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—Jennie, ¿Qué te parece tan importante en tu celular?—La castaña sólo tecleó mientras apretaba el cigarro en su boca y sonrió.

—Mi novia viene, dice que tiene algo que darme.— Sonrisa timida y tono carmesí en sus mejillas. Rosé gritó, pareciendo aullar y otros le siguieron.—Y estos lobos?

—¡Alguien está enamorada!—Jennie la vio fijamente, y asintió, sonriendo todavía timida—Wow, ¿De verdad? No pensábamos que ibas seria...

—Pues lo estoy, voy seria con Lisa y mejor guarden sus comentarios cuando ella venga aqui... y apaguen sus cigarros, no me gusta que fumen frente a ella.

—Ella la otra vez dijo que no le molestaba.—Dijo entre dientes una pelinegra.—Hasta te dijo Osita, no–"

—¿Te dice Osita?—La otra asintió, mostrándose
orgullosa ante tan cariñoso apodo, sonriendo.—Que cursi.

—Imagina pasar por la calle y ver que una tipeja con apariencia de Jennie le diga "Amor" a una chica como Lisa–

Jennie torció sus ojos, y escuchó el timbre personalizando que tenía para la menor así que sacó su celular sabiendo que era un mensaje de ella.—¡Hasta tiene un timbre sólo para ella!

La otra los ignoro y comenzó a leer el mensaje.

"Ven a la entrada, por favor es sólo que me da vergüenza..."

Jennie fue a paso rápido encontrándose a la menor con una bolsa, y sonrió al verla. Apenas llegó beso sus labios, haciendo a la otra sonreir timida.

—¿Qué pasó amor? ¿Qué haces aquí? Tienes que estar en tu escuela...

—Hay un evento así que nos dieron permiso para irnos a casa así que aproveché para darte esto, sigue caliente porque lo hice en la mañana.—La mayor sonrió al ver a la menor en su tierno uniforme, sonriendo cursi y sus manos fueron a las otras, tomándolas.

—Estás fría, bebé... Llevó esas manos a sus labios y las comenzó a calentar con su aliento, haciendo a Lisa sonrojarse como cereza y desviar su mirada.—Ten.

—No, no, es tu chaqueta...

—Pero tú estás congelada, amor, prefiero que estés cálida tú que yo.—Torció sus ojos, viendo el suelo mientras sentía que la mayor la atrapaba entre su chaqueta, diciendo el zipper.—¿Qué estabas diciendo?

—Te-te hice un almuerzo.—Abrió su boca sorprendida, así que volvió a ver la bolsa. Una linda bolsa y notó que había un pequeño Tupperware con varias notas. La miró sonrojada.

—Amor, gracias... tienes hora libre, ¿Verdad?—Lisa asintió y Jennie entrelazo sus manos para dirigirse a una banca y sentarse.—Come conmigo, ya es mi hora de almuerzo y tengo dos horas libres, si quieres te llevo a tu casa.—La menor ocultó su rostro entre sus manos, sonrojada.

—No quiero que abras el almuerzo frente a mi... me daría mucha vergüenza...—La mayor tomó sus manos y riendo, la besó. Un pequeño piquito y después comenzó a acariciar su nariz con la suya, notando que ambas estaban frías.

—Anda, come conmigo, por fi, Conejita...—La otra volvió a ocultar su rostro ante el reciente apodo utilizado, y chilló.—¿Comer conmigo?

—A-abre la caja...

Jennie no era paciente, y es más, hasta era torpe, pero el ver que la menor envolvió el Tupperware con papel lustre decorado con corazones y varias notas de amor, fue cuidadosa. Despegó el tupper y abrió todo con éxito para después, doblar el papel y guardarlo en su mochila.

Abrió la caja, y aparte del delicioso olor que provenía de ahí, lo que venía dentro la sonrojó. Comida con forma de corazón, de ositos y caritas sonrientes sonrojadas, una nota comestible que decía '¡Te amo!' y varias salchichas cortadas en forma de pulpo.

Ella igual ocultó su rostro entre sus manos y se dirigió a la hendidura del cuello y el hombro de la menor para ocultar su rostro ahí y chillar. Movió sus piernas en lo restante de la silla, riendo.

—¿Ya te dije que eres lo mejor que me ha pasado en la vida? Porque lo eres... ¿Por favor puedo presumirle el almuerzo que exclusivamente hiciste a mi a los idiotas de mis amigos? ¿Puedo tomarle una foto?

—Só-sólo es un pequeño detalle, Jen...—Lisa infló sus mejillas, pero Jennie la vio y la besó.

—Pe-pero es el mejor detalle que me han hecho. Sonrió y volvió a besarla, abrazándola.—Y yo no te he dado uno tan romántico como esto... ¿Qué quiere el amor de mi vida? Puedo

—Con sólo verte así de feliz me haces a mi igual de feliz, amor, no hace falta un detalle.—Y la mayor sólo sonrió, intentando buscar unos palillos en la bolsa hasta que se dio cuenta que la menor los tenía en sus manos y ya le estaba ofreciendo comida, haciéndole sentir más que mariposas en el estómago y el corazón.

Definitivamente, quería hacer las cosas bien con Lisa. Se apoyó en la mesa mientras tomaba los palillos y le ofrecía a Lisa, ambas con un gran sonrojo.

Y entre cada bocado, se decían un 'te amo'.

- ¡no soy una niña! ャ JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora