El señor Bruschweiler apretó sus manos mientras veía que su hija le estaba dando de comer a Kim, qué aceptaba todo con una sonrisa, esa sonrisa de idiota. Apretó sus dientes, pero sintió que su esposa tomó su hombro.
—¿Qué tanto ves?
—Mi princesa no debe cocinarle ni darle de comer en la boca a nadie.
—¿Y tu reina si?
—Porque tú eres mi esposa.—La mujer torció sus ojos mientras tomaba al hombre y lo guiaba a la cocina, mostrándole una masa.—¿Qué quieres que haga?
—Me pica la oreja.—Jennie dijo en voz baja, acercando más a Lisa a ella, haciéndola subir a su regazo. De nuevo se sonrojó.
—Creo que alguien está hablando de
ti...—Seguro será mi profesor de ética de la secundaria.—Dice, riendo, pero Lisa sólo la ve atenta.
—Osita, mi papá es tu profesor de ética de la secundaria.—Y la mayor sólo asintió, sabiendo que su novia captó su broma.
Jennie y el señor Bruschweiler eran, por así decirlo, una ave que tenía bajo su ala a otra. Jennie era la alumna favorita de Marco porque aparte de que tenía excelentes calificaciones, llegaba con algunos regalos honestos y era jefa de grupo, se llevaba bien con su hija, llevándola a la cafetería a comprarse algún alimento.
Al parecer empeoró cuando su pequeña de 16 comenzó a hablar más y más de su ex alumna ejemplar, que ésta fuera a su casa a verla, y que unos años después, fuera su novia. Jennie tragó saliva nerviosa mientras veía a su novia y le sonreía, acercándose a besarla.
—¿Cómo eran las clases con mi papá?
—Oh, eran lo mejor, agarraba el libro, lo apuntaba y decía 'esto que viene aquí es una sociedad utópica, yo les enseñaré lo que es la vida real', y sólo usaba el libro para justificar el cronograma de la escuela.
—Por suerte no me tocó tener clases con él, sería vergonzoso.—Jennie quiso apoyarse en el suelo pero justo en ese momento recordó que su mano derecha estaba rota y vendada, y que su mano sana estaba en la cintura de su novia, así que tropezó, llevando que su novia cayera con ella pero a su lado, y ambas rieron.
—Te amo mucho, conejita.—Y volvió a acariciar la cintura de la otra mientras la volvía a besar.
Y el señor Bruschweiler vio la escena de lejos, viendo que la mano de su ex alumna estaba semi temblando y casi ni tocando la cintura de su hija, así que sólo suspiró mientras seguía cortando las verduras.
Pero el líquido rojo entre ellas le hizo asustarse, y más al ver que entre ellos, estaba su dedo.
—¡Marco, tu dedo!
Y apenas escuchó eso, Lisa supo que iba a ser una semana llena de idas al hospital.
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- ¡no soy una niña! ャ Jenlisa
Fiksi PenggemarPorque una Lisa de 18 años es la novia de una Jennie 21 años, y aunque sea poca diferencia, Jennie no puede dejar de pensar en su novia como en una niña pequeña. Y Lisa quiere que deje de pensar eso. ᰔ Adaptación autorizada, todos los créditos a @ma...