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Izuku se removió con incomodidad sobre el asiento de la tribuna y suspiró viendo su reflejo contra la superficie del trofeo que tenía en sus manos. El primer juego se estaba llevando acabo justo frente a sus ojos en la Arena de Dioses, era una carrera de obstáculos Mágicos.

Tenía en la boca una sensación pastosa, a su lado Kaminari chillaba cada que alguien salía herido.

—Odio tanto los juegos.

Izuku había decidido que estaria siguiendole la corriente como si no estuviera molesto con él.

—¿Y por qué los inventaste?

—Oh no dulzura, yo no los inventé— Argumentó el rubio, ofreciéndole una bandeja de dulces—. Fue Tetsu, uno de los Dioses Menores

—¿A él se le ocurrieron todos los juegos?

—Si, en su mayoría sí. Los Dioses tienen ideas magníficas, ambiciones sin límite y visiones fastuosas, pero al final del día somos igual de miedosos, egoístas y estupidos que los mortales.

Izuku bajó la mirada y vio sus ojos reflejados contra la plata de la bandeja que sostenía. De pronto, un grito colectivo le llamó la atención.

Levantó la vista, en la arena Katsuki y Shoto habían entrado al juego, iban mucho más atrás que el resto pero esquivaban como podían los obstáculos, sin separarse jamás él uno del otro.

Izuku no pudo evitar levantarse de su lugar, tirando la bandeja en el proceso. Se llevó las manos al pecho, no podía creer lo que pasaba.

Kaminari quería gritar de la emoción internamente, eso era definitivamente muy romántico. Pero se obligó a poner mala cara y apartar la vista.

Izuku estába al borde del colapso mientras veía como los concursantes llegaban al último obstáculo, una enorme y descomunal pared de fuego santo que debían atravesar sin miedo. Se pasó las manos por el rostro cuando vio a Yaomomo atravesar primero que nadie la pared, otros la siguieron, el límite era diez... Katsuki y Shoto no lo lograrían.

Sus ojos comenzaron a lagrimear cuando éstos atravesaron la pared, usando la bendición de Shoto sobre el fuego, pero eran los números trece y catorce, no habían entrado a la siguiente fase.

Kaminari bajó la mirada con pena e intentó ignorar los temblequeos de Izuku.

—Felicitaciones a los primeros diez lugares, ustedes pasarán a la siguiente fase. Una felicitación especial para Yaomomo, la primera en cruzar.

El público se levantó en vítores aunque algunos seguían confundidos por la entrada de Shoto y Katsuki. Izuku no lo soportó y comenzó a llorar, se dio la media vuelta y salió corriendo. Shinsou ordenó a las criadas a que cerrarán las cortinas del palco para ahorrarle la vergüenza al joven.

Le pesaba tenerlo sufriendo pero para cuando se diera cuenta todo habría sido solo para bien.

...

—No ganamos.

Fue lo primero que escuchó al entrar a su alcohoba, aún así no contuvo sus ganas y se lanzó para abrazarlos.

—Ustedes son... No se... ¿Como se les ocurre hacer tal salvajada? Estaba muy preocupado de que alguien los castigara

—Ya no hay castigo que nos espante—. Bromeó el rubio.

Shoto fingió pensar y un escalofrío recorrió su espalda.

—Se me ocurre uno o dos, eso sí.

Greek God'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora