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Kaminari intentó respirar fuerte mientras Kirishima lo veía con reproche.

—Kaminari, yo también estoy muy asustado, considerando todos los riegos posibles definitivamente querría resolver el asunto, pero Izuku es bueno y creo que le haría un bien a Shoto y Katsuki

—¿Y si no? No podemos estar en guerra los unos contra los otros, ¿te digo que pasará? Katsuki, Shoto e Izuku solos contra el resto de Dioses que estarán exigiendo “justicia”—. Sero hizo unas visibles comillas mientras rodaba los ojos

—La justicia es un término poco definido, para algunos es justo sacrificar nuestra felicidad por cumplir nuestro deber, para otros no lo es— Resolvió Kaminari—. Y si elegimos el camino incorrecto nos uniremos a los Titanes en el Tártaro, definitivamente no estoy listo para toparme con mi madre ahí abajo, ni con...

—El Devorador—. Susurró Kirishima, llevandose las manos al cuello

—El padre de Shoto era una bestia, pe-pero ya no puede hacer nada, no tiene control sobre nosotros— Argumentó Sero—. Ni él, ni los demás

—Mi padre era casi tan malo como Endeavor, pero él mío no me comió, solo me... Me tuvo encerrado en esa horrible cueva marina, ahí había tantos monstruos siempre, a él le divertía escucharme llorar—. Recordó Kirishima, llevandose las manos a los oídos y cerrando los ojos con fuerza

—Mamá solo me vio una vez antes de entregarme a Endeavor como regalo, iba a ser comido de no ser por... —Kaminari no sabía en realidad quién lo había salvado, sólo sabía lo que las Ninfas de la cueva en la que había vivido su infancia le habían dicho—. Una hermosa mujer.

Sabía que después de ser entregado a las Ninfas estas lo habían cuidado, enseñado e instruido en su misión futura, cuando había alcanzado la pubertad lo habían enviado al Palacio de un Rey como copero personal de su majestad, ahí se había enamorado del Príncipe, y este lo tenía en tan alta estima que no había dudado ni un momento en proporcionarle lo que Kaminari había ido a buscar ahí; veneno de una manticora, tan fuerte que haría vomitar a Endeavor. Después de conseguir el veneno se las había ingeniado para subir el Monte de los Titanes, y haciéndose pasar por sirviente le había servido el vino envenenado a Endeavor, él había vomitado a sus cuatro hijos inmediatamente. Teniendo la oportunidad Kaminari huyó con ellos, sus primeros aliados, y habían comenzado a buscar a más Dioses prisioneros como ellos.

Al final, cuando Kaminari se había vuelto Rey de los Dioses volvió a la tierra por el príncipe del que siempre había estado enamorado, quién al recibir el regalo de la inmortalidad se habría convertido en Dios de todos los Sueños y su copero personal, Shinsou a quien aún después de tanto tiempo amaba sin reparos.

—Dejemos de pensar en eso, por favor— Suplicó Sero—. Solo pensar en mis propios padres me hace suplicar suicidio.

Kaminari y Kirishima asintieron.

—Es una decisión muy cruel, usualmente le doy opciones al que se va a casar, pero está vez ni siquiera puedo pensar en alguien aceptable, es como si las ideas se me bloquearan totalmente—. Expuso Kaminari

—Demosle una oportunidad más, tal vez si convencemos a Katsuki y Shoto que oculten su relación con Izuku del resto de Dioses no lo note—. Propuso Sero

—¡Ah! Es una idea magnífica, y ellos seguramente aceptarán pues desean la seguridad de Izuku tanto como nosotros deseamos que no haya conflictos—. Dijo Kirishima, emocionado

—Esta definitivamente es la opción más sensata— Aceptó Kaminari—. Ahora me siento muy estupido por no pensar en eso primero.

Y aunque ya habían quedado que hablarían con los tres Dioses al día siguiente hubo un súbito cambio de planes cuando esa misma tarde un grupo de Dioses Menores liderados por Shindo, Dios de la tierra, arribo al palacio principal.

Greek God'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora