el gestor, volviendo a las concurridas calles de Tokyo en plena hora punta, donde todo el mundo caminaba por la calle sin preocupaciones, te mezclaste entre esas personas hasta llegar a un suburbio de pequeñas casas. Abriste la destartalada puerta con un crujido desagradable, observando la basura que inundaba el suelo, no podías pedir más por la mínima cantidad de este sitio y ubicación, de todas formas era tiempo de moverse a otro apartamento.

No sólo porque necesitabas cambiar de 'casa' cada cierto tiempo si no porque últimamente te habías sentido menos segura con tu ambiente, todo comenzó cuando aceptaste el primer pedido de 'Señor B', sólo pedían que mataras a un hombre hiciste tu trabajo pero también descubriste la identidad de ese 'B' que resultó no ser solo una persona si no más bien varias.

No sueles recordar las caras ni nombres que no sean necesarios para tus misiones, así que tuviste que estrujarse los sesos para recordar aquellas dos caras, seguidamente los relacionaste a aquel grupo que salvaste en aquel burdel hace un mes. Por suerte sólo tú pudiste ver como el tipo del mullet rosado y el tipo con la cicatriz que trataron de pararte aquella vez estaban allí, parecían estar vigilando tus movimientos con una sonrisa de satisfacción al ver pequeñas gotas de sangre caer de tu rostro.

Interpretaste que 'Señor B' era todo aquel grupo del que a penas recordabas la apariencia, pensaste que en esa ocasión solo estaban ahí para comprobar que hicieras bien tu trabajo, pero notaste como empezaron a seguirte la pista después de ese encargo, aunque por supuesto, no pudieron encontrarte y su única manera de verte sería por esos encargos, los cuales no aceptaste.

Los siguientes dos meses tus clientes usuales desaparecieron sin dejar rastro, no es que recibieras encargos diarios pero fue raro que todas tus solicitudes ahora sólo fueran de ellos, te irritó porque significó un duro golpe para tu nombre en el subsuelo, al negarte a hacer encargos para Bonten, nadie más lo hizo como si se sintieran amenazados.

Pero lo peor de todo fue que cada paso que dabas sentías sus ojos sobre ti, cada esquina que volteabas veías su sombra sobre ti, te molestó lo suficiente como para pensar en matarlos pero lo pensaste seriamente y no te llevaría a nada, no solías matar a personas de renombre o conocidas porque eso provocaría una búsqueda más intensiva hacia ti y esos tipos parecían ser al menos exitosos porque manejaban una ridícula cantidad de dinero.

Ni siquiera sabías sus nombres y siempre parecían estar siguiéndote la pista, nunca les dejaste que se acercaran demasiado a ti, pero últimamente parecían cada vez más cerca de dar contigo de manera directa, te hartaste, no llevabas una vida tranquila y pacífica, pero dentro de la basura de tu trabajo siempre podías tener un descaso de todas aquellas muertes, siempre podías tener un pequeño espacio para fingir que tu vida no eran escombros y todo era normal.

─Parece que voy a tener que hacer un trabajo especial o me volveré completamente histérica.

Mientras que te preparabas para salir esa misma noche, todos los ejecutivos de Bonten se reunieron hoy mismo en su cuartel general, todos sentados en una mesa redonda esperando que Mikey comenzara la reunión, aunque movió la mano hacia Takeomi para que él comenzara ya que estaba ocupado comiendo su taiyaki.

─Como sabéis hemos estado buscando a esa asesina de aquel día, siempre hemos seguido pistas pero nunca logramos dar con la persona, pero hoy, culminaremos el plan de captura.

Todos asintieron en sincronía, algunos más ansiosos que otros, después de todo el estúpido juego del gato y ratón les hizo sentirse más atraídos hacia ti de manera irracional, Mochizuki siempre disfrutaba observar cómo te mezclabas tan bien con la gente pero te perdía rápido de vista que necesitaba más de ti, Sanzu y Rin disfrutan verte manchándote de la sangre de tus objetivos, Kakucho parece apreciar tu estilo de lucha, Takeomi te ve como un puzle difícil de resolver y Ran y Kokonoi tal vez fueron los que menos se apegaron a esa imagen exaltada de ti, pero tenían curiosidad sobre ti.

─¿Todos tienen claro su parte del plan? No podemos dejar que nada salga mal, nunca deja rastro y sabe borrar sus huellas así que tendremos que recurrir a métodos más violentos que sólo observar como se va en nuestras caras.

La reunión continuó durante unos cuantos minutos, explicando cada fase y paso mientras que sin que ellos lo supieran estabas en la ventilación del cuarto escuchando todo, tu sangre hirvió al escuchar como hablaban de que te harían doblegarte ante ellos, fue la gota que colmó el vaso.

─Una vez que la capturemos ¿podemos hacer lo que queramos con ella?

─Sólo lo que yo permita.

Mikey se levantó contestando a Sanzu que rodó los ojos por la respuesta, el líder palmeó su camisa para quitar todo resto de migas, con eso todos sabían que la reunión había concluido aunque para su sorpresa tres balas se clavaron en la mesa justo delante del sitio de Mikey, acto seguido pateaste la rejilla y saltaste encima de la mesa apuntando tus dos pistolas hacia todos.

─Voy a dejar una sola cosa clara, no os metáis en mi vida, no sé qué queréis de mi, pero yo no busco nada vuestro.

Pateaste el brazo de Rin que trató de agarrar tu pierna, disparando inmediatamente la pistola de Sanzu para desarmarlo, seguidamente agachándote para esquivar el bastón de Ran.

─¿Que tal los gastos por destrozar aquel burdel?

─Hablas como si- ─saltaste de la mesa golpeando las manos de Kakucho con la culata de tu pistola, moviéndote lo más lejos de ellos─ como sí os faltara dinero, sé que sois 'Señor B', no tiene caso cobrarme por eso.

─¡No necesitamos razones para quererte como nuestra esclava! Si queremos algo lo tenemos y serías una gran posesión para nosotros.

─Oh sólo vete a la mierda, Mianzu, ni tu ni tu supuesto líder Monkey me importáis, ¡estoy pidiendo tranquilidad! y quiero que tomen esto como un aviso.

Tomaste un pequeño impulso, dando una ligera voltereta sobre la mesa, disparaste al gran ventanal rompiendo el vidrio en pequeñas trozos, corriste hacia la ventana rota para saltar por ella, los brazos de Mochizuki y Rin tratando de alcanzar tu cuerpo de manera fallida, te giraste en el aire y disparaste una última vez antes de que tu cuerpo se lanzara desde el piso más alto del edificio desapareciendo entre la oscuridad de la noche y los edificios.

La bala hizo que el pelo teñido de Mikey se moviera ligeramente, un par de mechones cortados que descendieron lentamente hasta el suelo, todos se quedaron en silencio observando a su líder mirar la ventana por la cual te habías lanzado, Kokonoi sacando a todos del aturdimiento.

─¿Mikey...?

─Si quiere jugar a ese juego jugaremos, antes era un capricho, pero ahora es una necesidad, la quiero aquí.

Se giró ahora mirando la pared donde se había clavado la bala de plomo, rozando el agujero y rascando ligeramente para sacar el pequeño objeto, sonrió observando la forma y el calibre.

─Empecemos... analizando esto.

Miró por última vez a sus ejecutivos más fiables antes de marcharse jugueteando con la bala de diez milímetros, todos se miraron entre ellos con una nueva llama encendida en su mirada, sólo estás empeorando las cosas, deberías haber huido pero ya era demasiado tarde como para deshacerte de ellos.