12

22 4 0
                                    

Izuku despertó entré los brazos de Katsuki y Shoto, habían tenido su primer noche juntos y el estómago se le movía lleno de nerviosismo.

Se llevó las manos al pecho y suspiró, levantándose de la cama para después cubrirse la desnudez con una fina bata de seda maltada.

Se asomó débilmente por el balcón de la habitación, en el Inframundo no había sol, lo más cercano a la luz eran los campos Elíseos que podia ver perfectamente desde donde estaba, eran unas bellas tierras llenas de vida, lo cual era indescriptible siendo que todos sus habitantes estaban muertos. A la derecha veía un campo ardiente de castigos custodiado por Cerbero, el cachorro de tres cabezas de Shoto, si se concentraba podía escuchar los débiles gritos de los condenados. A la izquierda veía un campo congelado, donde vivían las almas que no habían echo nada en su vida; nada bueno ni nada malo, simplemente se habían dedicado a ellos.

Izuku se recargo ligeramente en el barandal y estiró su mano libre, cerca crecía un árbol de Granada, tal vez si estiraba la mano lo suficiente...

—Suelta eso.

Shoto tomó su mano y lo alejó de la baranda.

—Te he dicho que la comida aquí es peligrosa, eres demasiado curioso.

Izuku apartó la mirada nervioso. Shoto era su esposo. Katsuki era su esposo. Y después de lo que había pasado la noche anterior aún no podía creerlo.

—Debes estar cansado y tal vez hambriento— Dijo Shoto e Izuku solo asintió—. Llamaré a un sirviente para que alguien te traiga comida de arriba, pero aléjate de esa granada.

Katsuki decidió justo ese momento para levantarse, sin sentido del pudor se anduvo desnudo por la habitación.

—¡Ponte algo!—. Shoto le lanzó una tela con rostro sonrojado

—Pero si ya me han visto todo anoche, es más, ya lo tuvieron todo den...

—¡Katsuki!

—¡Bien!— Él rubio se echó un manto encima y rodó los ojos—. Quita esa cara ya.

Izuku se fijó detenidamente en Shoto, quien lucia palido, sin fuerza, incluso diría que parecía enfermo.

—¿Shoto?— Izuku lo tocó débilmente, su piel estaba ardiendo—. ¡Katsuki! Algo anda mal.

Apenas dicho eso Shoto se desplomó de golpe, Katsuki apenas y había tenido tiempo de correr y sostenerlo en sus brazos. A cada momento la piel de Shoto se volvía oscura como el hollín, sus brazos se llenaban de blancas y tenues líneas sin sentido alguno, de sus cuencas comenzó a llorar Icor.

—¿Que esta ocurriendo?—. Cuestionó Izuku, aterrado

—Algo sucedió en el Inframundo, el alma de Shoto está directamente amarrada al espíritu del Inframundo, al igual que la de sus hermanos. Si al lugar le pasa algo a Shoto igual...

—¡Hay que llevarlo al Pabellón de medicina!

Shoto estiró la mano y negó con furia.

—Katsuki, b-busca a mis hermanos...

—Amor...

—¡Buscalos!

El rubio suspiró y le besó delicadamente la frente, luego hizo lo mismo con Izuku y prometió que volvería pronto para cuidar de ambos.

—Vamos, te debes recostar, llamaré algún sirviente que nos ayude—. Le prometió Izuku.

Shoto le apretó la mano, tenía las pupilas dilatadas y apretaba con fuerza los dientes, de la comisura de sus labios goteaba Icor. Estaba sufriendo un gran dolor, de eso estaba seguro.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 13 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Greek God'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora